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Campos de concentración en Zacatecas

Asaltos, secuestros, balaceras, son situaciones que se viven de manera casi cotidiana en Zacatecas, un estado donde hace apenas unos años se podía vivir, visitar y disfrutar.

Una historia de terror, que afortunadamente -y de los pocos casos- ha tenido un final afortunado ha sido el rescate el martes del triatleta Víctor Barrón Palos, Iram Santana Félix, un árbitro de baloncesto, su hijo Axel y 12 personas más.

Pasaron días, semanas y en algunos casos meses, en que estas personas estuvieron retenidas por sus plagiarios. Un grupo criminal los mantuvo secuestrados en una zona serrana a 120 kilómetros del municipio de Fresnillo, Zacatecas.

Ya estamos viendo secuestros en esta zona del país como los que realiza la guerrilla colombiana.

Para poder salvar a estas personas, se montó un operativo de rescate realizado por los tres niveles de gobierno. La Fiscalía de Zacatecas contó que se habían recibido varias llamadas anónimas de pobladores que detectaron actividades de personas sospechosas en la zona que hoy sabemos es un campamento de un grupo criminal.

Al momento del rescate de estas 15 víctimas, hubo una balacera entre los sicarios del grupo criminal y fuerzas de seguridad. Los delincuentes reaccionaron cuando se percataron que había autoridades para liberar a los secuestrados. De la refriega, siete personas fueron heridas, llegaron los paramédicos para auxiliar.

La situación de confrontación pudo haber sido mucho más grave, pero este campamento se encontraba en una zona con poca población.

Las autoridades aseguran que este sitio clandestino pertenece al Cártel Jalisco Nueva Generación, y la realidad es que ese cártel tiene mucha influencia en Zacatecas.

La situación de violencia desmedida en ese estado es provocada en gran medida por la confrontación de este grupo criminal con otros que quieren el control y el dominio de la zona.

Esta entidad sufre de la violencia generada por el Cártel Jalisco que disputa varios municipios al Cártel de Sinaloa, es una zona caliente por el cruce de caminos en el tráfico de droga hacia Estados Unidos. Por un lado, hacia el norte con los estados que colindan con el país vecino y por el otro lado con las entidades que conducen al Pacífico, donde los puertos marítimos son usados para los cargamentos de droga.

El rescate de los secuestrados pudo haber sido un golpe fuerte a los grupos criminales y una historia de éxito, la realidad es que no se detuvo a ningún secuestrador detenido. Por eso la situación de seguridad en Zacatecas.

Por ejemplo, la capital del estado es considerada como la menos segura de acuerdo con la más reciente encuesta del Inegi: 9 de cada 10 habitantes piensa que vivir ahí es inseguro.

Hay muchos casos de secuestros como el de las personas liberadas el martes pasado. Hace un par de semanas, en domingo, siete jóvenes estaban escuchando música y platicando, nada que un adolescente no haga a esa edad, cuando llegaron sicarios que comenzaron a detonar sus armas y los obligaron a subir en sus camionetas con rumbo desconocido. A menos de 200 metros del rancho hay una caseta de policía, sobre la carretera se une Zacatecas con Guadalajara, esto no impidió que los chicos fueran secuestrados.

Para la mañana del 27 de septiembre se dio a conocer que las autoridades encontraron los cuerpos de seis de los jóvenes y sólo uno con vida, quien fue trasladado a un hospital para ser atendido. El menor, que fue localizado en la comunidad de Casa Blanca, presentaba una lesión en la cabeza y nariz.

Cuatro días después de ser encontrados los restos de los adolescentes y al joven con vida, circuló un video donde se observa a un joven cubierto con un pañuelo con una calavera pintada, un arma y un radio, detrás de él, en fila india, caminan los jóvenes antes de ser asesinados.

Todos fueron localizados cerca de La Soledad, una comunidad apenas a cinco kilómetros del lugar donde fueron raptados.

La fiscalía del estado indica que la línea de investigación es narcomenudeo, pero el único sobreviviente asegura que no tenían lazos, por lo menos él con delincuentes.

Este tipo de situaciones no debería de darse en México, ninguna madre o padre pueden estar tranquilos de que sus hijos están seguros en Zacatecas. En muchos otros estados sucede lo mismo. Pero para darnos una idea de las cifras, el 2021 fue el más violento de la historia reciente de Zacatecas: año de alternancia, con una cifra histórica de mil 34 homicidios dolosos, con una la tasa de homicidios dolosos del estado de 109 por cada cien mil habitantes, mientras que la media nacional fue de 28.

Hoy, Zacatecas se ubica en el lugar 16 de 32 entidades con más homicidios del país, de acuerdo con el informe de incidencia delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

En cuanto a personas desaparecidas, hasta julio de 2023 el registro de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) indicaba que en Zacatecas existen tres mil 664 personas desaparecidas y/o no localizadas.

La tendencia al alza de personas desaparecidas, según datos de las mismas autoridades, comenzó de 2016 al 2020 y se mantuvo en este 2023, debido a que se registraron dos mil 758 casos en ese periodo: es decir, en los últimos siete años se concentra más del 75% de las víctimas.

Llama la atención porque hace unos años era un estado seguro. Urge una estrategia mucho más frontal, no de “abrazos, no balazos”. Necesitamos un México en donde podamos salir a la calle sin miedo y sin riesgo a perder a un hijo, hija, una madre o un padre.

No sólo se trata de liberar a los secuestrados de “campos de concentración” y cantar victoria, hay que detener a los delincuentes.