Carlos Urzúa
La noticia de la muerte de quien fuera el primer secretario de Hacienda del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Carlos Manuel Urzúa Macías, quien perdió la vida con tan sólo 68 años, cimbró a la opinión pública esta semana.
Apenas un día antes, Urzúa se encontraba en la marcha de la democracia que llenó el Zócalo capitalino y pocas horas después perdió la vida dentro de su casa en la alcaldía Magdalena Contreras.
Así de frágil es la vida, un día se está y a las pocas horas se puede esfumar. Al momento de anunciar su muerte se había dicho que la causa fue una caída fuerte por las escaleras, que Urzúa se encontraba solo con la persona de servicio que lo auxiliaba. Lamentablemente, es verdad, el economista sufrió un fuerte golpe y se desvaneció por un infarto fulminante.
Urzúa trabajó desde los inicios de los años 2000 en el gobierno del entonces Distrito Federal y con López Obrador de jefe de Gobierno. Ahí empezó su carrera como secretario de Finanzas.
Del año 2000 al 2003 estuvo al frente de esa dependencia, regresó a la academia y fue hasta diciembre del 2018 que llegó al gabinete federal, como secretario de Hacienda y Crédito Público.
Carlos Urzúa, aseguran los que lo conocieron de cerca, siempre fue un hombre íntegro y de convicciones. Estuvo solamente siete meses al frente de la Secretaría de Hacienda, y para el 9 de julio del 2019 presentó su renuncia. Evidentemente fue una ruptura con el Presidente López Obrador y así lo expresó en su carta de renuncia.
El entonces secretario señaló que hubo decisiones de políticas públicas que se tomaron sin sustento y con las que él no estaba de acuerdo y aseguró: “Hubo discrepancias en materia económica”. Además, señaló como “inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento en la Hacienda pública”.
Urzúa decía que estaba convencido de que toda política económica debía realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que ésta pueda tener y libre de todo extremismo, sea éste de derecha o izquierda. “Sin embargo, durante mi gestión las convicciones anteriores no encontraron eco”, aseguraba.
El exsecretario de Hacienda renunció además por conflictos internos con otros miembros del gabinete. En entrevistas que dio a varios medios de comunicación, explicaba las causas por las cuales había presentado su dimisión.
Fueron seis temas en particular los que le hicieron tomar la decisión de dejar el gabinete de AMLO. Él mismo aseguraba que su relación con Alfonso Romo, quien era jefe de la Oficina de la Presidencia de la República era ríspida.
Carlos Urzúa no estaba de acuerdo en pagar tal cantidad por la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, mismo que se revocó para construir el Aeropuerto de Santa Lucía, hoy Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Tenía razón, hoy todos los mexicanos seguimos pagando con el impuesto del TUA que se genera en el aeropuerto Benito Juárez, el aeropuerto de Texcoco que nunca se construyó.
En 2021, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) anunció que el costo de no continuar con la terminal en Texcoco fue de 113 mil 327 millones de pesos.
Carlos Urzúa también aseguraba que la Refinería Dos Bocas no sería rentable. Tampoco estuvo de acuerdo con la decisión del Gobierno federal de López Obrador sobre el plan de negocios de Pemex. Y también tuvo conflicto con Manuel Bartlett, director de la Comisión Nacional de Electricidad (CFE) por la cancelación de un ducto.
El primer secretario de Hacienda de esta administración sabía que los recortes presupuestales podrían afectar la operación del Gobierno.
Y es por estos motivos que decide dejar su cargo para integrarse de nuevo a la academia. Evidentemente, la carta que se envió y la forma en cómo se hizo pública su renuncia generó fuertes diferencias con el mandatario, quien en una conferencia matutina minimizó la renuncia de Urzúa asegurando que él no entendía la austeridad que se le estaba pidiendo.
Pero Urzúa se atrevió a contestarle al Presidente y en una columna, de las que publicaba en el periódico El Universal, aseguró que el mandatario sólo pensaba en su clientela electoral y que solamente se escuchaba a sí mismo.
Duras declaraciones que nunca dejó de hacer. Hace apenas unos días denunció que existían 600 mil beneficiarios fantasmas que cobraban el apoyo de adultos mayores. Y en las últimas semanas se había anunciado que se uniría al equipo de la aspirante opositora a la Presidencia, Xóchitl Gálvez.
Y es que el exsecretario de Hacienda fue consultor del Banco Mundial, así como de la Comisión Económica para América Latina, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, y también asesoró a varias empresas mexicanas en el tema de comercio internacional.
Muchos enviaron sus condolencias de inmediato, entre ellas la esposa del Presidente López Obrador, la doctora Beatriz Gutiérrez Müeller, quien publicó una esquela en sus redes sociales.
El jefe del Ejecutivo federal tardó más en dar sus condolencias y ante el vacío de información hubo rumores de otras posibles causas de su muerte. La realidad es que Carlos Urzúa falleció, como decíamos, de un infarto al miocardio. Fue un hombre que además siempre fue claro y congruente con su pensar y nunca se quedó callado en decir en lo que él estaba convencido.
Descanse en paz Carlos Urzúa, el primer funcionario que presentó su renuncia al gabinete del Presidente Andrés Manuel López Obrador.