Cárteles mexicanos en Australia y Nueva Zelanda
Hace unos días escribía en este espacio sobre la expansión de los cárteles mexicanos en Europa y Estados Unidos.
En nuestro vecino país del norte, hace unos días fue detenido Christian Gutiérrez Ochoa, yerno de Nemesio Oseguera, El Mencho, líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En España a un alto mando de la policía antinarcóticos le fueron descubiertos 20 millones de euros en efectivo; las autoridades aseguran que es dinero de transacciones del Cártel de Sinaloa.
Ambas organizaciones, que son muy fuertes en México, ahora tienen presencia en muchos otros lugares del mundo, como lo son Australia y Nueva Zelanda, dos países ubicados en Oceanía.
Y es que la droga puesta en esos países tiene un costo altísimo y hay ganancias importantes para los narcotraficantes. Por ejemplo, una dosis de cocaína puede llegar a costar lo equivalente a 3 mil pesos, mientras que en México y EU la ganancia es menor.
La Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito reportó que un gramo de metanfetaminas que en Estados Unidos valía entre 30 y 60 dólares, que en Australia y Nueva Zelanda el costo se incrementaba de 140 hasta 830 dólares.
La presencia del CJNG en Australia y Nueva Zelanda lleva por lo menos siete años. Narcotraficantes mexicanos se encargan de enviar la droga a esos países y hacen alianzas con distribuidores locales para vender cocaína y metanfetaminas.
Reportes oficiales indican que el Cártel Jalisco supera al de Sinaloa en sus operaciones de Oceanía, donde las autoridades locales reconocen que existe preocupación por el incremento en el consumo de metanfetaminas, una droga que se vende en suburbios y zonas de clase media y alta en Australia y Nueva Zelanda y que es fabricada en colonias de Jalisco, Colima y Nayarit.
Según el ranking mundial de consumo, Australia se encuentra en segundo lugar en el consumo y adicción de metanfetaminas, sólo por debajo de Estados Unidos.
Son drogas sintéticas, cuyos precursores llegan de China y la fabricación se hace en México en grandes laboratorios clandestinos, muchas veces enclavados en la sierra mexicana y de ahí se exportan a Australia y Nueva Zelanda, entre muchos otros países.
Las cifras de consumo de metanfetaminas son alarmantes, pero lo es más la cifra oculta que no tarda en empezar a crecer dramáticamente de consumo de fentanilo. Recordemos que esta substancia es mezclada con otras drogas para hacerla mucho más adictiva, que es precisamente lo que buscan los narcotraficantes para aumentar su negocio.
De acuerdo con autoridades australianas, los primeros reportes de que los grupos criminales mexicanos habían llegado a esa parte del mundo se dio en 2015, cuando comenzaron a detectar la llegada de cargamentos de droga que provenían desde el Pacífico.
Para 2019, las autoridades ya reconocían que existía “la ruta del crystal”, la cual partía desde México y llegaba a Oceanía, siendo en ese momento el Cártel de Sinaloa el mayor proveedor de esa droga. Los envíos de los mexicanos han superado los cargamentos de cocaína que hasta hace unos años controlaban cárteles colombianos.
Mucha de la droga entra primero a Australia, que es un territorio enorme y por esa magnitud es difícil de controlar en algunas partes, y de ahí se envía a Nueva Zelanda.
La organización InSight Crime reveló en su reporte de 2024 que las organizaciones criminales mexicanas “actualmente, en Europa y Oceanía, estarían ofreciendo la oportunidad de mayores ganancias; y aunque los costos de operación estarían aumentando, la misma cantidad de metanfetaminas podría alcanzar un costo estimado de 20 mil dólares en países europeos y hasta 190 mil en Australia y Nueva Zelanda”.
En 2021 se dio a conocer la Operación Tarpón, con la cual autoridades neozelandesas lograron capturar a ocho personas, entre ellas al emisario del CJNG identificado como Ángel Gavito Alvarado, quien llegó a ese país en 2019 y al siguiente año contactó con Demant, un hombre que a simple vista parecía un pescador común, pero que en realidad contaba con una red que distribuía droga.
Las autoridades habían intervenido las comunicaciones de Demant y sus cómplices, pese a que los narcomenudistas creían que sus celulares y mensajes estaban encriptados. De esta forma, supieron que este hombre tenía contacto directo con gente del Cártel Jalisco, que se encargaba de enviar los paquetes de droga en tiempo y forma.
Ahí se descubrió que se trataba de 200 kilos de cocaína que entraría por el norte de Nueva Zelanda; sin embargo, tardó en llegar debido a las complicaciones por el traslado y la amenaza de volver a cerrar las fronteras por una nueva ola de brote por Covid-19.
Demant había planeado recoger el cargamento y no pagarle al cártel, como castigo por la demora; sin embargo, las autoridades analizaron la situación, sabían que traicionar a la gente de Nemesio Oseguera, El Mencho, provocaría una guerra sangrienta, como ocurre en las entidades mexicanas; por ello, decidieron actuar y realizar cateos en los domicilios de los narcotraficantes.
Demant fue condenado a siete años de cárcel, mientras que el mexicano Gavito recibió tres años de prisión.
Éste es sólo un caso de los tantos que hay de narcotraficantes y narcomenudistas en Australia y Nueva Zelanda.
De acuerdo con la Policía Federal Australiana, entre 2022 y 2023 incautaron 23.6 toneladas de metanfetamina producida en Norteamérica con destino a Australia, mientras que los decomisos procedentes del sur de Asia habían disminuido, lo que mostró el avance de los cárteles mexicanos.
El producto procedente de México, Estados Unidos y Canadá representa ahora al menos el 70% de la metanfetamina que se encuentra en Australia, según estimaciones de la policía de ese país.
Según una medición de 2023 de Transparencia Internacional, muestra que Nueva Zelanda está catalogado como el tercer país menos corrupto del mundo, únicamente por debajo de Dinamarca y Finlandia.
Imagínese usted que los cárteles de la droga mexicanos han logrado corromper a gente en Nueva Zelanda y Australia, para poder operar su negocio.