Chiapas: EU alerta a turistas
Chiapas tiene atractivos naturales espectaculares, zonas arqueológicas enigmáticas, culturas ancestrales que aún conservan sus tradiciones, montañas, playas y hermosos paisajes naturales.
Se tienen desde lugares como San Cristóbal de las Casas, hasta la Selva Lacandona. Está también la Ruta del Café, el Cañón del Sumidero, la zona arqueológica de Palenque y otros sitios arqueológicos que son mágicos.
Hoy el turismo podría estar en riesgo en Chiapas como en otras zonas del país.
La inseguridad en el estado, la toma de ciertas ciudades por parte del crimen organizado hace prácticamente imposible poder visitar ciertas zonas.
Hace un par de meses, escribía en esta columna el riesgo que hay en esa entidad por la entrada del crimen organizado, quienes han visto en el turismo un negocio muy lucrativo y están buscando sacar dinero de la mayoría de los servicios que se ofrecen a los viajeros.
Desde el cobro de piso a los transportistas, los que intentan recaudar cobrándoles derecho de piso a los restaurantes y locales, y ahora hasta quieren el control de los guías turísticos en zonas arqueológicas y reservas naturales.
Hace unos meses la delegación en Chiapas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que cuatro zonas arqueológicas están cerradas por la inseguridad y la lucha armada, por el conflicto de tierras, lo que ha provocado un drástico descenso de turistas.
Esto afecta mucho a los turistas que hoy están expuestos a que los asalten, pero también cientos de familias que viven lícitamente trabajando todos los días.
Hay empresas enfocadas en visitantes extranjeros que han reportado que dejaron de promocionar las zonas arqueológicas como la de Bonampak y Yaxchilán, en la zona de la selva Lacandona, Lagartero y Lagos Colón, en el municipio de Frontera Comalapa, por esta situación.
Mientras que la zona arqueológica de Toniná, ubicada en el Rancho San Antonio, también se mantiene cerrada por un conflicto de compraventa entre el dueño del terreno con autoridades; aunque este caso no es generado por el crimen organizado, también mantiene alejado al turismo.
Ahora es el Gobierno de Estados Unidos quien emite una alerta para sus ciudadanos a que no visiten ciertas zonas de Chiapas.
Hace unos días el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, estuvo en Chiapas, tras esa visita el Gobierno de ese país emitió una alerta. Por la “creciente violencia y preocupaciones de seguridad en Chiapas”, consideró pertinente emitir el sábado pasado una alerta de viaje para restringir a sus ciudadanos y empleados de su Gobierno viajar a esa entidad de nuestro país.
En el comunicado se dice que la mayor parte de la frontera entre Chiapas y Guatemala, desde la costa del Pacífico hasta la Reserva de la Biosfera Montes Azules, no es segura para los turistas.
También se incluyen ciudades como Nezahualcóyotl, Ocosingo, El Ocote, San Francisco Pujiltic, Mapastepec, Huixtla, Motozintla de Mendoza, Comitán de Domínguez, La Trinitaria, Frontera Comalapa y Las Margaritas.
El mayor punto turístico de Chiapas: San Cristóbal de las Casas, también fue incluido en la advertencia. El Gobierno de Estados Unidos ha dicho que sí se puede viajar a Tapachula, pero advierte que salir de esa ciudad es riesgoso.
Lo hemos venido diciendo en estas páginas que Chiapas enfrenta un problema gravísimo de seguridad. Grupos criminales están tomando ciudades enteras, incluso miles de Chiapanecos, muchos indígenas, han tenido que abandonar sus tierras y han sido desplazados.
Madres han tenido que llevarse a sus hijos, sobre todo a los jovencitos hombres para que no los reclute el narcotráfico.
De acuerdo con datos oficiales, Chiapas reporta un incremento de 53% de homicidios dolosos en los primeros tres meses del 2024. Los municipios más afectados son: Tapachula, Tuxtla Gutiérrez y Suchiate.
Los enfrentamientos son principalmente entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa, que utilizan grupos locales para arrebatarse el control de la frontera con Guatemala, donde el negocio del tráfico de migrantes, droga y armas es cada vez más redituable, y que incluso cometen con la venia de autoridades locales.
Entre junio de 2021 y diciembre de 2023 más de 7 mil 500 personas tuvieron que abandonar sus hogares para escapar de la ola de violencia que azota Chiapas, según el estudio “Asedio a la vida cotidiana, terror para el control del territorio y graves violaciones a los derechos humanos”, hecho por diversas organizaciones civiles.
La inseguridad generada por los grupos criminales también afecta la educación de los niños. El pasado miércoles civiles armados se enfrentaron en el municipio de Pantelhó, provocando que maestros de por lo menos 10 escuelas de diferentes niveles educativos quedaran atrapados entre las balaceras.
Un día antes, hombres encapuchados derribaron árboles sobre la carretera San Cristóbal de las Casas-San Juan Cancuc, a la altura de las entradas y salidas de la demarcación, para evitar que la población saliera o entrara.
Según fuentes oficiales, los educadores fueron liberados hasta el jueves y escoltados por 70 camionetas de las fuerzas federales y estatales fuera de la zona de conflicto.
Maestros rescatados adelantaron que las clases en Pantelhó permanecerán suspendidas hasta que las autoridades controlen la situación y se garantice la paz y la tranquilidad en la zona.
En este municipio, la violencia tuvo su mayor incremento desde julio de 2021 con la aparición de un grupo que se hace pasar por autodefensas denominado “El Machete”, quien desde su aparición secuestró a 21 personas y hasta el momento se desconoce su paradero.
No sólo el crimen organizado genera violencia en Chiapas, las luchas entre etnias por los terrenos; peleas entre los habitantes por el control político de una comunidad también generan inseguridad.
El pasado viernes 19 de abril, hubo un enfrentamiento entre comerciantes por el control de un mercado público de Ocosingo, uno de los municipios incluido en la alerta.
Para el sábado, en el municipio de Chalchihuitán, cientos de indígenas mayas tzotziles salieron a las calles para exigir a las autoridades el cierre de cantinas clandestinas, que sirven como punto de venta y distribución de drogas, así como la implementación de una ley seca permanente en todo el municipio para recuperar la tranquilidad comunitaria.
Los habitantes aseguraron que llevan más de un año luchando para cerrar esas cantinas, pero en lugar de que desaparezcan, cada vez aparecen más.
En estos meses de procesos electorales, la violencia, atentados y asesinatos se han incrementado en gran parte del país y en Chiapas no es la excepción.
Parte del territorio chiapaneco está siendo tomado por el crimen organizado, una pésima noticia para México.