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Clara busca a su Juanito

El martes pasado, en redes sociales circuló un audio que se le atribuye a Martí Batres, jefe de Gobierno capitalino, en el que se escucha que le han pedido “dejar de apoyar a Brugada”.

En el audio se oye: “Tenemos dos semanas para bajar a Omar por el tema de género. Eh, yo ya le dije a Dany que le siga pegando con Hernán, con Viri y a ver si saca algo más porque lo último del mini lic. no pegó. Hay que seguir creciendo a Clara y no soltar la campaña contra Omar en redes y seguir sacando encuestas que pongan empate y mover todo lo que le ha pegado bien en redes”.

Martí Batres aseguró que es falso, y denuncia que lo que se escucha es producto de Inteligencia Artificial. No sabemos la procedencia del audio ni su veracidad, de lo que sí tenemos certeza es que, dentro de los cuadros de Morena, particularmente en la Ciudad de México, se vive una intensa confrontación para buscar la candidatura a la Jefatura de Gobierno parecida a la que había en el 2009.

Esto me ha hecho recordar la historia de Juanito con Clara Brugada, hace 14 años, cuando Brugada buscaba ser la entonces jefa Delegacional en Iztapalapa por el PRD.

En ese entonces, Morena no existía, pero en el PRD estaban muchos de los actores que hoy son parte del guinda, entre ellos Martí y Clara.

En esa elección, dos candidatas del PRD buscaban la candidatura en el proceso interno para contender por la alcaldía Iztapalapa: Silvia Olivia Fragoso y Clara Brugada.

Brugada renunció a su entonces cargo público: la Procuraduría Social de la CDMX para contender, pero dentro del PRD hubo fracturas y comenzaron los señalamientos de que la designación para Iztapalapa no había sido legal.

Por un lado, estaba el grupo de los llamados Chuchos, con Jesús Ortega, José Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Zambrano y Agustín Basave.

Del otro lado estaba la llamada Nueva Izquierda con: Ricardo Ruiz, Martí Batres, Juan José García, Dolores Padierna, Armando Quintero, Alejandro Sánchez y Héctor Bautista.

Algunos en el PRD habían decidido que Brugada era su mejor opción, pero el grupo de los Chuchos impugnó el proceso cuando faltaban sólo 23 días para esas elecciones.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló la candidatura de Brugada y se la otorgó a Oliva Fragoso, quien se registró ante las autoridades electorales como candidata del PRD.

La decisión del TEPJF se basó en anular la votación de 34 casillas y cancelar otras 47 porque los funcionarios electorales no acreditaron su militancia como lo disponían los estatutos partidistas del PRD, por lo que dijo que se había alterado el resultado.

Conforme al cómputo final avalado por los magistrados del TEPJF, Oliva Fragoso obtuvo 80 mil 353 votos y Brugada alcanzó 79 mil 582, esto es, una diferencia de 771 votos.

Pero el grupo que apoyaba a Brugada no aceptó el resultado y con el mínimo requerido sesionó la entonces Comisión Política Nacional del PRD para obligar a Oliva Fragoso a bajarse de la contienda y dar su lugar a Clara Brugada.

Oliva no aceptó y fue entonces que intervino Andrés Manuel López Obrador, quien entonces, después de las elecciones presidenciales del 2006, ya se había proclamado “presidente legítimo”.

López Obrador ideó una estrategia para desafiar la resolución de tribunal electoral: llamó a sus simpatizantes, que en ese tiempo eran perredistas, a no votar por la candidata de su propio partido el PRD, a quien las autoridades electorales dieron por ganadora: Oliva Fragoso.

AMLO pidió que votaran por Rafael Acosta alias Juanito, quien era la otra opción para Iztapalapa, el abanderado por el Partido del Trabajo, al que las encuestas no favorecían y lo colocaban muy por detrás del PRD.

Hizo que Juanito prometiera públicamente que, una vez ganada la elección y cuando asumiera el cargo, que renunciaría para que Brugada quedara al frente de Iztapalapa.

Así, en sólo tres semanas, hicieron campaña en Iztapalapa pidiendo a los vecinos que, como no estaba impreso el nombre de Clara Brugada en la boleta, votaran por Juanito. Una estrategia que les dio la victoria con el 31.18 por ciento de los votos frente al 22.10 por ciento que obtuvo el PRD.

El 1 de octubre de 2009, Juanito asumió el cargo e inmediatamente solicitó licencia por enfermedad, tal como lo había prometido.

Era un vendedor ambulante de 51 años que había trabajado como mesero, luchador y hasta actor en una película de bajo presupuesto y que vio alcanzada la fama con el triunfo en la alcaldía Iztapalapa, su vida dio un giro de 180 grados.

Desde ese momento que López Obrador pactó con él, todos sabían quién era Juanito, la prensa y los políticos lo acosaban y constantemente lo desafiaban para saber si cumpliría con el trato.

Un día antes de terminar su licencia, el 28 de noviembre del 2009, de forma sorpresiva Juanito regresó a su cargo como jefe delegacional, puso unos sellos en las puertas y anunció a los cuatro vientos que asumiría el cargo que ganó. Ahí, Clara Brugada lo llamó “ladrón”, López Obrador comenzó a presionarlo para que cumpliera su parte del trato, pero Juanito se negaba a dejar lo que para él legítimamente había ganado.

Afuera de la delegación de Iztapalapa comenzaron los enfrentamientos verbales entre los partidarios y los detractores de Juanito, quienes formaron un cerco alrededor de las oficinas delegacionales.

Algunos dirigentes del PRD denunciaron una situación de ingobernabilidad en Iztapalapa y amenazaron con agotar todos los mecanismos para remover al polémico delegado de su cargo, y una ausencia destacaba: la de López Obrador.

El caso escaló y llegó hasta la Asamblea Legislativa, en donde se buscaba la forma de destituir a Juanito. Finalmente, Juanito renunció, el entonces jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, platicó con él y cumplió con su promesa. Clara Brugada pudo asumir la jefatura delegacional, en diciembre de 2009.

A Juanito, su momento de fama le alcanzó para que lo contrataran en el reality show, La Isla. Por cierto, casi se ahoga porque no le dijo a la producción que no sabía nadar.

Juanito tuvo la posibilidad de ganar la elección, volverse famoso y aparecer en televisión por un pleito interno del partido. A ver qué historia sale de este nuevo conflicto, que se está dando con muchos de los personajes de ese 2009, pero ahora en Morena.