Cómo evitar que nos maten

18 febrero, 2020

La violencia del hombre sobre su pareja es invisible, salvo
cuando se denuncia; invisible para todos, salvo los hijos que corren el
riesgo de perpetuarla, ellos como maltratadores, ellas como víctimas sumisas

Jacobo Durán

La gran mayoría de los feminicidios son perpetuados por alguna persona cercana a la víctima, casi siempre su pareja o expareja. Detrás de la historia de cada mujer asesinada, casi siempre hubo maltrato mucho tiempo atrás. Más de 60 por ciento de las mujeres mexicanas ha vivido violencia en su hogar. La gran mayoría está tan inmersa en esas agresiones que las ven como algo normal. Los hijos crecen viendo este tipo de relaciones y cuando ellos tienen a sus parejas, los patrones de conducta tienden a repetirse. Es un problema gravísimo que tenemos como sociedad en México.

Llega un momento en esos golpes, que una mujer sabe que puede perder la vida. Pero enfrentarse al terror de presentar una denuncia en contra de su pareja o padre de sus hijos se vuelve muy complicado. Las represalias, no sólo del agresor, sino de la familia hacia ella, pueden ser brutales. Y, sobre todo, es difícil saber a dónde podemos acudir para pedir ayuda.

En la Ciudad de México la violencia intrafamiliar es el segundo delito más denunciado, sólo después del robo, y eso que para una mujer denunciar este tipo de agresiones es muy difícil.

En la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México hay un mecanismo de protección, en donde la persona agredida puede solicitar medidas de protección sin la necesidad de interponer una denuncia, en lo que decide qué va a hacer. Un programa que está funcionando, y las mujeres que se han acogido a él han salvado su vida.

Platicamos con la maestra Nelly Montealegre Díaz, subprocuradora de Atención a Víctimas.

Tenemos la opción de las medidas de protección, que son tramitadas por abogados victimales, no será un Ministerio Público quien las atienda de inicio, es atendida por un grupo multidisciplinario, se constituye la célula en ese momento, un psicólogo, un trabajador social, un abogado, que se encargará en los centros de justicia de dar esta atención inicial, de escucharla y darle las alternativas en cada uno de estos segmentos y, además, puede tramitar medidas de protección.

Las medidas de protección que están reguladas por la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que es una herramienta magnífica para prevenir la violencia feminicida y que no significa que tengan que denunciar a su cónyuge, no significa tampoco que tengan que obligarse a iniciar un procedimiento de divorcio. Éste es un mecanismo que las protege, es donde un juez penal les señala y les ordena a las personas agresoras que se abstengan de agredirlas o de acercarse o de indicarles u ordenarles que salgan del domicilio o que les devuelvan sus objetos personales; estos casos donde viven con la familia, a veces de origen de la persona agresora, y sus objetos personales se quedaron dentro, sus documentos, todo esto que ellas necesitan, un juez ordena que se les devuelva, que no se acerque a su lugar de trabajo, que no se acerque a su domicilio, ni la persona agresora ni tampoco, dice la ley, interponga personas, que son a veces los familiares, los amigos que toman partido o que quieren tomar una acción en el caso, entonces, eso lo ordena la ley y no necesita ni denunciar ni divorciarse.

Listos para la atención

BB: ¿Cuánto tiempo tardan las mujeres en promedio en buscar este tipo de ayuda?

NMD: Fíjate que ésa es una gran pregunta, porque no tenemos identificado como un parámetro como tal, porque depende de cada una de las víctimas, de sus propias herramientas personales, incluso de sus redes de apoyo, ¿no?, algunas de ellas que digan: “Sí tengo alguna alternativa para irme a vivir con mis padres, con mis familiares o vivir de manera independiente, tengo un trabajo que me permite hacerlo”, son diversas las cuestiones que limitan a una mujer que vive violencia para tomar esa decisión, ¿no?, lo que sí puedo decir es que todas ellas, detrás del momento en que ya acuden a la institución, hay un sinnúmero de eventos de violencia.

BB: La violencia vivida propicia patrones que se repiten.

NMD: Así es, sí, además de que las viven también ellos, van reproduciendo esos patrones de violencia, ¿no? Ha habido casos aquí en la Fiscalía que atendimos a la mujer hace cinco años, 10 años, y ahora vienen las hijas con sus parejas a ser atendidas, o sea, es un modelo que se va reproduciendo.

BB: Ponerle límite a los agresores funciona.

NMD: Cuando una persona agresora llega al establecimiento de un límite y ya puede tener consecuencias de sus actos, ya lo piensa.

BB: Las denuncias también se pueden presentar de forma anónima. Por ejemplo, un vecino que escuche los golpes.

NMD: Sí, también. Tenemos en la plataforma del MP virtual, ya también el espacio para la denuncia anónima, también pueden hacerlo, permítanos atenderlo, comuníquense con nosotros de alguna manera, en el portal en la parte de la denuncia anónima no necesitamos que nos den sus datos si esta persona es un violentador y que a veces nos pasa, ¿no? Soy la vecina que veo que mi vecina vive en violencia y ella no quiere denunciar y yo no quiero aparecer de manera directa, bueno, permítanos conocerlos, podemos mandar un equipo de trabajo social que se acerque con ella para ver qué es lo que está pasando.

BB: El tema de los niños que viven en esta violencia. ¿Y si la mujer está tan metida en una relación tóxica que no quiere denunciar?

NMD: Ella tomará sus decisiones como una persona adulta, pero ha habido ocasiones en las cuales las niñas y los niños… tienen que tomarse medidas de protección respecto a ellos para su seguridad y ahí tenemos un espacio también en la Fiscalía, donde protegemos a niñas y niños, tenemos el Centro de Estancia Transitoria, ahorita en población tenemos a 67 niños que han sido víctimas de delito. En 95 por ciento de esos casos víctimas de delito en su hogar, entonces ahí tenemos un mecanismo específico de protección para ellos.