“Como familia, fuimos rehenes de Pablo Escobar y del Estado”:Victoria Eugenia Henao
En esta segunda parte de la entrevista que junto a Jorge Fernández Menéndez hicimos a Victoria Eugenia Henao, viuda de Pablo Escobar, ella asegura que durante esos años ella y sus hijos fueron rehenes de su esposo, de los enemigos de éste y del gobierno colombiano.
Pregunta: Hay momentos muy complicados cuando empiezan los carros-bomba, las explosiones; también les toca; el Edificio Mónaco fue volado literalmente, ¿no?
VEH: La primera bomba que yo escuché en Colombia fue la nuestra, con 700 kilos de dinamita, donde el Edificio Mónaco quedó semidestruido. Mi hija, Manuela había despertado 20 minuto antes, la enfermera le había dado el tetero, se lo estaba tomando cuando sucedió la explosión; una ventana de acero cayó donde estaba su cuna. Yo estaba durmiendo con Sebastián, quedamos atrapados bajo un techo muy pesado, yo logré salirme por un hoyito; no sabía qué había pasado, pensé que era un terremoto. Mi hijo gritaba que se estaba ahogando, que por favor lo salvara, y del otro lado escuchaba a la niña llorando, salí corriendo de la pieza, descalza, todo estaba lleno de vidrios; vi que estaba bien, que no le pasó nada y regresé a la habitación y logré levantar el pedazo de techo, que días después 15 hombres no pudieron levantar… se estaba muriendo mi hijo, así que Dios me dio la fuerza para poderlo sacar de ahí. Pablo se enoja muchísimo por esto, y ya después se da la explosión del avión (por orden de él); yo no soy testigo de nada, pero creo que el miedo a la extradición y la lucha por no ser extraditado tienen que ver con eso, más que por la bomba contra nosotros.
Pregunta: En un momento se intenta llegar a un acuerdo entre el Estado y el Cártel de Medellín; Pablo y sus lugartenientes se entregan, él manda a construir la cárcel Tiempos de la Catedral, fue un momento de paz en medio de esa guerra; ¿cómo lo viven tú y tus hijos? Tu hijo nos decía que la Catedral para él era un momento de realmente convivir con su papá sin miedo a que los atacaran, y no fue un hotel, un spa, como algunos dicen.
VEH: Dura exactamente un año. Nosotros como familia le suplicamos mucho a Pablo que se entregara, que nos diera una vida en paz, una vida digna, y creo que fue la única razón por la cual él tomó la decisión de entregarse. Fue un momento de paz para Colombia. Al principio no fue como decían; las cosas no empezaron en un desorden absoluto, se vuelve un espacio en el que van tomando confianza y empiezan a subir mujeres, hacen sus fiestas. Para mí fue un momento de paz y, a la vez, de mucho dolor como mujer, porque cuando haces tantos esfuerzos para acompañar a tu pareja y termina esto siendo una fiesta, es muy doloroso.
“Como familia le suplicamos a Pablo que se entregara, que nos diera una vida en paz, una vida digna, y creo que fue la única razón por la cual él tomó la decisión de entregarse. Fue un momento de paz para Colombia”
Pregunta: ¿Tú sabías de sus amantes?
VEH: Me fui enterando en el camino, porque muchas fueron muy públicas, salían en los diarios, y yo lo confrontaba; pero él me decía que no, que mi hogar estaba por encima de cualquier situación. En una cultura tan machista como la colombiana es muy común que los hombres tengan amantes. Le decía: “estás en esta relación, sos un hombre joven, un hombre libre, yo quiero estar en paz, te puedes casar, pero déjame a mí en paz, yo no quiero estar en la mitad”; porque a mí era a la que me tocaba esconderme, ir bajo la tierra, y mientras, él disfrutaba con sus amantes.
Pregunta: Hasta hace poco seguías refiriéndote a Pablo como tu esposo; ahora has logrado poner distancia.
VEH: Más que decirlo yo, los medios me han etiquetado siempre como la viuda de Pablo Escobar. Mi pedido, justamente a partir de mis memorias, es que me empiecen a mirar como la mujer que soy, la cabeza de familia, la mujer que ha educado a sus hijos y que se ha reinventado todos estos años. Moralmente, decir que soy la esposa de Pablo Escobar siempre fue un riesgo; he sido discriminada en todos los lugares y mis hijos en los colegios; no era tan grato decirlo, porque pagabas un precio muy alto.
Pregunta: Después de que Pablo se fuga viene la fuga de tu familia; intentan buscar asilo en otros países y tienen que regresar en terribles condiciones a Colombia.
VEH: Sí, fue muy doloroso. El Estado colombiano nos empezó a proteger 4 meses antes de la muerte de Pablo; hacen un acuerdo de que él se va a entregar y el Estado nos va a conseguir asilo en algún lugar del mundo; pasan 4 meses, tenemos atentados en el lugar donde vivíamos en Medellín, le suplicábamos al fiscal el asilo político, que necesitábamos irnos urgente del país, y llega el viaje a Alemania, pero no nos dejan entrar. El avión aterriza antes de entrar a territorio alemán; ahí estuvimos tres días. Mi hija, tirada en una cobijita, y yo suplicaba por la vida de ellos, que eran menores de edad; decía que regresar en avión a Colombia era la muerte, pero no me escucharon. Hicieron que el avión, que ya tenía su vuelo, esperara tres horas, y nos subieron a empujones. Creo que nosotros fuimos rehenes de Pablo, rehenes del Estado colombiano y rehenes de sus enemigos. Hasta de la propia familia de Pablo.
Pregunta: Fallece Pablo y nunca queda claro si lo mataron o él se pegó un tiro.
VEH: Cuando Pablo muere fue muy doloroso para nosotros como familia; perdí al padre de mis hijos y a mi marido. No habían pasado 2 días cuando me llega una noticia de que nos van a matar a mí y a mis hijos; no sabía qué había que hacer y empecé a tocar puertas y a pedir ayuda. Es muy difícil tener ese tipo de conversaciones con hombres que nunca habías visto. En esa reunión hubo gente muy enojada y dolida por todo el daño que había recibido de Pablo; me costó muchísimo hacerles entender mi posición como madre. Pero el amor por mis hijos hizo que ellos fueran entendiendo mi postura y que mi único deseo era educar a mis hijos. Yo llevaba 10 años sin dormir y mis hijos también: con sobresaltos, con esta persecución de los enemigos, del Estado, del Ejército, con allanamientos 4 veces por semana; nos despertamos todos con un fusil en la cabeza, en allanamientos que duraban 10-15 horas.
Pregunta: Eso se cruza con la mitología de que hay miles de millones guardados y, hubiera o no esa fortuna, tú no tenías acceso a ella.
VEH: Nunca tuve acceso a ella; Pablo a mí nunca me participó de esos millones, ni que le guardara absolutamente nada. El Estado argentino y el colombiano llevan 25 años buscando la fortuna de Pablo y nunca la han encontrado. Yo tampoco; no me he dedicado a buscarla; me he dedicado a educarme y a trabajar, y a salir adelante como mujer y a que mis hijos tengan sus propios medios. El Estado colombiano tiene un porcentaje importante de las propiedades de Pablo.
Pregunta: Se refugian en Mozambique y llegan a Argentina.
VEH: Estuvimos muy poco tiempo en Mozambique, en medio de ninguna posibilidad para estudiar, para educarnos; no había la mínima posibilidad de tener una vida un poco digna. Sebastián se puso muy mal anímicamente y me decía que nos regresáramos a Colombia, que él prefería que nos mataran, pero que no nos quedáramos en ese lugar. A Argentina llegamos por accidente. Pasamos cuando íbamos para Mozambique y nos encantó como país; pero lo que más me gustó fue que nos daban tres meses como turistas. Ya después empezamos a tramitar el proceso migratorio, con muchas angustias. Fueron casi 8-9 años hasta que logramos la residencia permanente. Argentina es un país que nos ha brindado educación, nos ha regalado la paz que no teníamos; pudimos caminar por sus calles con tranquilidad.
Pregunta: También en Argentina hubo una investigación pensando que tenían los dineros de Pablo…
VEH: Exactamente, a mí me defraudaron; en Argentina hubo un grupo de personas amenazándome durante 11 meses, que me tenía que ir del país, que mi auto lo iban a cargar con cocaína y nunca lo pude volver a sacar del estacionamiento. Y sí, viví injustamente 18 meses en la cárcel por ser amenazada de muerte, por ser extorsionada; y el precio que me tocó pagar fue por la mitología de Pablo, hasta que 8 años después, la Corte Suprema de Justicia me da el sobreseimiento definitivo y me pide disculpas por un daño que ya era imposible resarcir.
Pregunta: ¿Extrañas tu tiempo con Pablo Escobar? ¿Una historia así puede tener un punto final o tiene puntos suspensivos?
VEH: La verdad que si veo el personaje de los últimos años, no lo extraño para nada; no quisiera volver a vivir ese horror, ni quiero que tampoco Colombia viva ese horror. Es muy duro para mí, que tengo mis hijos, que tengo que hablar con ellos, sobre todo con mi hija, porque mi hijo ha podido trabajar mucho esta historia y hacerse cargo, y para mi nieto, que es la generación que me toca empezar a conversar de una historia tan dolorosa como ésta. Yo quisiera parafrasear a Sebastián, mi hijo, en una entrevista en la que dijo que él quería que a Pablo Escobar se le recordara por el hijo que tuvo; y yo espero que también se le recuerde por la esposa que tuvo.