
Crisis por desaparecidos
En estos días con las amenazas de Donald Trump de imponer aranceles a varios países, nos hemos quedado en esa conversación, más que en los terribles hechos de desaparecidos o como los nombran en el Gobierno, “no localizados”.
Después de que se dieran a conocer los terribles actos inhumanos ocurridos en el campo de Teuchitlán, Jalisco, las imágenes dieron la vuelta al mundo. Por primera vez la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha activado un procedimiento por crisis de desaparecidos en México.
Se ha hecho de todo para tratar de desviar el terrible tema de los desaparecidos en nuestro país, pero ahora el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, ha anunciado que abrió un proceso con carácter de urgente sobre la situación de desapariciones forzadas en México, cuyos casos podrían llegar a ser analizados en la Asamblea General de la ONU.
La Organización de las Naciones Unidas ya ha dictado medidas cautelares a México. Estas recomendaciones no son lo más grave, además, el Comité activó el Artículo 34 de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas Contra las Desapariciones Forzadas, advierte de que hay indicios de que la desaparición forzada se practica de forma generalizada o sistemática en México.
Aunque el CED explicó que su objetivo es la cooperación y el diálogo constructivo con el Estado para lograr los acuerdos alcanzados en materia de desapariciones, lo importante de estas medidas cautelares es que por primera vez la Organización de las Naciones Unidas activa un procedimiento por crisis de desaparecidos en México.
El presidente del Comité, Olivier de Frouville, dijo que actualmente el país enfrenta una “situación preocupante” en relación con este fenómeno, razón por la que el órgano decidió aplicar tres procedimientos extremos establecidos en la Convención, entre ellos el de acción urgente (artículo 30) y el de comunicaciones individuales (artículo 31).
Entre las medidas cautelares que emitió, pidió garantizar el correcto resguardo de los restos y objetos personales de las personas desaparecidas en el rancho Izaguirre, con pleno respeto en la cadena de custodia, donde se han localizado fosas con restos humanos.
El CED se pronunció también sobre la posibilidad de daño irreparable sobre los restos óseos y elementos probatorios, localizados en esta finca que era utilizada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como centro de confinamiento, adiestramiento y exterminio.
Además, expresó su preocupación por las “amenazas, intimidaciones y represalias” de que han sido objeto las integrantes de los colectivos de madres buscadoras, quienes fueron las primeras en llegar y localizar los restos en ese lugar. También pidió al Gobierno federal asegurar la participación de los familiares y representantes en dichos procesos.
Y es que el predio con la construcción como se ve ahora del Rancho Izaguirre, según los mapas de Google, era un espacio que se encontraba de esa forma desde 2018.
¿Cuántas personas inocentes no habrán pasado por ahí? Por los testimonios de algunos pocos que lograron escapar de ese campo de Teuchitlán, sabemos que muchos de los y las jóvenes que llegaron a ese lugar fue por medio de engaños, les ofrecían oportunidades laborales y al llegar ahí eran reclutados para convertirse en sicarios.
Incluso los hacían convivir entre ellos, matarse e incluso realizar antropofagia para deshumanizar a los jóvenes para después convertirlos en sicarios. Lo más triste y grave de todo esto es que existen decenas de este tipo de lugares atroces donde el crimen organizado capacita a sus sicarios.
La ONU dice haber encontrado inconsistencias en lo que se ha informado de este rancho del terror y otros lugares donde se sabe que han sido asesinadas personas, y ha pedido realizar un análisis para determinar patrones, perfiles de los desaparecidos, esclarecer motivos y modus operandi de las personas involucradas, que expliquen los casos en esta región del país.
Finalmente pidió un informe con las medidas adoptadas para implementar cada una de las recomendaciones.
La reacción del Comité ocurre luego de las advertencias de familiares de desaparecidos y diversos organismos de la sociedad civil, como la organización Solidaria y la Plataforma por la Paz y la Justicia en Guanajuato, se argumentó que no existe una investigación exhaustiva que identifique los restos y objetos con sus respectivos dueños.
Sin embargo, después de que el Comité emitiera sus recomendaciones, el Gobierno mexicano, rechazó la activación del artículo 34 y aseguró que “el Gobierno mexicano no consiente, permite u ordena la desaparición de personas como parte de una política de Estado”.
En el comunicado se explica que México mantiene desde 2014 una cooperación sostenida con el Comité contra la Desaparición Forzada en su calidad de Estado como parte de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, también indicó que el CED remitiría al Gobierno federal una solicitud relacionada con la situación de desapariciones en el país.
Desafortunadamente la crisis de desaparecidos en México no parece tener fin y cada año se va incrementando. Datos de la Comisión Nacional de Búsqueda señalan que hasta el 18 de diciembre del año pasado había en México más de 120 mil desaparecidos y personas no localizadas.
No es la primera vez que el CED hace este tipo de informes sobre las desapariciones en nuestro país. En mayo de 2022 el mismo CED informó que México alcanzó la trágica cifra de más de 100 mil personas oficialmente reconocidas como desaparecidas, la cual consideraron que se trata de una “tragedia desgarradora”, pero destacaron que muchas desapariciones no se denuncian, por lo que la cifra podría ser mayor.
Un año antes, en noviembre de 2021, la CED calculaba que en México había 95 mil personas que estaban oficialmente registradas como desaparecidas.
Hace unos días se comunicó que la titular de la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, se reunirá con Indira Navarro, vocera del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco que encontró más de 500 indicios, entre ellos restos óseos, ropa, zapatos y artículos personales.
Ojalá que sí se reúnan con estas madres buscadoras, porque en un inicio no estaba contemplado que participaran en la investigación, siendo ellas las que tienen la información de lo que encontraron en el rancho Izaguirre, de Teuchitlán, Jalisco, y en muchos otros lugares.