Cristina, un atentado en la crisis
Las imágenes del atentado en contra de Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de Argentina, nos recuerdan el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Ambos rodeados de su gente, cuando llegó un infiltrado tan cerca que pudo ponerles un arma en la cara.
Ataque pone a temblar a Argentina
En el caso del excandidato presidencial mexicano, la bala acabó con su vida, en el caso de la expresidenta de Argentina, la bala aparentemente se encasquilló. Claramente se escuchó en las imágenes dos clics, mientras saludaba a sus simpatizantes y caminaba para entrar a su casa en el barrio Recoleta, en Buenos Aires, luego de acudir al Senado, cuando una multitud se le acercó para manifestar su apoyo debido al escándalo por una investigación de corrupción en su contra, fue atacada. Su propia gente detuvo al agresor que ya está en manos de las autoridades.
Hoy, Argentina enfrenta una crisis económica y política fuerte. El atentado se da en medio de acusaciones fuertes de corrupción hacia la vicepresidenta, y una polarización que cada día se acentúa más.
El agresor fue identificado como Fernando Andrés Sabag Montiel, un ciudadano brasileño de 35 años, quien portaba una pistola Bersa 380 fabricada en Argentina, informó la Policía Federal, quien tituló el expediente como “tentativa de homicidio calificado”. La pistola tenía 5 balas que no pudo accionar.
Horas después del ataque, el presidente argentino, Alberto Fernández, pronunció un discurso en televisión nacional, calificó como atentado el hecho y, posteriormente, decretó el viernes 2 de septiembre como día feriado, jornada que fue utilizada por cientos de seguidores para concentrarse en la Plaza de Mayo de la capital y otras ciudades argentinas en apoyo a la vicepresidenta.
En un primer momento sin pruebas se acusó a los opositores de haber realizado este atentado, lo cual ha levantado sospechas sobre sino pudo haberse tratado de un ataque preparado en un momento en que Cristina Fernández enfrenta acusaciones serias por corrupción.
Después de los rumores, la policía argentina declaró que habían allanado la habitación de 15 metros cuadrados donde vivía Sabag Montiel, en el barrio Villa Zagala de San Martín, en las afueras de Buenos Aires; encontraron dos cajas de bala marca Magtech calibre 9 milímetros con 50 proyectiles cada una, una laptop, tarjetas de transporte, entre otras pertenencias en medio del “desorden”.
Montiel llegó a Argentina en 1996, cuando era niño, para marzo de 2021 fue detenido cuando portaba un cuchillo.
También se ha declarado que Montiel estaba deseoso de fama y que cada vez que veía una cámara realizaba una acción para tratar de salir en la televisión.
Medios argentinos informaron que, recientemente, el sospechoso apareció en una nota del canal Crónica TV mientras vendía algodones de azúcar con su novia y se quejaba de los programas sociales. Este episodio vuelve a poner en la mira a Kirchner, la gran protagonista de la vida política de Argentina de los últimos tiempos, en un país que se divide entre quienes la aman y la odian.
Además, este ataque se produce luego de que la Fiscalía pidiera, el mes pasado, una pena de 12 años de prisión para la vicepresidenta por presuntamente haber desviado cerca de mil millones de dólares en contratos de obra pública para beneficio particular, cuando era presidenta en el periodo de 2007 a 2015.
Éste no sería el primer caso controvertido en el que la vicepresidenta se ve involucrada. A principios de 2015, el fiscal Alberto Nisman denunció a la entonces presidenta Cristina Kirchner y al canciller Héctor Timerman por encubrir a los autores del atentado contra la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA) y la embajada de Israel, que el 18 de julio de 1994 causó la muerte de 85 personas.
Las investigaciones de este caso apuntaron a que se trató de un grupo de Hezbolá bajo las órdenes del régimen de Irán; sin embargo, una reciente indagatoria del Mossad, publicada por The New York Times, indicó que Irán no estuvo vinculado.
El fiscal Nisman apareció muerto la madrugada del 18 de enero en el baño de su departamento en Buenos Aires, tenía un disparo en la cabeza. La primera teoría que se manejó fue la del suicidio, luego de que presuntamente tuvo una fuerte pelea telefónica con su esposa, por una cuenta bancaria en Nueva York. Aunque autoridades han considerado que se trató de un asesinato hasta el momento no hay sospechosos ni culpables.
Otro fiscal que se ha enfrentado a los Kirchner fue Carlos Stornelli, quien encabezó la investigación contra Cristina Fernández y sus colaboradores por el caso de “Los Cuadernos de las Coimas”.
Este caso se dio a conocer en 2018, el chofer de un funcionario llevó durante años un detallado registro del recorrido de los bolsos con dinero, presuntamente proveniente de sobornos millonarios que empresas de la construcción, entre otras, pagaban a los gobiernos kirchneristas. Por ello, se abrió una de las causas de corrupción más grandes de la historia argentina.
Cristina Fernández ha salvado literalmente la vida y en términos judiciales parece que también, pues a pesar de los escándalos de corrupción que la involucran a ella, a su difunto esposo y a más de 30 funcionarios de sus gobiernos, siempre ha salido medianamente bien librada, aunque muy criticada por la oposición dentro y fuera de su partido.
Argentina enfrenta una crisis brutal, el peso se ha devaluado ante el dólar más del 40 por ciento sólo en lo que va del 2022 y la inflación en lo que va de este año ha llegado al 90 por ciento. En esa nación son más las personas que reciben apoyos sociales que los que tributan. Pero además hoy son muchos los argentinos que ganan bastante más dinero con apoyos que trabajando. No se ve a mediano plazo como puedan estabilizar al país económicamente.
En medio de nuevas acusaciones de corrupción, con este atentado Cristina de alguna manera resurge en medio de mucha crítica, pero también de apoyo incondicional de los suyos.
¿Habrá sido un ataque espontáneo o un atentado planeado? Todo indica que, efectivamente, se trató de un loquito solitario que quiso acabar con la vida de la vicepresidenta. Son muchas las dudas que quedan en el aire y se tendrán que resolver.
De lo que sí se tiene certeza, es que la próxima elección presidencial en Argentina es en el 2023, en medio de una fuerte crisis económica y social.