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Efectos del fentanilo

El consumo de fentanilo ilegal está causando graves estragos en la salud pública. Hoy, personas de todos los estratos socioeconómicos pueden morir en segundos por su consumo. Lo más grave es que muchas personas están consumiendo fentanilo sin saberlo, porque son engañados para crearles una adicción.

Se ha hablado de la violencia que generan los cárteles de la droga para introducir fentanilo a Estados Unidos, pero lo que tiene aún más preocupadas a las autoridades estadounidenses y nos debería de tener aterrados como sociedad, es el tema de la adicción a esta droga que se vende en el mercado ilegal, por redes sociales o con dealers en la calle, y su consumo tiene consecuencias gravísimas para la salud.  

¿Qué hace el fentanilo ilegal en el organismo de los seres humanos? ¿Por qué miles de personas deambulan por las calles y por momentos su mirada está perdida en la nada, babean o incluso terminan en el suelo, con convulsiones?

El fentanilo legal y controlado es un éxito en las cirugías cuando se tiene que anestesiar a un paciente, pero el fentanilo ilegal y sin control, puede matar en segundos.

Tener un adicto al fentanilo en la familia es muy difícil de manejar, por eso la gran mayoría de los consumidores son abandonados a su suerte, muchas veces viven y duermen en tiendas de campaña improvisadas, porque sus familiares los han abandonado por las secuelas de consumir opioides. Los adictos prefieren gastar el poco dinero que consiguen en droga, en lugar de alimentos, saben que el hambre se va en cuanto tienen una dosis en sus venas.

Lo adictos dejan todo con tal de conseguir los efectos de la droga como felicidad extrema y aletargamiento, aunque el efecto placentero dure sólo minutos y después vienen los efectos del consumo. Náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, depresión, paro respiratorio, pérdida del conocimiento y llegar a quedar en coma, son algunas de las consecuencias de esta droga.

El fentanilo en el mercado negro lo pueden conseguir con un traficante, en redes sociales o por Internet, éste es el tráfico ilegal que involucra a cárteles mexicanos de la droga que han apostado por cuantiosas ganancias, con una menor inversión y proceso de fabricación.

En las calles suele venderse bajo la apariencia de heroína o de medicamentos sujetos a prescripción médica, como la oxicodona.

Las pastillas generalmente son azules o blancas con una letra “m”, pero la tendencia es probar las llamadas pastillas “arcoíris”, que ya vienen mezcladas con otras drogas, como heroína, cocaína o metanfetaminas, una combinación letal que ha provocado las más de 100 mil muertes en el último año en Estados Unidos.

Dos historias de tragedia

Esto representa un cambio peligroso en el mercado callejero de las drogas, los narcomenudistas mezclan drogas tradicionales con fentanilo para generar mayor adicción y así más venta.  

Medios como The New York Times han documentado cómo el fentanilo ha destruido comunidades enteras, desde la costa oeste a la costa este en Estados Unidos, sin importar la raza, el sexo, la clase social o la edad.

Uno de estos casos se dio hace poco en North Fork, Nueva York, donde seis personas fallecieron por consumir fentanilo. No eran adictos, sino, según dijo la policía, eran, en su mayoría, consumidores recreativos que buscaban un “subidón fugaz”.

La popularidad de este opioide sintético aumentó debido a que su efecto es “extremadamente potente”, por lo que su consumo en México y Estados Unidos se ha desbordado, principalmente en jóvenes de entre 15 y 29 años.

El riesgo de sobredosis por el consumo de fentanilo por inyección es dos veces superior al del consumo de heroína inyectado por vía intravenosa, y ocho veces superior al del consumo por inyección de otros opioides sujetos a prescripción médica.

De acuerdo con el Observatorio de Drogas del Ministerio de Justicia de Colombia, las sustancias opioides se dividen en dos grupos: el primero de ellos corresponde a opioides de control especial entre las que se incluye morfina, metadona, meperidina o petidina, hidromorfona, buprenorfina, fentanilo, remifentanilo, oxicodona y tapentanol; y opioides no sometidos a control especial entre los cuales se incluyen codeína, tramadol e hidrocodona.

Los efectos son irreversibles, cuando se consume fentanilo el cerebro es incapaz de enviar un mensaje al cuerpo para que siga respirando, hay afectaciones a los riñones, corazón, hígado y pulmones.

Los adictos a esta droga muchas veces parecen “zombies”; así ha quedado evidenciado en Filadelfia, donde decenas de personas son vistas en un estado deplorable.