El acoso digital, amenaza real
Cuando alguien es acosado por medio de redes sociales, o su identidad es robada, se puede convertir en una pesadilla.
USAN REDES SOCIALES PARA EJERCER VIOLENCIA
Imagínate que llevas un año recibiendo mensajes primero seductores y luego de amenaza. Pero además esta persona crea cuentas falsas a tu nombre y te roba la identidad.
Así le paso a Scarlett Camberos, jugadora del Club Femenil de las Águilas del América, durante más de un año sufrió acoso digital. Hoy una de las mejores mujeres futbolistas que tenemos en México, ha tenido que salir del equipo y abandonar México para irse a jugar a Estados Unidos por seguridad.
La joven llegó al Club a finales del 2021, luego de destacar en el futbol estudiantil de Estados Unidos y porque las Águilas era el equipo favorito de su papá, pero desde que llegó a México, esta atleta de apenas 22 años notó que un hombre identificado como José Andrés Hernández, así se hacía llamar en sus redes sociales, comenzó a acosarla en sus cuentas de Twitter e Instagram.
Cada vez era mayor la insistencia de este sujeto y hasta creó cuentas falsas de Scarlett. El hostigamiento exacerbado lo llevó a entrometerse en la vida de la futbolista y hackeó sus cuentas de redes sociales para poner información falsa, como asegurar que era pareja sentimental de ella.
En julio del 2022, Camberos hizo público el acoso tras informar que se lo había encontrado cerca de su casa y cerca de las instalaciones del equipo en Coapa, eso la atemorizó aún más e interpuso una denuncia contra José Andrés, mientras que su familia y el América pidieron reportar las cuentas falsas.
Tras este suceso, la joven rompió el silencio y escribió en su cuenta de Twitter: “Ya no me voy a quedar callada” y reveló que fue su exnovio a quien había dejado por violencia física.
Tuvo que pasar tiempo para que Scarlett Camberos supiera que quien la acosaba y amenazaba bajo otro nombre era su exnovio.
Contó que en una ocasión en una conversación de WhatsApp José Andrés se molestó porque notó que le había llegado un emoji de corazón, entonces la tomó del cuello y la amenazó que si volvía a ocurrir algo similar la golpearía hasta hacerla llorar.
Recordó que por lo menos otras tres ocasiones la golpeó en el estómago y la sujetó del cuello, y aunque compartió fotos de su agresor, el mensaje fue borrado horas después.
El sujeto fue detenido, pero sólo por 36 horas de arresto domiciliario. Ante la inminente partida de Scarlett, el Club informó que brindó todas las facilidades para que la jugadora se sintiera segura.
Claudia Carrión, directora deportiva del América Femenil, detalló que se le dio acompañamiento y seguridad en todo momento, incluso afuera de su casa, pero lamentó que la justicia mexicana imponga una sentencia mínima para este tipo de delitos.
Comentó que el caso de Scarlett no es el primero, otras jugadoras han sido víctimas de acoso, por lo que el Club desarrolló un protocolo de actuación ante este tipo de casos, pero las leyes mexicanas no ayudaron mucho y Scarlett decidió regresar a Estados Unidos para jugar en el Angels City, equipo fundado por la actriz Natalie Portman y Serena Williams.
Ángel Villacampa, director técnico del América Femenil, publicó un comunicado en su cuenta de Twitter para las autoridades, a quienes pidió “garantizar a todas las mujeres respeto y cuidado. Hago un llamado enérgico a las autoridades para que actúen de forma más eficiente y oportuna, pero sobre todo a cumplir con las leyes, para evitar que se repitan estos lamentables hechos”.
En su carta de despedida, Scarlett dijo “deseo de corazón que las cosas cambien en México para que ninguna mujer padezca lo que a mí me tocó vivir”.
Justo la misma semana en la que ocurría esta situación con la jugadora de las Águilas, otra jugadora del Club Pachuca evidenció el ciberacoso sexual por el que pasa.
Se trata de Selene Cortés, quien en su cuenta de Twitter evidenció a un joven identificado como angelpuentee01, quien le manda mensajes sexuales en los que escribe que pretende abusar sexualmente de ella.
El viernes 24 de marzo esta jugadora emitió un comunicado en sus redes sociales en el que explica la razón por la que posteó los mensajes de su acosador y mencionó que sólo es uno de los tantos mensajes que le llegan.
Menciona que lo hizo para solidarizarse con sus compañeras que pasan por este tipo de violencia, el cual se ha vuelto frecuente y se ha normalizado en su medio y hasta por ellas mismas al grado de tener miedo de alzar la voz, porque sienten que serán ignoradas y que sus denuncias no generarán un cambio significativo.
Éstos son dos casos terribles pero visibles, por eso sabemos de ellos. Pero ser víctima de violencia en la red es muy común.
En su último informe sobre Ciberacoso en México, el Inegi reveló que la población que sufrió ciberacoso entre 2020 y 2021 aumentó de 21% a 21.7%, esto es 17.7 millones de personas mayores de 12 años. De ellas, 9.7 millones fueron mujeres y 8 millones fueron hombres, es decir, las mujeres son más violentadas.
Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), el ciberacoso es un comportamiento que se repite y busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas por medio de las tecnologías digitales, pero el ciberacoso deja una huella digital que puede servir como prueba para detener el abuso.
El acoso en redes es algo que padecen millones de personas. Crear cuentas falsas tanto para amenazar como para robar la identidad de alguien pasa todos los días. Es violencia cibernética crear perfiles falsos y/o usurpar la identidad para subir fotos, hacer comentarios ofensivos o hasta ofertas sexuales.
Muchas veces se abren cuentas en las aplicaciones para citas como Bumble o Tinder con la foto y los datos personales de la persona que quieren molestar.
En la Ciudad de México existe la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en la que se incluye la violencia cibernética y en la que se reconoce como delito violar la intimidad de las mujeres filtrando o difundiendo imágenes o videos de contenido sexual o mostrando el cuerpo semidesnudo de una mujer sin su consentimiento.
También se reconoce como violencia cibernética el sembrar rumores falsos y difamar a una mujer con el propósito de dañar su reputación o avergonzarla con sus amigos y familiares a través de redes sociales e Internet.
Está la ley, pero en muy pocas ocasiones esa ley se aplica. En el caso de Scarlett Camberos, se ha denunciado e incluso cambiado de país. Una tragedia lo que le sucedió. Pero hay miles de mujeres mexicanas que están en casos similares y nadie las protege.