“El Chapo” Guzmán, un mes en Brooklyn
Es jueves y, como quedamos, les tengo la reseña de lo que ha sucedido esta semana en este Juicio del Siglo contra Joaquín El Chapo Guzmán.
Se cumple un mes desde que empezó este proceso y la Fiscalía ha querido probar que, efectivamente, Guzmán Loera es uno de los principales introductores de droga a Estados Unidos.
Esta semana, la Fiscalía estadounidense mostró el video de 2015, de la entrevista de Sean Penn que se publicó en la revista Rolling Stones, en donde El Chapo habla de su participación en el narcotráfico.
Fue así como la voz del sinaloense se escuchó por primera vez en la sala del tribunal en Nueva York. “El narcotráfico no depende de una persona, depende de muchísimas personas”, responde Guzmán a preguntas como la repercusión que tiene el tráfico de drogas en México.
La Fiscalía mostró cinco segmentos cortos de ese video con subtítulos en inglés. Tras el video, el jurado pudo escuchar el testimonio de Jorge Milton Cifuentes, hermano del narcotraficante colombiano Francisco Pacho Cifuentes, uno de los máximos capos del Cártel del Norte del Valle.
Milton Cifuentes, alias El J, Simón o El Penúltimo, detalló su participación en la carrera criminal en la que incursionó prácticamente toda su familia. Guiado por el interrogatorio del fiscal asistente, Adam Fels, detalló que primero viajó a México en 1988 enviado por su hermano para coordinar los cargamentos de cocaína desde su país. Esa tarea incluía supervisar las pistas de aterrizaje, la logística y, como él afirmó: “asegurar que los mexicanos no estuvieran borrachos”.
Son muchos los testigos que han desfilado por la Corte de Brooklyn para convencer al jurado de la culpabilidad de El Chapo.
No hay duda de que Guzmán Loera hasta hace poco fue un narcotraficante muy fuerte. Él mismo lo declaró y detalló en la entrevista que hizo con Sean Penn y que salió publicada en la revista Rolling Stones. Tampoco es ningún secreto de Guzmán Loera es responsable de decenas de muertes de forma directa e indirecta.
También sabemos que El Chapo ha sido señalado por ser de los pioneros en generar la violencia provocada por el crimen organizado en México.
El sexto testigo
Pero muchas veces las declaraciones de los testigos no se apegan estrictamente a la realidad, por lo que se deben tomar con pinzas. Hay que recordar que muchos de estos testigos han recibido beneficios carcelarios por declarar en contra de Guzmán Loera.
Y teniendo tantas pruebas contundentes en contra del narcotraficante, admitir algunas al juicio que tienen imprecisiones pueden resultar contraproducente para la Fiscalía en Nueva York.
Otro que declaró esta semana fue Tirso Martínez Sánchez, alias El Ingeniero, El Mecánico o El Futbolista, un distribuidor de cocaína en Estados Unidos que trabajó para el Cártel de Sinaloa y para el Cártel de Juárez. El testimonio tiene valor porque Tirso es el primer testigo en reconocer que tuvo, durante años, grandes depósitos de droga en Estados Unidos. Tirso Martínez dijo que trabajó para los Cárteles de Juárez y Sinaloa desde 1995 hasta 2003.
El testigo originario de Guadalajara abandonó la escuela a los 13 años para trabajar lavando carros, limpiando zapatos y atendiendo un puesto de venta de mariscos. Su carrera en el tráfico de drogas inició una vez que se mudó a Los Ángeles y comenzó a vender cocaína en las calles.
De acuerdo con su propio testimonio, Martínez ayudó a introducir más de un centenar de toneladas de cocaína a Estados Unidos, con valor superior a los mil millones de dólares.
Detalló que tras la muerte de El Señor de los Cielos; su jefe directo, Eduardo González Quirarte, El Flaco, se disparó en la cabeza una vez que “andaba borracho y drogado” y una patrulla lo intentó detener en Guadalajara. El Flaco no falleció, pero el disparo perjudicó sus facultades mentales y se retiró del negocio.
Tras los hechos, Martínez dice que tuvo como jefe directo a Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, exlíder del Cártel de Juárez. Su contacto con el Cártel de Sinaloa fue Alfredo Vázquez, mismo que lo presentó con El Chapo.
Tirso Martínez detalló que los Carrillo Fuentes trabajaban con el Cártel de Sinaloa, de Guzmán, pero las tensiones entre ambos empezaban a emanar.
Aquí viene la imprecisión porque en ese momento Guzmán Loera estaba recluido en la Cárcel de Puente Grande en Jalisco y sí tenía poder para operar desde adentro del reclusorio, pero éste era limitado; quien realmente operaba en el Cártel de Sinaloa eran El Mayo Zambada y El Azul Esparragoza.
Tirso dijo en el juicio que uno de los momentos más tensos de su vida fue cuando, en 2001, Ismael El Mayo Zambada le puso una pistola en la cabeza, tras acusarlo de haber cambiado cocaína buena por mala en un cargamento de 311 kilos.
También señaló que el apodo que él y El Viceroy utilizaban para referirse a El Chapo era “patas cortas”.
En su segundo día de declaraciones, como ha ocurrido con la mayoría de los testigos, El Futbolista lanzó “una bomba” que de inmediato tuvo repercusión en nuestro país; en este caso, en el deporte más querido por los mexicanos: el futbol.
Tirso Martínez detalló las inversiones millonarias que realizó en el futbol mexicano cuando fue dueño de equipos profesionales en Querétaro, Celaya, Irapuato, La Piedad y Mérida, los cuales adquirió con dinero proveniente del tráfico de drogas.
El Futbolista declaró que el equipo Venados de Yucatán le costó entre 600 y 700 mil dólares; mientras que a Reboceros de La Piedad lo adquirió por 2.2 millones de dólares; equipo que más tarde vendió (en 2004) en 10 millones de dólares.
Tirso señaló que una vez que la Federación Mexicana de Futbol descubrió en 2006 que Martínez, sospechoso de participar en el tráfico de drogas, poseía franquicias de futbol, le propuso comprar sus activos por 10 millones de dólares.
De acuerdo con su testimonio, trabajó para los Cárteles de Sinaloa y de Ciudad de Juárez entre 1995 y 2003.
Una de sus aficiones eran las peleas de gallos, donde llegó a apostar 100 mil dólares por pelea. En total perdió entre dos y tres millones de dólares en apuestas que realizaba en palenques. “Me gasté todo el dinero en apuestas de gallos, caballos, propiedades, autos, casas, fiestas y mujeres”, declaró Martínez
En su momento, El Futbolista obtuvo una fortuna que le permitió adquirir un restaurante en Tijuana, cuatro negocios de venta de ropa, una avioneta, caballos, autos, así como una concesionaria de automóviles en Los Ángeles y un restaurante en el estado de Illinois.
Sin embargo, reconoció que sólo le quedan cinco activos, todos en México: una casa, un rancho y tres terrenos con un valor de entre 2.5 y 3 millones de dólares.
Tirso Martínez Sánchez fue arrestado en 2014 en México y fue extraditado un año después a Estados Unidos. En 2006 se declaró culpable en la Corte de Nueva York de haber distribuido toneladas de cocaína en territorio estadounidense y Europa; delitos que podrían significarle una pena máxima de cadena perpetua y una mínima de 10 años de prisión.
Pero todavía no hemos escuchado en este juicio a ningún estadounidense que trabajara para el Cártel de Sinaloa, distribuyendo la droga en su país.
¿Usted puede creer que en el negocio del Cártel de Sinaloa, sólo operan colombianos y mexicanos?