Back

El dealer de la escuela privada

El narcomenudeo en la Ciudad de México ha alcanzado niveles históricos. Del 2015 a la fecha, el consumo ha aumentado más de 300 por ciento y la venta de droga aumentó casi cinco veces más en la capital que la media nacional.

 

Grupos del crimen organizado se están peleando la ciudad para vender droga, y cada día buscan nuevos métodos para tener distribuidores y clientes nuevos.   

Estos delincuentes han intentado y logrado infiltrarse en algunas escuelas. Da igual si son públicas o privadas. 

 

Les voy a platicar un caso que se está repitiendo en varios centros de estudio: en una escuela particular los maestros se empiezan a dar cuenta que hay cambios  de comportamiento en algunos alumnos, unos adictos, otros aterrados. 

Líderes de La Unión Tepito localizan al buen estudiante, llamémoslo Juan, aquel que hace deporte y que nunca falta a una clase, el joven que es ejemplo en su escuela.

Lo invitan a trabajar y le ofrecen entre tres mil a cinco mil pesos semanales. Los mismos vendedores de droga, los más peligrosos, le enseñan cómo hacerlo. 

Junto con Juan, otro joven también se encarga de introducir la droga a la escuela, principalmente  mariguana y cocaína, pero también estupefacientes sintéticos. 

Los narcotraficantes les dan poca droga las primeras semanas para conocer el mercado. Las dosis iniciales se las regalan a los compañeros. A lo largo de los días, los estudiantes que han recibido la droga y la han probado quieren más. Es cuando Juan y su amigo la empiezan a vender. 

Los narcotraficantes le dicen a Juan que él no se puede quedar con la droga, para que no lo descubran. Una vez que llega a la escuela, las dosis las distribuye entre alumnos que no son sospechosos; jóvenes de carácter débil, a los que tienen amenazados. Otros que custodian la droga son los que les deben dinero por lo que ya consumieron. 

Los alumnos que protegen los narcóticos, los meten a sus mochilas, y cuando Juan vende alguna dosis se las pide para entregarla.

Estamos hablando de niños de entre 13 y 17 años a los que se les está dando esta droga. 

Las investigaciones para descubrir quienes son los estudiantes que están introduciendo la droga tardan meses. Es difícil que los alumnos quieran hablar.

Algunos de estos jóvenes son amenazados, pero otros, y cada vez más lo vemos en adolescentes de esta época, tienen un tema muy especial con guardar secretos y no dicen lo que está pasando a su alrededor, aunque esté de por medio la vida de sus compañeros.

Cada vez es más difícil que los padres nos enteremos qué está pasando por la vida secreta de nuestros hijos. Estos líderes del narcomenudeo muchas veces conocen más la forma de pensar y actuar de los adolescentes que los propios progenitores, aunque éstos sean padres presentes y dedicados. 

Al mismo tiempo, los líderes de La Unión Tepito, quienes fueron los que reclutaron a Juan en este caso, pero de igual forma operan los líderes de la Anti-Unión y otros cárteles en la Ciudad de México, tienen mucha información de Juan. Saben dónde vive, quiénes son su familia y hermanos, dónde trabajan sus padres. Todos estos datos se los piden antes de empezar a trabajar. 

La vida de Juan, en este momento, también es un infierno. Relata que a los pocos días de vender la droga, ya no quería seguir haciéndolo, pero está amenazado. Hoy no sólo él, sino toda su familia está bajo amenazas de muerte. 

Son muchos los jóvenes que están en riesgo. Mientras tanto, la cifra de adictos y la violencia crece en la ciudad. 

Y en la medida que aumenta el narcomenudeo se incrementa el homicidio doloso, porque es un mecanismo de control de los territorios.

Hace unos días, en un operativo realizado por fuerzas federales en la Ciudad de México, fueron detenidos Jorge “F”, El Tortas, identificado como el líder del grupo delictivo Fuerza Anti-Unión, y Pedro “R”, El Jamón, cabecilla de La Unión Tepito, los dos principales grupos antagónicos de narcomenudeo en la Ciudad de México.

La Unión Tepito ha sostenido una disputa con la Fuerza Anti-Unión, dos organizaciones delictivas dedicadas a la distribución de drogas, extorsión y otros ilícitos en la capital del país. Y en una medida importante, son los responsables del aumento de la violencia, junto con otros grupos que están surgiendo en la Ciudad de México.

 

Estos dos grupos son los principales operadores del narcomenudeo, quienes están buscando introducir la droga a las escuelas. Esperamos que con estas detenciones disminuya la venta de estupefacientes.