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El debate entre feministas

Las administradoras de la cuenta de Twitter MeTooMusicosMexicanos anunciaron que cierran la plataforma y que lamentan los daños y perjuicios ocasionados al feminismo. En un comunicado reconocen que la primera reacción que tuvieron en torno al suicidio del músico Armando Vega-Gil no fue la correcta. 

 

Mientras tanto el debate, no sobre la necesidad de un instrumento como denuncia, como es el MeToo, sino en torno al anonimato de las denuncias, ha crecido, sobre todo en estos días, con el suicidio del bajista y compositor de Botellita de Jerez; incluso con posiciones divergentes entre el colectivo feminista.

Entrevistamos a dos mujeres que han trabajado, desde su trinchera. desde hace muchos años y de una forma muy seria, el tema de la igualdad de derechos de las mujeres.

Clara Scherer es fundadora de Inclusión Ciudadana AC., e Ivonne Melgar, una reconocida periodista que maneja cotidianamente temas en defensa de las mujeres. Las dos tienen opiniones distintas en el manejo de las denuncias que se hacen en redes de manera anónima.

Scherer asegura: “Las denuncias anónimas han sido la única forma que hemos encontrado las mujeres de alzar la voz y no estoy hablando de hoy, estoy hablando de milenios, estoy hablando de que ha sido la historia de las mujeres tener que aguantar la violencia de género, como se llama hoy, sin poder decir nada”.

La activista afirma que las mujeres se han enfrentado a cosas terribles a lo largo de la historia: “Era una vergüenza contra nosotros, no contra el acosador, no contra el que estaba infringiendo el principio mínimo de civilidad, que es el respeto a la otra persona; no nos consideraban ni siquiera personas. Esta tradición, digamos milenaria, nos enfrentamos hoy a que las mujeres hemos hecho conciencia de que somos personas y hemos querido demandar, denunciar que los hombres reconozcan también nuestro ser como seres humanos, con respeto, y la única forma que hemos encontrado ha sido esta manera de denunciar, en algunos casos con mucha valentía, poniendo nombres y apellidos, en otros, por la misma consecuencia del acoso, de la violencia, de todo lo que tú quieras, ha sido anónima.

“No estoy diciendo que debamos seguir con este método, pero encontrar un método que nos pida lo que es posible para que se demuestre que hemos sido acosadas, hostigadas o violadas, todavía no hay una propuesta. Creo que además, esto nos lleva a algo más fuerte y más importante: ¿cómo prevenir?, ¿cómo educar de manera diferente, especialmente a los hombres?”.

Por su parte, Ivonne Melgar asegura que la popularización del feminismo es una buena noticia: “Yo creo que fue un medio que visibilizó los éxitos del feminismo popularizado, virilizado en los últimos años; pero también nos mostró que ahora somos como feministas que venimos de atrás, de décadas atrás, pues víctimas de nuestro propio éxito.

“La popularización del feminismo, que es siempre una buena noticia, en las nuevas generaciones se tradujo en una prisa frente al machismo; son generaciones que ya no están dispuestas a normalizar las expresiones misóginas y de acoso y, en esa prisa, vivieron la plataforma sin asumir los costos que implicaba marcar los momentos en que se sintieron acosadas, y creo que ahí tenemos mucha confusión sobre lo que significa acoso. Falta de respeto al debido proceso que nos merecemos como sociedad, convirtiendo a la plataforma en un linchamiento hacia sus propios compañeros en, muchos casos, y hacia exparejas con las que se terminó mal y se vivieron relaciones tóxicas, ahora confundidas con acoso”.

Melgar asegura que se necesitan ciertos filtros para verificar la información que se pone en las distintas plataformas del MeToo, en donde se hacen las denuncias.

“Sí, pero también hace falta institución; o sea, el hecho de que las plataformas MeTooMusicosMexicanos, escritores, académicos, periodistas, hayan derivado en una práctica indeseable de acusaciones sin pruebas y de lastimar a las familias de quienes fueron señalados sin mediar pruebas, también nos está hablando de un Estado fallido en la atención de este tipo de problemas. Tenemos un Estado omiso, que no es de ahora, es de atrás, pero creo que la forma en que se fue desenvolviendo este fenómeno siempre tuvo como constante la ausencia de las instituciones del Estado, que hasta ahora han sido incapaces de articular una respuesta desde el Estado frente a la violencia de género”.

Le decía a Clara Scherer que un aspecto importante es que se fortalezcan las instancias legales a las que una mujer pueda acudir a presentar denuncias sin sufrir represalias y que éstas tendrían, además, consecuencias legales en contra de los agresores.

“Yo estoy de acuerdo, querida Bibiana; de alguna manera la propuesta de transversalización en todas las instituciones está buscando precisamente esto, pero como volvemos al terreno de las relaciones personales en donde no hay testigos, donde no hay pruebas, donde no hay manera objetiva, y lo pongo entre comillas, de demostrar muchas cosas, quedamos en una situación muy frágil y, como siempre, las mujeres son las mentirosas, las mujeres son las que quién sabe qué quieren conseguir y no sé cuántos prejuicios más. Creo que siendo sensatas y siendo congruentes, que los hombres y las mujeres busquemos formas de que sea posible, sin pedir lo imposible, como pruebas objetivas, seamos capaces de que la denuncia sea creíble; pero además, ¿cómo educamos?, ¿cómo cambiamos este paradigma?, ¿cómo cambiamos esta forma de relacionarnos entre hombres y mujeres?”.

Y Scherer es enfática cuando dice que se necesita educación para poder enfrentar la discriminación y el acoso hacia las mujeres.

“Yo estoy de acuerdo con buscar qué filtros harán un poco más creíble todo esto. Urgente es que ya sea la CNTE, ya sean los diputados, ya sean los senadores, ya sea el secretario de Educación Pública, volteen a ver esto y cambien todos los programas de educación y cambien esa forma de relacionarnos entre hombres y mujeres, porque si no hacemos eso vamos a seguir con esto en más”.

La polarización en el tema de las denuncias ha llegado a tal grado que también la actriz Niurka Marcos ha expresado su opinión respecto a las acusaciones que se han hecho dentro del medio artístico.

“Yo no sufrí acoso porque sé utilizar el no, porque existe, y el sí, porque existe. El problema es querer hacer lo que sea por ser famosa. Los únicos que tendrían que ser protegidos son los menores de edad. El primer instante en que tu intuición te marca foco rojo, te echas para atrás. Le das tus cositas al que tú quieras y si las diste y te dieron el protagónico, no te quejes más. Sólo hablan de los que las piden, pero hay que hablar también de las que las dan”.

 

Cada una tiene una opinión distinta. Y esta diversidad de sentires se da también entre mujeres que buscan que seamos respetadas, que ninguna más sufra de acoso y que cada día tengamos mejores oportunidades.