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El enemigo externo

La situación entre el nuevo gobierno de Daniel Novoa en Ecuador y el de México, con Andrés Manuel López Obrador, vivía con una tensa calma debido a la “amistad” y apoyo que el Gobierno de México le ha brindado al expresidente Rafael Correa, a quien la actual adninistración de Noboa acusa de haber cerrado las puertas a las investigaciones de la DEA, de tener asesores cubanos que perjudicaron la seguridad en ese país y de pactar con el crimen organizado y con el Poder Judicial para que se dejara de seguir a narcotraficantes.

Rafael Correa pasa gran parte de su tiempo en México, y el exvicepresidente, Jorge Glas, acusado por su gobierno de estar involucrado en la protección a grupos criminales, se encontraba resguardado en la embajada de México en Ecuador.

Hay que recordar que hace unos meses fue asesinado el candidato de oposición en ese país, Fernando Villavicencio.

Semanas antes de su asesinato, Villavicencio había denunciado que el grupo criminal local, Los Choneros, brazo armado del Cártel de Sinaloa, lo había amenazado a él y a su equipo de campaña. Y también hizo un video asegurando que el Presidente de México, López Obrador, había pactado con los cárteles de la droga que estaban generando violencia en su país.

Hace unos días, el Presidente López Obrador declaró en su conferencia matutina que en Ecuador “hubo elecciones, iba la candidata de las fuerzas progresistas, como 10 puntos arriba…”. Se refería a Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana, cuyo líder es el expresidente Rafael Correa. “Entonces, un candidato que habla mal de la candidata que va a arriba de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae, y el candidato que iba en segundo sube”, continuó López Obrador.

La realidad es que la candidata Luisa González no iba arriba en las encuestas y Fernando Villavicencio sí había recibido serias amenazas del crimen organizado. A raíz de estas declaraciones del Presidente de México, las tensiones diplomáticas entre ambos países crecieron y en Ecuador declararon persona non grata a Raquel Serur, embajadora mexicana en Quito.

Ya de por sí la relación estaba en tensión por la protección del Gobierno mexicano al exvicepresidente de Ecuador, con las palabras de López Obrador con el tema del asesinato del candidato presidencial se tensaron aún más.

Y ahí es cuando de una torpeza diplomática enorme, fuerzas de seguridad ecuatorianas irrumpieron en la embajada de México para llevarse detenido al exvicepresidente Jorge Glas, resguardado por nuestro país. Recordemos que una embajada es un pequeño territorio de un país, en este caso de México. Nadie, ni en el peor momento de Augusto Pinochet en la dictadura chilena, se atrevieron a tanto.

Esto ha generado una tremenda controversia, porque nunca debió el gobierno de Ecuador entrar por la fuerza a la embajada de México. Pero también se dice que el presidente Noboa estaba muy molesto por los comentarios de López Obrador y también con razón en referencia al asesinato de Fernando Villavicencio, y de tener en resguardo a quienes ellos aseguran “es un criminal”.

La situación de violencia en Ecuador es gravísima, y lleva un par de años, justo se acrecentó durante el mandato del expresidente Correa. Esta violencia es provocada por bandas criminales que son parte de los cárteles de la droga mexicanos. Tanto el Cártel de Sinaloa, como el Cártel Jalisco Nueva Generación controlan el narcotráfico en ese país sudamericano.

Hace unos meses, al llegar al poder Daniel Noboa, declaró “estado de excepción” luego de la fuga del principal narcotraficante de su país, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de Los Choneros, y socio ecuatoriano del Cártel de Sinaloa.

Macías Villamar es acusado de haber mandado a matar al excandidato presidencial Fernando Villavicencio. Días antes de su asesinato, Villavicencio había declarado que sufría amenazas de parte de miembros del Cártel de Sinaloa.

En ese momento, el gobierno de Noboa declaró “estado de guerra” contra las pandillas y grupos criminales. Y es que estos delincuentes han tomado prisiones y han trasladado esa violencia a las calles de Quito, la capital, a Guayaquil y a otras ciudades.

Hay que recordar también que en esos días grupos armados llegaron a tomar una televisora importante en Ecuador. Tomaron de rehenes a conductores, productores, camarógrafos y microfonistas, entre otros trabajadores, en plena transmisión en vivo. Esto para generar terror. Al mismo tiempo, otros hombres armados tomaron la Universidad de Guayaquil y centros comerciales.

Estos delincuentes reclamaban que no cambiaran de prisión a algunos reos. En uno de estos traslados se cree que se fugó Macías Villamar, cuando lo intentaban cambiar a una cárcel de máxima seguridad. Más de tres mil uniformados lo buscaron sin éxito en los tejados y hasta en las alcantarillas del penal, el cual está bajo el dominio de Los Choneros, precisamente el grupo que maneja El Fito.

El presidente Noboa reconoce la existencia de un conflicto armado interno en su país y ha ordenado al Ejército restablecer el orden en las calles.

Los Lobos, el grupo criminal que tomó como rehenes a los que trabajan en la televisora está ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación, simulan la forma sanguinaria de operar del cártel mexicano, junto con otro grupo denominado Los Tiguerones, con una fuerte presencia en calles de diversos departamentos, lugar en donde controlan actividades ilícitas como el narcomenudeo, extorsión, el contrabando y homicidios.

Los Lobos es considerado como el segundo grupo delictivo más numeroso de Ecuador, el cual tiene más de ocho mil integrantes que están distribuidos en diferentes prisiones del país, según la organización InSight Crime.

Este grupo mantiene el control en diversos centros penitenciarios, pero también mantiene disputas con grupos rivales, como ocurrió en 2021, cuando una riña entre internos dejó más de 315 reclusos muertos.

La misma organización InSight Crime ha documentado que Los Lobos, el grupo rival de Los Choneros desde hace 25 años, y que suma al menos 12 mil miembros, en los últimos años habría perdido hegemonía frente a sus rivales. Reiter, lo ocurrido en Ecuador involucra a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, los cuales han extendido sus operaciones en ese país sudamericano a través de bandas criminales locales.

Muy mal la irrupción de las fuerzas de seguridad a la embajada de México en Ecuador, y eso se tiene que condenar enérgicamente, pero hay que reconocer que fue una reacción a los dichos del Presidente López Obrador y de la protección que se le brindó al expresidente y al vicepresidente de ese país, quienes están siendo investigados.

Nuestro Presidente sin duda es un gran operador político. Creo que estas provocaciones al gobierno de Ecuador fueron pensadas. En un momento de campañas, es un buen tiempo de encontrase un enemigo externo. ¿Novoa mordió el anzuelo?