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El huachicoleo carretero

Las principales salidas de la Ciudad de México han sido tomadas todos y cada uno de los días desde el inicio de la Semana Santa, sin que ninguna autoridad haga absolutamente nada.

 

Cada día en que estas casetas están tomadas generan pérdidas por 4.5 millones de pesos, que es la cantidad que se embolsan estos vivales que se visten de organizaciones sociales. Estamos hablando de un delito federal que queda impune y que ocasiona que miles y miles de familias tengan que hacer largas horas para llegar a sus destinos turísticos. Y no pasa nada.

Estamos hablando de más de mil 400 millones de pérdidas al año por la toma de casetas. Pero además, los usuarios de las carreteras están sufriendo largas filas, que se les cobre una “aportación voluntaria” y que además no tengan el seguro si algo les llegara a ocurrir en la carretera, porque la cobertura se da únicamente si se paga el peaje en la caseta y tiene el recibo.

A pesar de las pérdidas y de lo complicado que ha sido esta práctica para los que transitamos por carreteras en México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no habrá “ley del garrote” para quienes se manifiesten tomando casetas de cobro.

El problema no sólo es que se dejan de percibir las cuotas y las afectaciones a los usuarios. También se han cancelado viajes, por lo cual el destino sale también perdiendo.

El mandatario dijo que, aunque “está mal” que quienes buscan manifestar sus inconformidades tomen dichas casetas y también cobren cuotas, su administración no los reprenderá.

“Se está buscando la manera de que haya acuerdos; en otros casos tienen razón, porque fueron afectados y no se les indemnizó, no se les pagó por sus tierras; en otros casos es la forma de sacar recursos, eso no está bien y ya se está atendiendo, pero ya no es la ley del garrote, no hay en México un gobierno autoritario”, señaló el Presidente.

Desde el inicio del periodo vacacional de Semana Santa empezaron las tomas de casetas.

El viernes  pasado, vecinos de la colonia La Palma bloquearon la caseta de la autopista México–Cuernavaca en protesta por la falta de agua.

Al otro día, a quienes se les ocurrió tomar la caseta México-Cuernavaca fue a encapuchados, quienes quitaron a los que se identificaron como integrantes del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM).

Ahora, la cooperación de 20 a 50 pesos que pedían los de la UAM, pasó a los bolsillos de los embozados, identificados como integrantes del Movimiento por la Libertad de los Presos Políticos, de Guerrero.

Ante la gran afluencia de automóviles en el lugar y tras una cooperación de 50 pesos por auto, las ganancias para los quejosos son de, aproximadamente, dos mil pesos por un solo minuto.

Y mientras esto pasaba, los agentes de la Policía Federal que se encontraban en el lugar sólo se acercaron para tomar los datos de los manifestantes y para pedirles que no manipularan manualmente las plumas.

Nadie hizo nada y los manifestantes se fueron como si nada, con el dinero de los turistas y del Gobierno federal.

Pero ésta es una fórmula que ya hemos visto por años, y con casi el mismo resultado de siempre: abusos con total impunidad.

Así como pasó en la Ciudad de México, también ocurrió en al menos ocho estados del país. Fueron campesinos, maestros, ciudadanos y organizaciones quienes tomaron al menos 13 casetas para solicitar a los automovilistas una cooperación voluntaria.

Los motivos: falta de agua, libertad a presos políticos, adquisición de diésel, apoyo al campo, abrogación de la Reforma Educativa, plazas para normalistas, etcétera.

Las tomas de caseta se reportaron en Tabasco, Puebla, Estado de México, Ciudad de México, Baja California, Sonora, Veracruz y Guerrero.

Días antes, el propio secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, señalaba este grave problema que genera fugas por más de cuatro millones de pesos diarios.

“La estimación que hoy tenemos es que la pérdida del erario por esta situación es del orden de cuatro millones de pesos diarios, lo que significa una falta del orden de mil 400 millones de pesos anuales”, dijo Jiménez Espriú.

Desde Palacio Nacional el funcionario reconoció que ese fenómeno se registra de manera intermitente o permanente en algunas autopistas del país.

El propio Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que presentaría denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR) por las tomas de casetas de peaje que son utilizadas para negocios de grupos o dirigentes. La realidad es que no hay denuncias presentadas contra estos personajes que están bloqueando vías federales y robando dinero. Es algo así como huachicoleo en las carreteras.

Cualquiera que se haga pasar por un grupo social inconforme está tomando casetas; incluso ha habido riñas fuertes entre las distintas personas que las toman. Y es que son cifras inmensas de dinero lo que se llevan estos sujetos. En estos grupos cabe de todo: desde vecinos de alguna colonia hasta guerrilleros. Y lo hacen en la impunidad absoluta.

Lo más lamentable: los ciudadanos que quieren salir unos días de la rutina —porque la gente que trabaja utiliza precisamente las vacaciones para tomarse unos días y vacacionar— son los más afectados. Tardan horas en las carreteras y no cuentan con seguridad alguna. 

Reitero, al momento de pagar la cuota como usuario, y/o circular por las autopistas que opera Capufe, los usuarios están protegidos  con un seguro con dos tipos de coberturas: de responsabilidad civil a los usuarios y de responsabilidad civil de la autopista y/o concesionaria.

Es responsabilidad de la autopista los daños causados por derrumbes, deslaves, objetos en el camino, hoyos, baches, semovientes. Este seguro ampara todos los gastos causados a su vehículo, los gastos médicos a todos los ocupantes y funerarios, y los daños a la propia vía.

Al dejar el libre tránsito “sin cuota”, el viajero no cuenta con respaldo de algún comprobante legal y pierde los derechos del seguro contra accidentes o siniestros que pueda sufrir durante su traslado dentro de las vías de comunicación.

Para hacer válido este seguro es necesario presentar el comprobante de pago de peaje, el mismo que no se te dio porque está tomada la caseta.

El dinero que se obtiene por el cobro de peaje de las autopistas integradas en la red concesionada se emplea para cubrir los gastos asociados a la operación y conservación, así como para otorgar apoyos financieros para el desarrollo de proyectos en los sectores de comunicaciones, transporte, agua, medio ambiente, turismo, construcción y mantenimiento de infraestructura básica en beneficio de la gente.

De acuerdo con índices del Foro Económico Mundial, México es el séptimo lugar a nivel global en materia de conectividad vial; sin embargo, está 40 lugares debajo en cuanto a calidad de la infraestructura carretera.

 

Lo cierto es que el uso de la fuerza para desalojar las casetas parece ser una medida que no está contemplada en la Cuarta Transformación. Y como los que secuestran las casetas saben que es dinero fácil y seguro y sin ninguna consecuencia, esta actividad no cesará.