El Mayo: ¿Coopera o cuello?
El pasado viernes 18 de octubre, Ismael El Mayo Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, se presentó a su audiencia en el mismo tribunal federal del este de Brooklyn, en la Ciudad de Nueva York, y ante el mismo juez Brian Cogan, quien ha llevado los casos como el de Joaquín El Chapo Guzmán.
Durante esta audiencia, el juez Cogan preguntó a los representantes de la Fiscalía de Estados Unidos si consideraban solicitar la pena de muerte, a lo que respondieron que analizan la posibilidad. Hoy está sobre la mesa en ese tribunal, que, de encontrar culpable a Ismael Zambada, podrían pedir la pena de muerte.
Los fiscales argumentaron que los delitos contra El Mayo son tan graves como los que hizo El Chapo Guzmán, pero con las agravantes de fentanilo.
Me imagino, por cómo trabajan esas fiscalías, lo que buscan es que El Mayo se declare culpable, para no tener todo el juicio y que colabore como testigo protegido y dé información. Ismael Zambada tiene conocimiento de mucho de lo que ha ocurrido en el mundo del narcotráfico en los últimos años y, además, cómo se ha expandido el mercado del fentanilo.
No creo que las autoridades estadounidenses quieran a un Mayo muerto, más bien uno que les dé toda la información y los nexos en el mundo criminal.
El Mayo fue detenido en Estados Unidos, cosa que no ocurrió con El Chapo Guzmán. Fue extraditado, por lo cual no se le pudo aplicar la pena de muerte. Los acuerdos internacionales piden que cualquier persona extraditada no pueda ser sentenciada a la pena de muerte.
Ismael Zambada García tiene acusaciones en cuatro estados de la Unión Americana. Una de ellas es en Nueva York, el único estado que lo acusa de traficar fentanilo.
La pena de muerte fue abolida en Nueva York en 2004, pero si las autoridades creen que su papel fue crucial para generar la peor crisis sanitaria por sobredosis de fentanilo en Estados Unidos, a este narcotraficante lo estarían considerando sumamente peligroso, con delitos tan graves similares a asesinatos en masa o crímenes de terrorismo.
En su audiencia que no duró más de 15 minutos, estuvo custodiado por siete oficiales del Servicio de Alguaciles, algunos de ellos armados. La próxima audiencia de Zambada está programada para que sea el 15 de enero del 2025 a las 11 de la mañana, hora de Nueva York.
Mientras tanto, el juez Brian Cogan advirtió de un “potencial conflicto de interés” promovido por la fiscalía, ya que Frank Pérez, principal abogado de Ismael El Mayo Zambada, es también abogado de Vicente Zambada Niebla, alias Vicentillo, hijo de El Mayo, y quien es testigo protegido de Estados Unidos y posiblemente rinda declaración en el juicio que se lleve en contra de su padre.
Se supone que legalmente no se puede declarar en contra de hijos, padres o esposos. Este caso sería una excepción.
Cogan informó que necesita más detalles y tiempo para determinar si Pérez es removido, ya que dijo que apenas dos días antes de esa audiencia, le habían comentado esa información y consideró importante saber si los fiscales llamarán como testigo a El Vicentillo.
Éstos son los primeros pasos de Zambada a su juicio, recordando que el juez Brian Cogan es el mismo que en 2019 sentenció a cadena perpetua a Joaquín El Chapo Guzmán y el que dos días antes de la audiencia de El Mayo sentenció a más de 38 años de prisión al exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, presentando como pruebas únicamente la de narcotraficantes, muchos de los cuales el propio García Luna había detenido.
El tema de García Luna es que nunca se declaró culpable, ni colaboró con las autoridades como testigo protegido.
Poner en la mesa la posibilidad de la pena capital contra El Mayo Zambada es una manera de presionarlo para que se declare culpable, no se tenga que llevar a cabo un juicio y además brinde mucha información que le funciona a las autoridades estadounidenses.
Hoy en el Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos aparece que no está en prisión Joaquín Guzmán López, quien fue detenido con El Mayo y a quien le atribuyen una posible traición para entregarlo a las autoridades estadounidenses.
Mientras tanto, desde la detención de Ismael Zambada, la violencia en Sinaloa ha escalado de forma notable.
Desde la llegada de Zambada a Estados Unidos, en Sinaloa se han contabilizado más de 110 asesinatos, casi seis víctimas diarias, según cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Se sabe que hay un enfrentamiento entre la gente del Mayo y la de los hijos de Guzmán Loera.
Hoy, los hijos de El Chapo podrían estar negociando con personajes importantes dentro del Cártel Jalisco Nueva Generación, para que se conviertan en sus aliados, y tomen plazas que pelean sus antiguos aliados.
Mientras tanto, El Mayo, en la corte de Nueva York, si se acoge al programa de testigos protegidos, podría poner a temblar a más de uno en México. Con el caso García Luna, las autoridades estadounidenses tienen el camino andado para culpar a políticos y autoridades mexicanas, sólo con el testimonio de delincuentes.