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El mejor sistema electoral del mundo

El Gobierno de Venezuela ha asegurado que tienen un sistema electoral impecable con el Consejo Nacional Electoral (CNE). “El mejor sistema electoral del mundo”, han repetido desde el oficialismo una y otra vez.

Lo cierto es que, cómo no lo va a decir, si nuevamente la autoridad electoral ha dado como ganador en la elección presidencial del pasado domingo a Nicolás Maduro.

Es un sistema electoral controlado por el gobierno chavista como todas las instituciones de ese país. La Fiscalía General del Estado (FGE), también controlada por el actual Gobierno, a través de su fiscal, Tarek William Saab, declaró: “Puedo decir con total fe y garantías que el sistema electoral de Venezuela está plenamente protegido y es uno de los mejores sistemas de votación automatizada del planeta”.

Todas las encuestas daban como ganador al opositor Edmundo González Urrutia junto con Corina Machado, pero la autoridad electoral, controlada por el chavismo, el CNE de Venezuela, proclamó como ganador de las elecciones presidenciales a Nicolás Maduro con 51.2% de los votos frente al 44.2% de González Urrutia.

Nicolás Maduro, con todas las  artimañas que utilizó para quedarse en el poder, declaró: “Hay que respetar al árbitro y que nadie pretenda manchar esta jornada bella”.

Evidentemente la oposición encabezada por María Corina Machado rechazó el resultado: “Es un ultraje a la verdad”.

Lo cierto es que Nicolás Maduro no va a ceder el poder al menos que sea forzado a hacerlo, y está haciendo todo lo que puede para retenerlo.

Desde el poder han amenazado a todos los opositores, tienen a una tercera parte de los venezolanos viviendo fuera del país, controlan los medios de comunicación, han retirado todas las concesiones a medios que no les son afines, controlan todo lo que en su momento fueron instituciones independientes, desde el oficialismo no soportan los contrapesos y ha acabado con ellos.

Desde hace 25 años que llegó el chavismo al poder no han permitido una verdadera oposición. Esta elección era crucial, con tanta gente movilizándose en contra del gobierno de Maduro, muchos pensaron que podría haber un cambio.

María Corina Machado dijo que, según las actas de las que dispone, González logró el 70% de los votos y que la oposición ganó en todos los territorios.

Maduro controló todo, no permitió la llegada de expresidentes que iban de observadores internacionales a la elección, e incluso mandó a parar los aviones que los llevarían a Caracas.

En enero de este año, cuando María Corina Machado fue inhabilitada para participar en la elección presidencial, escribía en este espacio que la dictadura en Venezuela no iba a terminar.

En ese entonces la aspirante presidencial, quien aventajaba hasta con 70 puntos a Nicolás Maduro en casi todas las encuestas para las próximas elecciones, que había recolectado más de 2.4 millones de votos en las primarias opositoras, fue inhabilitada para no poder participar en la vida política de su país por los próximos 15 años.

Durante los recorridos que hizo por Venezuela, Corina era constantemente acosada y detenida por policías y militares en retenes en las carreteras, ya que el Gobierno le había impedido viajar en avión. Aun así, recorrió casi todo el país.

Como el Gobierno de Maduro no la pudo amedrentar para que dejara de hacer campaña, y ella iba subiendo en las encuestas, se utilizó el aparato del Estado y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que sería el equivalente a la Suprema Corte de Justicia aquí en México, de la cual se ha apoderado también Maduro, para, una vez más, eliminar a la mala a sus contrincantes, con una estrategia jurídica se quita del camino electoral a la principal representante de la oposición.

Y así la Sala Política del TSJ rechazó el reclamo de Machado para que revisaran detalladamente la restricción para ocupar cargos públicos por los próximos 15 años, sanción que le había impuesto desde junio de 2023.

Quedó Edmundo González como candidato opositor y caminó al lado de Machado, Corina no pudo estar al frente porque había sido inhabilitada para poderse registrar como candidata.

Desde que llegó Hugo Chávez al poder en el 2002, y ahora que Nicolás Maduro no ha dejado que haya elecciones democráticas, se han usado las instituciones públicas para inhabilitar a por lo menos mil 400 funcionarios públicos de la oposición que buscan un cargo público.

Corina ha sido una de las más férreas contrincantes del oficialismo venezolano. Desde el 2014 ha sufrido de persecución política. Ese año fue destituida de la Asamblea Nacional, controlada por Maduro, acusada de “traición a la patria”, por formar parte de la delegación panameña que acudió a Estados Unidos a hablar de la dura situación política de su país ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos.

En 2015, la Controlaría General de la República, también controlada por Maduro, la inhabilitó por un año para ocupar cargos públicos.

En 2013, Maduro comenzó a monopolizar el Poder Ejecutivo y creó la Asamblea Nacional Constituyente, conformada por sus seguidores, lo que le daría la mayoría para aprobar y reformar leyes a su conveniencia.

Aunque el otro poder, el Tribunal Supremo, debería dar balance a la presidencia, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó una reforma para restarle el número de magistrados, pasó de 32 a 20, con lo que el legislativo obtiene más poder que el judicial.

Otra institución que se controla desde el Ejecutivo es la FGE, actualmente dirigida por Tarek William Saab. Este poder le sirve para perseguir, investigar y encarcelar a sus opositores.

La manera de que un presidente acumule este tipo de poder para él o su partido es precisamente desmantelando los contrapesos que existen.

Pero además, desde hace muchos años, Maduro ha tenido el apoyo de grupos de narcotráfico.

En 2015 fueron detenidos en Puerto Príncipe, Haití, por la policía local y puestos a disposición de agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA), dos sobrinos de Nicolás Maduro y su esposa, Cilia Flores, por intentar ingresar 800 kilos de cocaína a Estados Unidos.

Uno de ellos, Efraín Campos Flores, era cercanísimo a la pareja presidencial; incluso, fue criado por la primera dama, con quien vivió durante muchos años.

Un agente encubierto de la DEA, quien se hizo pasar por narcotraficante, fue contactado en Honduras por los familiares de Maduro para que los ayudara a transportar la droga a EU. El agente encubierto grabó toda la negociación y fue quien los entregó a las autoridades.

Los dos jóvenes viajaban con pasaportes diplomáticos, que solamente pueden ser otorgados por la Cancillería de su país.

Según fuentes internacionales, las operaciones de narcotráfico de los sobrinos de Maduro ayudaban a financiar campañas electorales chavistas, después de que ellos se quedaran con altísimas cantidades de dinero.

En su momento, Maduro defendió a sus sobrinos, pero no de manera directa. A través de las redes sociales manifestó: “La Patria seguirá su camino…. Ni ataques ni emboscadas imperiales podrán con el pueblo de los libertadores. Tenemos un solo destino, vencer”.

Lo cierto es que no hay elecciones democráticas en Venezuela y desde el oficialismo se controlan todas las instituciones, incluyendo el Poder Judicial.