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El misterio de Santa Lucía

Los pasados 25, 26, 27 y 28 de octubre se llevó a cabo la consulta para decidir el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

 

La opción que ganó fue la de reacondicionar el actual aeropuerto de la Ciudad de México y el de Toluca, y construir dos pistas en la Base Aérea de Santa Lucía.

Se ha dicho que la Base Aérea de Santa Lucía se convertirá en un aeropuerto civil y que la obra concluiría en tres años.

Lo cierto es que casi nadie sabe qué hay y cómo opera la Base Aérea de Santa Lucía (Base Aérea Militar No. 1 “General Alfredo Lezama Álvarez”), ubicada al sureste del municipio de Zumpango, Estado de México.

En 1978 se empezó a edificar la Base Aérea de Santa Lucía como la conocemos ahora. Y su nombre viene del antiguo casco de la Hacienda de Santa Lucía, donde se encuentra el Estado Mayor de esta zona militar, las oficinas de mando y también el Museo de la Fuerza Aérea.

Hace unos días, Jorge Fernández Menéndez y yo recorrimos, para Todo Personal, esta importante instalación militar.

  • El dato: 450 Alumnos tiene actualmente la Escuela Militar de Materiales de Guerra

Llegar no es fácil. Salimos a las 10 de la mañana. Nuestro punto de partida fue a la altura de Periférico y Avenida Paseo de las Palmas. Por el horario, no había tráfico; aun así tardamos una hora con 10 minutos. Al llegar nos encontramos con un clima frío y lluvioso, característico del lugar.

La Base Aérea de Santa Lucía tiene instalaciones de todo tipo: depósitos de armas, de municiones, pistas aéreas, buena parte de la Fuerza Aérea Mexicana; pero también viven casi tres mil familias de militares y miembros de la Policía Militar. Hay escuela, hospital y todo lo que se necesita para albergar a tantas personas.

 

Todo esto tiene un propósito: en caso de que haya una emergencia de seguridad nacional, o por algún desastre natural, como temblores o inundaciones, se tiene ya a todo el equipo y el personal en un solo lugar, listos para ser transportados inmediatamente al lugar que se requiera.

A este centro neurálgico militar se le abastece de arsenal con base en protocolos especiales que indican la cantidad que se necesita tener para resguardar la seguridad del país. Este armamento es fundamental sobre todo para el control  de los territorios nacionales.

Desde Santa Lucía se distribuye todo este material hacia otras bases militares. Para almacenar lo que abastece todo el armamento del país, se requieren muchos protocolos, que incluyen las medidas de seguridad. Entre lo que se maneja hay material explosivo.

Además del resguardo de este material, para saberlo utilizar de una manera segura se necesita una preparación especial.

Conocimos una de las instalaciones más modernas y nuevas, ya que apenas fue inaugurada el año pasado: la Escuela Militar de Materiales de Guerra. Actualmente hay unos 450 alumnos y todavía hay cupo para hasta 600 estudiantes. Ya se hacen los exámenes para ver quiénes tendrán la oportunidad de estudiar ahí. El adiestramiento es muy especifico, en el que destaca el manejo y uso de los materiales de guerra.

La presencia de la mujer en el Ejército ha ido en aumento. En esta escuela hay un área específica para alumnas y un dormitorio de mujeres.

Si usted se pregunta por qué tienen en este lugar estos materiales de guerra, le comento que esto se debe a que es precisamente aquí donde está la base del mayor arsenal del Ejército mexicano, donde se pueden detonar artefactos, utilizar armas, desactivar ciertas bombas, entre otras cosas; instrucción especializada que no se puede impartir en cualquier lugar.

En la Escuela Militar de Materiales de Guerra hay laboratorios y áreas sofisticadas, en donde el personal militar trabaja en actividades con el material de guerra de la Secretaría de la Defensa.

Otra parte importante de la Base Militar es el área de acondicionamiento físico. Se cuenta con instalaciones de primer nivel, como una alberca olímpica, gimnasio, pistas de tartán, canchas deportivas; además cuenta con zonas de esparcimiento, las cuales son visitadas por las familias de los militares que viven en el lugar.

Finalmente llegamos al corazón de Santa Lucía, a la parte de la Base Aérea, en la que está la zona de hangares y las pistas. Nos tocó un día con mucha niebla y lluvia. Es un aeropuerto que tiene operación, pero no con la frecuencia de uno comercial.

Posteriormente conocimos el Museo Militar de Aviación, donde podemos conocer los inicios de esta actividad en México, y el cual está abierto al público. La historia aérea en nuestro país inició con el joven Alberto Braniff, quien registra el primer vuelo en la Ciudad de México, el 8 de enero de 1910, en un avión francés llamado Voisin.

Posteriormente se edifican los talleres nacionales de construcción aeronáutica, los aviones que más renombre le dan a México a nivel mundial; el Serie C y el Serie H; este último es el avión más importante que tiene el museo, ya que es el primer avión que se construye totalmente en México.

También pudimos conocer el primer avión que utilizó Aeroméxico para el transporte de personal.

Una de las salas está dedicada al Escuadrón 201, de la Segunda Guerra Mundial. Ahí pudimos conocer el avión P-47 Thunderbol; es uno de los aviones que se utilizaron en las Filipinas. La aeronave contaba con ocho ametralladoras calibre 50 y podía transportar una bomba.

Un dato relevante, por si usted no lo sabía, es que el Escuadrón 201 fue la unidad mexicana de combate aéreo que participó en la Segunda Guerra Mundial. Estuvo conformado por 299 elementos, quienes fueron enviados a diferentes bases de Estados Unidos para su adiestramiento y posteriormente para que prestaran sus servicios en Japón y en las Islas Filipinas. Los aviones con los que participaron fueron otorgados por Estados Unidos.

En la guerra, sólo cinco elementos perdieron la vida en sus misiones.

Cabe destacar que en Santa Lucía se imparten diferentes carreras dentro de las Fuerzas Armadas. Se piensa, por ejemplo, que en la Fuerza Aérea sólo está la cerrera de piloto, pero también se imparte la de electrónica de aviación, mecánica, abastecimiento y controladores de vuelo, entre otras. Nos explicaron que las aeronaves pintadas de color amarillo sirven para identificar las que son utilizadas para adiestramiento.

También conocimos los primeros helicópteros con los que contó la Fuerza Aérea; se trata del R-6A Sikorsky, el cual tiene como característica que sus palas son huecas y estaban forradas con tela endopada.

Si usted quiere conocer este impresionante museo, le comento que está abierto al público en un horario de 9 de la mañana a 4 de la tarde, de martes a domingo; en verdad vale mucho la pena.

Así fue el recorrido que hicimos en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, lugar donde se planea construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

 

Habrá que tomar con mucha seriedad cuál será el futuro de todas estas instalaciones militares del Ejército mexicano o, en todo caso, cómo pueden coexistir la zona militar y las áreas civiles sin que se corra ningún riesgo en la operación de ambas.