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¿El Mundial de la inseguridad?

Tan sólo en Río de Janeiro, por porcentaje de habitantes, hay más muertes al año que en todo México, y Brasil necesita garantizar la seguridad durante el próximo Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016.

Por eso, esta semana, el ejército de ese país y su guardia nacional entraron al complejo Maré, principal fortaleza del narcotráfico y que por años fue un lugar de refugio para capos, pandilleros, sicarios y traficantes de armas.

Este complejo está compuesto por 16 favelas al norte de Río de Janeiro, muy cerca de la zona turística, en ocasiones separado apenas por unas pocas calles.

No ha sido fácil, en barrios del Bajo Maré, durante la incursión del ejército, hubo disparos contra la policía militar. El Comando Vermehho, el grupo delictivo más grande y antiguo de Brasil, también decidió empezar ataques contra las fuerzas federales.

Este comando criminal controla el narcomenudeo en Río de Janeiro y cuenta con unas 20 mil personas armadas. La mitad son menores de edad. El principal líder de este grupo, Luiz Fernando da Costa, opera desde prisión y otro líder, Isaías Rodríguez da Costa, salió en libertad en el 2012, después de 20 años en la cárcel e igual sigue operando.

El Comando Vermelho formó pandillas armadas para hacerse del territorio de las favelas y desde ahí resguardarse. Además este grupo ha utilizado la pobreza extrema y la marginación en que viven muchas personas de esos barrios para cooptar aliados que trabajen con ellos en el crimen organizado. Hay muchos: en las Favelas Maré viven más de 130 mil personas en pobreza extrema.

En la operación para recuperar Maré participan elementos militares, fusileros navales y brigadas de paracaidistas. Utilizan autos blindados, helicópteros y detectores de metales para localizar armas escondidas.

Hay una favela en particular que se ha caracterizado por ser las más peligrosa de todo el complejo, se llama la Comunidad Nova Holanda, donde ya han entrado las fuerzas federales. Desde las azoteas los criminales vigilaban a los policías y alertaron a sus cinturones de seguridad.

En el 2008, delincuentes fueron expulsados de otras favelas y se atrincheraron precisamente en las Favelas Maré, y conforme han pasado los años se han ido fortaleciendo en ese lugar.

Las autoridades brasileñas han dicho que la incursión del ejército en Maré se encuadra dentro de un proceso de garantía de ley y orden e informó que los militares se mantendrán en Maré hasta que concluya el Mundial.

Hace tres años estuve en una reunión cerca de Salvador de Bahía, al norte de Brasil, y el entonces responsable de la seguridad antidroga de Río de Janeiro nos presentaba dos visiones: ser tolerantes o entrar con toda la fuerza a las favelas.

En ese entonces se había inclinado por la tolerancia y criticaba implícitamente la posición de México de actuar con fuerzas militares contra el narcotráfico. Hoy se comprueba que esa política en Río no dio resultados y han optado por tomar el control utilizando toda la fuerza del Estado.

Porque si no es así, si no se garantiza absoluta seguridad, Brasil no se puede dar el lujo de ser la sede del Mundial de Futbol, ni tampoco de los Juegos Olímpicos.

- Apareció Daniela. La semana pasada les contaba la historia de una niña adolescente de 14 años que, por medio de cuentas alternas a su cuenta oficial en Facebook, estaba en contacto con más de dos mil desconocidos, intercambiando fotografías de ella transformada con vestimentas provocadoras.

Algunos de los contactos incluso la tenían amenazada. Se supo que fue convencida para huir de su casa, por algunas de estas personas. Fueron 21 días de intensa búsqueda de sus padres y autoridades. Después de la publicación, el lunes pasado, de esta columna, Daniela llegó a salvo a un albergue del Distrito Federal y más tarde, finalmente, regresó con su familia.

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