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El país de las remesas

En México son más los hogares que viven de las remesas, es decir, del dinero que envían sus familiares desde Estados Unidos, que del dinero que reparte el Gobierno con los programas sociales.

Si llegara a haber una baja en las remesas, porque a los migrantes, ante las duras amenazas de Trump de hacer deportaciones masivas, les dé miedo enviar dinero y que por medio de estos envíos tengan que dejar sus datos y ser fiscalizados, el problema para millones de hogares en México es enorme.

Y es que con los programas sociales con los que cuenta el Gobierno mexicano no podrían subsanar esta situación. De acuerdo con el paquete económico 2025, se destinaron millones de pesos para esos apoyos, una cifra récord etiquetada para ese rubro en un presupuesto.

La realidad es que el dinero enviado por las remesas es muy superior a lo presupuestado para apoyos sociales. En el presupuesto del 2025 están designados 40 mil 425 millones de dólares por los más de 64 mil 700 millones de dólares que en 2024 captó México con las remesas.

Hace unos días, el Banco de México dio a conocer que en 2024 se rompió un récord histórico de remesas, al reportar 64 mil 745 millones de dólares, lo que significó 11 años consecutivos al alza en este rubro.

Michoacán y Guanajuato son los estados que más dinero recibieron, poco más de cinco mil millones de dólares cada uno, y Jalisco, que superó los cuatro mil millones. Esto sin contemplar el resto de los estados de la república que también reciben millones de dólares al año.

Con estas remesas se activa la economía, porque la gente consume productos aquí en México, sobre todo artículos de primera necesidad. Lo cierto es que este último mes coincide con la llegada de Trump a la Casa Blanca con una disminución en las remesas que han enviado a México.

Este mes, el dinero enviado a nuestro país fue de cinco mil 228 millones de dólares; si bien podríamos pensar que la cuesta de enero y los gastos de fin de año afectaron en el dinero que se pudiera enviar, lo cierto es que desde un enero en el 2015 no había bajado. Pero todavía es pronto para medir esta ligera disminución. Pudiera ser que, ante la amenaza de la llegada de Trump, los migrantes hayan adelantado sus envíos, o que los gastos para ellos en diciembre no les hayan permitido enviar la cantidad de dinero que normalmente mandan.

Recordemos que, como parte de sus primeras acciones, desde el 20 de enero pasado, cuando rindió protesta como presidente número 47 de Estados Unidos, Trump cerró la frontera sur que comparte con México y comenzó con los operativos masivos para encontrar y deportar a migrantes que no estuvieran de forma legal, incluyendo a mexicanos, los cuales se estima que hay 12 millones en la Unión Americana.

La realidad es que, hasta hoy, las deportaciones que se dijeron que se iban a hacer no han superado el número de deportados que se dieron antes de la llegada de Trump.

Desde el 20 de enero, México ha recibido a 10 mil 964 migrantes deportados, de los cuales ocho mil 425 son mexicanos y dos mil 539 pertenecen a otras nacionalidades, números similares a lo ocurrido en gobiernos pasados.

Las remesas que llegan a nuestro país, principalmente de Estados Unidos, equivalen al 3.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que incluso significó más que el crecimiento económico en 2024, el cual fue de menos del dos por ciento, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El subgobernador de Banxico, José Gabriel Cuadra, indicó que las deportaciones de migrantes mexicanos podrían tener un mayor impacto sobre la actividad económica de México y Estados Unidos, que en el flujo de remesas en los próximos meses.

Pero también hay que contemplar que, si la economía de EU se fortalece, como se ha venido dando, habrá más trabajos y empleos, lo cual podría favorecer las remesas. Estoy pensando, por ejemplo, en la agricultura, la construcción y los servicios que requieren muchos negocios para operar.

Si bien el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) aseguró que las deportaciones de migrantes que realiza el país vecino mermarán a las entidades con alta dependencia de las remesas, como Guerrero, Chiapas y Michoacán, no hemos visto hasta hoy muchas más deportaciones de lo cotidiano.

Hoy, todavía es muy pronto para medir el impacto de las remesas tras la llegada de Trump a la presidencia. Lo que sí sabemos es que somos economías muy integradas de manera binacional y también en los servicios financieros, que están muy bien integrados.

Nada más con ver la cantidad de productos que se importan y exportan, y una vez que se pagan, se hace por medio de transferencias, que dependen de los sistemas financieros.

Puede haber medidas antiinmigrantes, puede haber aranceles del 25 por ciento, como lo ha dicho Trump, pero se siente muy difícil que se dinamite la relación comercial entre ambos países.

Para enviar remesas podían, por ejemplo, poner mayores controles, digamos complicarlo un poco, pero sería muy difícil que se cerraran las transferencias entre ambos países. De todas maneras, es un tema del que hay que estar muy pendientes, porque si se caen las remesas, miles de familias mexicanas se verán afectadas.