El que gobierna es el algoritmo
Papi, en verdad he sentido un gran vacío sin ti. Cómo te extraño.
Estamos en pleno proceso electoral y, como siempre sucede, los candidatos hacen promesas que obviamente están enfocadas a su base electoral y a ganar nuevos seguidores.
Muchas de estas propuestas pueden llegar a ser falsas, simplemente porque son inviables. Y muchos que ya están en el poder, también llegan a tomar decisiones en las cuales, sin duda, influye el sentimiento humano.
¿Se ha fijado que cuando usted busca en Google un cierto producto, o una canción en Spotify, una película en alguna plataforma o incluso hace una compra en Amazon, las sugerencias que le llegan tienen que ver con sus gustos? Son los algoritmos que utilizan los sistemas informáticos.
¿Qué pasaría si cada decisión de gobierno estuviera basada en un sistema operativo, que simplemente decidiera cuáles son las mejores alternativas?
¿Figurese que se tomaran las mejores decisiones sin tendencias políticas?
¿Se imagina utilizar estos algoritmos para las necesidades reales de un país?
Ya se puede. En Dubái se tiene y emplea un sistema llamado el Open Data.
Se está utilizando el beneficio de la era tecnológica en su máximo esplendor para el manejo de un gobierno. Sí, por futurista que parezca, el destino ya nos alcanzó, y la respuesta a “todas” nuestras necesidades podría estar al alcance de una computadora.
¿Sabe usted que es el Big Data? A grandes rasgos es la gestión y análisis de enormes cantidades de datos (estructurados, no estructurados y semi estructurados) que no pueden ser tratados de manera convencional. El objetivo es convertir los datos en información que facilite la toma de decisiones, incluso en tiempo real.
Le estoy hablando de toda la información que se genera a través de mensajes en redes sociales, señales de móvil, archivos de audio, sensores, imágenes digitales, datos de formularios, emails, datos de encuestas, sistemas GPS, registros médicos; incluso, no sólo datos generados por los seres humanos, sino por la comunicación máquina a máquina; como la de sensores digitales instalados para determinar la ruta durante la entrega de algún paquete o la de sensores en medidores eléctricos para determinar el consumo de energía.
Existen millones de sensores interconectados en distintos sectores, como el automotriz, el transporte, la industria, los servicios, el comercial, etcétera.
Es esta recolección masiva de información la que se está imponiendo en la gestión de las grandes ciudades del mundo; como Dubái, que permanentemente apuesta por el uso y beneficio de la tecnología. Es por eso que dicen que en Dubái el verdadero gobernador es un “programa”.
De acuerdo con la directora general de Smart Dubái Office, Aisha Bin Bishr, el objetivo de sus programas es buscar la felicidad de sus ciudadanos, el cual se basa en 4 pilares:
1.- Descubrir las necesidades de las personas, desde las básicas hasta las más profundas y emocionales.
2.- A partir de ahí, diseñar servicios, políticas y regulaciones para satisfacer estas necesidades.
3.- Educar a las personas para que sepan que la felicidad es algo que se puede alcanzar y que la ciudad que los rodea puede proporcionarles esa felicidad.
4.- Elevar al máximo su nivel de felicidad.
Para conseguir estos 4 pilares, han creado “El marco de excelencia”, a través del cual se ha implementado una nueva manera de proporcionar servicios. El objetivo es usar los recursos de manera eficiente, además del uso adecuado de equipo para aplicar correctamente las estrategias.
Dubái fue una de las primeras ciudades en adoptar la visión “holística” de las ciudades inteligentes, e introdujeron un nuevo cuerpo de gobierno llamado “Oficina de la Ciudad inteligente” para gestionar el programa.
En 2013 lanzaron el M-Government (Gobierno móvil), el cual surgió debido a la alta penetración de dispositivos inteligentes. Cada ciudadano tiene de dos hasta cuatro de estos aparatos.
Es por eso que crearon una aplicación llamada Smart Majlis (Majlis es el nombre de las asambleas en las que la comunidad decide qué hacer), con la que cualquier persona puede sacar una foto de algún servicio que le guste y enviarle la propuesta al gobierno de la ciudad.
Así, por ejemplo, si ven una “buena idea” en otro país, la proponen en la aplicación, ¿Por qué no tenemos algo así en Dubái? De esta manera, la propuesta entra en un proceso de 14 días para recibir una respuesta.
La respuesta debe incluir el proceso a través del cual se llevará a cabo (o las razones por las que no es factible) y, después, se recompensará a la persona que propuso esta idea.
En Dubái, la plataforma que concentra toda la información (open data), llamada Smart Decision Making Platform, está disponible para los gobernantes, pero también se pone al servicio de los ciudadanos.
La plataforma sirve como un modelo de servicios para la ciudad; una riqueza digital para las ciudades. Digamos que se tiene pensado construir una infraestructura; entonces los encargados del proyecto consultan en la plataforma los beneficios y las posibles afectaciones para la ciudad. Es así como a través de este “simulador”, se puede tomar una decisión inteligente.
Pero la plataforma también tiene información abierta al público. Por ejemplo, si usted es emprendedor y quiere abrir o expandir su negocio, puede consultar cuál será la mejor ubicación gracias a esta herramienta.
Incluso, Dubái cuenta con un “sistema inteligente de planificación de recursos” para todo el gobierno, lo que le ha llevado a ahorrar en 10 años mil 500 millones de euros.
Con este programa, por ejemplo, se ha podido hacer que las compras de gobierno sean consolidadas, para ahorrar y, por supuesto, para minimizar la corrupción.
Y es así como entre todas las cosas que tenemos ya automatizadas, estas nuevas tecnologías nos pueden llevar a que nuestros futuros gobiernos sean manejados así.
País del futuro
En febrero de 2017, en la Cumbre Mundial del Gobierno, se lanzó el que podría ser el programa más ambicioso de todos: Dubai 10X, la iniciativa que establece un nuevo objetivo de largo alcance para las entidades gubernamentales a través del pensamiento fuera de lo común y la innovación disruptiva.
El programa gubernamental, que se suma a programas anteriores como el de excelencia gubernamental, Smart Government (primera foto) y Future Accelerators, busca que las organizaciones de Dubai logren grandes mejoras en eficiencia y servicios e introduzcan nuevas formas de servir a sus grupos de interés.
Dubai 10X se puede simplificar en que cada entidad gubernamental debería encontrar sus propios servicios que desea ofrecer, que pueden ser diez veces más grandes, diez veces más rápidos, diez veces más audaces, diez veces más eficientes para el beneficio de todos, aprovechando la misma innovación que se ve en el sector privado, pero para crear un programa que le permita al gobierno adoptar las mismas técnicas y la velocidad del cambio.
Un ejemplo de estas tecnologías son los health pods o unidades de salud que la empresa Bodyo instaló en diversas oficinas gubernamentales de Dubái (segunda foto). Estas unidades le permiten al usuario someterse a exámenes de detección de temperatura corporal, azúcar en la sangre, presión sanguínea, composición corporal y otros parámetros vitales, sin cargo. En minutos, el pod puede dar una indicación del estado de salud y aconsejar a dónde ir para un chequeo preventivo.