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El riesgo de ser periodista

En Venezuela, Brasil y Nicaragua ha habido un aumento notable en la violación a la libertad de prensa como en otros países de América Latina, pero México sigue siendo el país más mortífero para periodistas, más de 30 han sido asesinados desde 2018 a mediados de este 2023.

Decenas han sido agredidos, algunos de gravedad, otros secuestrados, y casi todos los que nos dedicamos a esta profesión hemos sufrido amenazas cuando publicamos algo que no gusta.

Lo grave es que como ciudadanía ya no nos genera el asombro y la indignación que debería de ser ante hechos tan cobardes.

Por ejemplo en Chilpancingo, Guerrero, la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez se quejó amargamente hace unos días de que periodistas locales escribían contra ella y presentó una denuncia en contra de cinco comunicadores por violencia política en razón de género, ante el Instituto Electoral y Participación Ciudadana.

Los periodistas habían dado la nota de que Norma Otilia estaba en un restaurante sentada con César Ortega, a quien las autoridades relacionan como líder del grupo criminal “Los Ardillos” y otros hombres de su grupo.

Entre julio y agosto de este año, aparecieron los videos en donde quedó evidenciada esta relación. La Fiscalía estatal aseguró que abrió una investigación en su contra; mientras, la edil insistió en que el video no estaba completo, “que se viera todo lo que se habló, porque no fue un pacto con la delincuencia, no fue una situación de ese tipo”.

¿Qué hace una alcaldesa reunida con supuestos líderes criminales y mostrándose además cómoda y tranquila? Las cosas no son por casualidad, esta mujer presenta la queja y vienen las agresiones contra periodistas que trabajan precisamente en Chilpancingo.

El pasado 28 de noviembre, cuatro periodistas recibieron una ráfaga de balas en Chilpancingo cuando regresaban hacer una cobertura. El ataque se dio a unos pasos de la 35 zona militar. Las víctimas fueron Víctor Mateo Francisco, de los medios digitales Guerrero al Instante y Ahora Guerrero; el fotógrafo Óscar Guerrero Ramírez, de Primer Plano; el reportero Jesús de la Cruz Nava, de Reporte Guerrero, y Héctor Camacho, de Redacción Guerrero.

Hasta el momento se reportan graves a Víctor Mateo y Jesús de la Cruz. Por estos hechos, la Fiscalía Estatal inició una investigación por homicidio en grado de tentativa.

Además de Chilpancingo, en Taxco otros tres comunicadores fueron privados de su libertad. Organizaciones civiles denunciaron que la noche del 22 de noviembre un grupo armado interceptó a Silvia Nayssa Arce, y a su esposo, Alberto Sánchez Juárez, y se los llevó cerca de plaza Taxco, en la colonia centro, donde se encuentran sus oficinas, por lo que sus tres hijos fueron abandonados en la calle.

Mientras que a Marco Antonio Toledo, director del semanario El Espectador de Taxco y corresponsal para otros medios, lo sacaron de su casa la madrugada del 19 de noviembre.

El comando también se llevó a la esposa del periodista, Guadalupe Denova, y a su hijo, Alberto Toledo, además revisó el domicilio y destruyó el módem de Internet y se llevó los celulares de las víctimas, así como dos equipos de cómputo.

Fue hasta el pasado viernes 24 de noviembre cuando los periodistas fueron liberados por el grupo criminal, mientras que al hijo de Toledo lo dejaron ir el martes 28 de noviembre.

Esta violencia a periodistas se da en muchas entidades de México.

En Apatzingán, Michoacán, el ataque más reciente ocurrió el 28 de noviembre, Maynor Ramón Ramírez, reportero del medio ABC de Michoacán, fue agredido afuera de un negocio, ubicado en la colonia Lázaro Cárdenas.

Con este hecho suman dos atentados contra el periodista, el 16 de octubre de 2016 le dieron un balazo en la cabeza, afortunadamente sobrevivió.

Cifras oficiales dicen que al menos cinco periodistas han sido asesinados en México, sin embargo, Artículo 19 ha documentado nueve casos. La misma organización reportó 272 agresiones contra el gremio en el primer semestre de este año, esto equivale a que en el último semestre, cada 16 horas se da un ataque en contra de periodistas o medios de comunicación.

Las agresiones con mayor registro fueron las intimidaciones y hostigamientos con 68 casos (25 por ciento del total), seguidos del uso ilegítimo del poder público con 61 casos (22.43 por ciento), y amenazas, con 49 casos (18.01 por ciento).

La Ciudad de México encabeza la lista con más ataques a la prensa con 65 casos, seguido de Quintana Roo con 21, Guanajuato, 19 y Puebla 18, según el mismo reporte de Artículo 19.

Y según la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), México es considerado uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.

El periodista de Países Bajos, Jan Albert Hootsen, representante en México del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) aseguró en su conferencia realizada esta semana en la FIL de Guadalajara, que al Gobierno mexicano no le importa la seguridad de los periodistas y que el Mecanismo Federal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, está conformado por burócratas que no conocen ni de seguridad ni de periodismo. Reiteró que en México hay una impunidad del 95 por ciento cuando ocurre un asesinato, es evidente que  los ataques en contra de reporteros y periodistas no es una prioridad del Gobierno federal.

Ojalá no nos acostumbremos a esta violencia y ojalá exijamos como sociedad la seguridad que requerimos y que se nos informe con la verdad sin que los comunicadores corran riesgo.

La libertad de expresión es un derecho que tenemos como periodistas y que no debemos perder, como también es un derecho para la sociedad poder estar informados.