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El rompecabezas del asesinato de artz

El doble asesinato que se perpetuó en Plaza Artz, el crimen que cimbró a todos los que habitamos en la Ciudad de México, empieza a esclarecerse. Mauricio “N”, alias “El Mawicho” o “El Mauri”, fue detenido después de una compleja investigación.

Eran las 17:19 horas cuando al interior del restaurante Hunan, ubicado en Plaza Artz, un hombre y una mujer se levantaron de sus sillas para acercarse a una mesa en la que convivían dos hombres y una mujer.

En menos de 20 segundos, la pareja homicida disparó en varias ocasiones contra dos ciudadanos israelíes: Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay.

Tras cometer el asesinato, los agresores huyeron a toda prisa del lugar; momentos después se logró aprehender a Esperanza “N”, mientras que el otro tirador huyó.

Después de semanas de investigación se supo que este hombre es “El Mawicho.”

La realidad supera la ficción y este caso poco a poco se va esclareciendo. Resultó que los hombres asesinados tenían relación con el crimen organizado.  

El diario The Jerusalem Post indicó que Sutchi fue liberado de una prisión israelí hace seis meses: “En el pasado, Sutchi tuvo problemas con la organización criminal Mosley Brothers. También era conocido por su nexo con el criminal Ben Cohen y su tío Itzik Cohen”.

Mientras que el medio Israel News 13, señalaba que Sutchi era “uno de los principales criminales de Israel y un rival de la organización musulmana. También es posible que el agresor estuviera cerca del prisionero fugado Erez Akryashvsky, quien fue deportado ayer a Israel”. Fue entonces que otro nombre clave salía a relucir en el caso.

La Embajada de Israel en México informó que los israelíes habían ingresado al país gracias a una visa de trabajo y que, efectivamente, contaban con antecedentes criminales.

La policía también identificó la presencia de otra persona quien, al parecer, coordinó todo a la distancia, desde un punto oculto de la plaza. Su rostro quedó grabado en un video y se identificó que después de lo ocurrido abandonó la ciudad.

Días después del asesinato, Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, señaló que los israelíes asesinados tenían disputas con una organización criminal; se trataba de uno de los cárteles más poderosos de México, el Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Al ser detenida Esperanza “N”, el día del asesinato, se supo que ella tenía relación con el Cártel de Tláhuac y que había trabajado como mesera en un bar de Felipe de Jesús Pérez, “El Ojos”, quien fuera líder de esta organización criminal. Todo tiene relación, ya que el Cártel de Tláhuac trabaja para el muy poderoso CJNG.

Regresemos a los israelíes asesinados. Ellos tenían empresas en Oaxaca, Puebla, Guanajuato, Querétaro y Ciudad de México, que utilizaban como fachada de operaciones fraudulentas. Se supo entonces que presuntamente lavaban dinero para la organización de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del CJNG.

Las investigaciones arrojan que los israelíes intentaron robar o estafar a la agrupación criminal. Los mensajes encontrados en sus teléfonos celulares revelaron que fueron miembros del CJNG quienes concretaron una cita con Alon Azulay y Benjamín Yeshurun.

Se sabe que en un principio ambos se negaron, pero cuando el punto de reunión acordado se estableció en un sitio público, los dos accedieron pensando que estarían a salvo. Nunca imaginaron que los fueran a asesinar dentro del restaurante Hunan, de Plaza Artz.

Un mes después, la Policía de Investigación (PDI) logró la captura de Carlos Ramón Hernández Martínez, “El Perrillas”, identificado como uno de los líderes de un grupo de sicarios al servicio del Cártel de Tláhuac.

Esa detención era parte del rompecabezas que se seguía armando tras el doble asesinato en Plaza Artz y es que Esperanza “N”, quien ya había sido vinculada a proceso por el homicidio de los israelíes, declaró que trabajó como mesera en el Bar MK administrado por una de las hijas de Felipe de Jesús Pérez “El Ojos”, líder del Cártel de Tláhuac, abatido en 2017 durante un operativo de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar).

Para la Procuraduría General de Justicia capitalina, “El Perrillas” era responsable de la coordinación y logística de eventos violentos en la capital del país, entre ellos las ejecuciones de integrantes de otros grupos delictivos, así como la recolección de dinero en efectivo producto de la venta de drogas.

“El Perrillas” estaba al servicio de “El Cindy”, uno de los líderes del Cártel de Tláhuac.

Cinco días después, elementos de la Guardia Nacional y de la Policía de Investigación detuvieron a Carlos Alejandro Mendoza, “El Cindy”, líder operativo del Cártel de Tláhuac.

“El Cindy” fue capturado junto con Liliana Pérez Ramírez, hermana de su esposa, Diana Karen Pérez. Liliana es considerada la actual líder del Cártel de Tláhuac tras la muerte de su padre.

Dentro de las investigaciones que se seguían en contra de “El Cindy”, estaba la de su posible vínculo con la muerte de los israelíes, ya que fuentes de la Procuraduría capitalina señalaron que se indagaba si fue “El Cindy” quien vendió las armas a quienes ejecutaron a los israelíes o si los homicidas forman parte del Cártel de Tláhuac.

Según la carpeta de investigación, él y su hermano José proporcionaron armas, teléfonos y dinero al par de pistoleros que ejecutaron a los israelíes.

Fue así como se llegó a la captura en Zapopan, Jalisco, de Mauricio “N”, “El Mawicho”, de 23 años de edad, identificado como uno de los tiradores de la Plaza Artz.

Se sabía que el 20 de julio, “El Mawicho” se trasladó de Jalisco a la Ciudad de México, junto con otros sujetos, y recibió instrucciones precisas de perpetrar la agresión junto a Esperanza “N”.

Labores de inteligencia señalan al Cártel Jalisco Nueva Generación como los que ordenaron ejecutar a los israelíes Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay.

Pero también los detenidos declararon. Dijeron que el CJNG pagó 10 mil pesos en efectivo a “El Mawicho”, a quien le prometieron la entrega de otros 90 mil pesos en cuanto terminara el trabajo encomendado; a Esperanza presuntamente le entregaron cinco mil pesos, de los 25 mil que le prometieron.

Omar García Harfuch, jefe general de la PDI, informó que “El Mawicho” pertenece al CJNG, quien ya en 2015 había sido procesado y sentenciado por el delito de robo agravado calificado e ingresado al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente; sin embargo, obtuvo su libertad.

 

“El Mawicho” regresó al Reclusorio Oriente y este domingo fue trasladado a un penal de Guanajuato, según informó la Subsecretaría de Sistema Penitenciario del gobierno capitalino. Mientras tanto, la investigación sobre este crimen continúa; hay más involucrados.