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El terremoto por aranceles

Los productos mexicanos que se exportan a Estados Unidos ya están pagando 25% de aranceles. Donald Trump dice que esta medida es en respuesta a la falta de colaboración para combatir al narcotráfico y porque los cárteles mexicanos están inundando su país de fentanilo. 

La realidad es que, en estos últimos meses, México ha trabajado intensamente en la detención de narcotraficantes y ha entregado a los criminales que Estados Unidos requirió, incluyendo a Rafael Caro Quintero. Pero Trump quiere más, y lo ha dicho, quiere detenciones políticas, sí, de aquellos funcionarios públicos a quienes se considera protegidos y han recibido apoyo de los cárteles de la droga.

El discurso de campaña de Trump y por lo cual regresó a la Casa Blanca ha sido siempre de una política de presión contra México, y nuestro Gobierno tiene que ser muy cauteloso en la forma en que responde. Aquí no se trata de mostrar quién es más fuerte, porque evidentemente la economía estadounidense tiene mucho más sustento que la de México.

El próximo domingo, la Presidenta Claudia Sheinbaum ha convocado al Zócalo, para explicar lo que hará el Gobierno de México ante esta política arancelaria. Si en su discurso dice que aplicará también aranceles a los productos estadounidenses, la economía mexicana sufrirá enormemente, de entrada 25% de aumento a los productos que importamos de Estados Unidos, muchos de la canasta básica.

Para Sheinbaum, el que Estados Unidos esté imponiendo aranceles que encarecen los productos mexicanos es una oportunidad para que su popularidad crezca, hoy los índices de aceptación de la Presidenta son muy altos, y en mucho tiene que ver, la manera con la que ha respondido a Estados Unidos tras esta imposición.

Lo cierto es que el mitin del Zócalo este próximo domingo es para fortalecerse y trabajar como lo dijo su antecesor: “la mejor política externa es la interna”.

Hoy esa apuesta es muy alta, porque en muy poco tiempo, y si Trump continúa con esta guerra comercial hacia México, podríamos enfrentar una crisis económica muy grave, que puede afectar en gran medida no sólo a las familias mexicanas, sino al Gobierno de México.

Estos aranceles evidentemente violan los tratados comerciales entre México y Estados Unidos. Pero México ha hecho también su parte para que estos tratados comerciales se vean vulnerados. Por ejemplo, la desaparición de órganos autónomos que están especificados en el acuerdo comercial como el del IFT, que se menciona explícitamente como parte de las autoridades encargadas de la resolución de controversias en materia de telecomunicaciones, y con autonomía del Poder Ejecutivo.


REGRESA POLÍTICA DE PRESIÓN

Y la Reforma Judicial como está planteada, también genera mucha desconfianza. A esto hay que sumar la cercanía comercial que tiene México con China, lo cual Estados Unidos ve como competencia desleal. Nadie gana con esta imposición de aranceles, pero México pierde más.

En el lado estadounidense, los aranceles elevarán los costos de producción para industrias clave como la automotriz, la manufacturera y la de la construcción, todas ellas dependientes de insumos importados de México y esto llevará a un aumento de precios para los consumidores y un freno en la inversión.

Y México también tendrá productos más caros, aunque se decida no imponer aranceles a Estados Unidos. Si los productos se encarecen del otro lado de la frontera, lo que se importe a México también será más caro. Ayer se devaluó el peso ante el dólar, esto también afectará en la economía nacional.

Recordemos que poner aranceles no solamente viola el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), provocará que todos los productos mexicanos y canadienses, sean más caros en Estados Unidos, provocará que se pierdan empleos y la economía deje de crecer, porque el consumidor compra menos.

Para México, el golpe podría ser aún más severo. Como principal socio comercial de Estados Unidos, cerca del 80% de sus exportaciones dependen del mercado estadounidense.

La industria automotriz y manufacturera, pilares de la economía mexicana, verían reducidas sus ventas, lo que generaría despidos y una posible desaceleración económica.

Las principales exportaciones de México incluyen automóviles, autopartes, maquinaria y productos agrícolas. En contraste, Estados Unidos envía a México productos como gasolina, maquinaria industrial y granos, aunque en menor cantidad.

Para los agricultores mexicanos las afectaciones se verán reflejadas en la falta de competitividad, baja de precios, ya que podrían caer éstos al no haber demanda del país vecino.

Trump busca que las empresas estadounidenses regresen a Estados Unidos, y es que muchas empresas estadounidenses han trasladado sus fábricas a México para reducir costos. Lo cierto es que esos productos también se van a encarecer.

Entre las propuestas de Trump está en crear una secretaría para que cobre el impuesto de los aranceles, según ha dicho con ese presupuesto va a mitigar el alza de precios en su país y controlará la inflación.

Por lo pronto parece que tras el anuncio de los aranceles Trump se ha topado con la realidad. Los mercados financieros han sufrido una baja muy considerable, y esto afecta y mucho a Estados Unidos.

Por lo pronto, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, asegura que Trump se plantea un alivio en los aranceles del 25% impuestos a México.

“Tanto los mexicanos como los canadienses han estado hablando conmigo por teléfono todo el día de hoy, tratando de demostrar que lo harán mejor, y el presidente está escuchando, así que creo que va a llegar a un acuerdo con ellos; no va a ser una pausa, nada de eso, pero creo que lo va a pensar. Probablemente, lo anunciaremos mañana.”

Esperemos a ver cómo amanece y qué dice Donald Trump ante la imposición de los aranceles a México.

Por lo pronto, es una buena decisión de la Presidenta Sheinbaum no adelantarse y mantener cautela ante estas imposiciones.