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En Guerrero no hay emergencia

Dos días después de que el huracán Otis con Categoría 5 impactara buena parte de la Costa Grande de Guerrero y destruyera casi todo lo que encontró en su camino, en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Gobierno federal emitió la declaratoria de emergencia “por la ocurrencia de lluvia severa y vientos fuertes” para 47 municipios de Guerrero, incluidos Acapulco, Coyuca de Benítez y Técpan de Galeana.

Cuando se emite una declaratoria de emergencia se liberan recursos lo más rápido posible para enfrentar el desastre. Con esa declaratoria se esperaba que la ayuda fluyera sin trabas, y que se repartiera directamente a los afectados, pero un día después, el Gobierno federal corrigió e indicó que hubo un error y la emergencia pasó de 47 municipios a sólo dos: Acapulco y Coyuca de Benítez, dejando fuera a Técpan de Galeana, pese a que varios medios de comunicación documentaron la emergencia por la que pasaba el municipio.

La realidad es que en esas declaratorias nadie se puede equivocar, no es que a cualquier funcionario se le haya ocurrido publicarlas. Cada tema que se publica en el DOF pasa por muchos filtros, entre ellos el Despacho Jurídico de la Presidencia.

Lo que gana el Gobierno federal es que sin la declaratoria de emergencia, los recursos los puede entregar directamente y decidir cómo se emplean. No les convenía la proclamación y por eso en el mismo Diario Oficial de la Federación y tan sólo 14 días después se dio a conocer que el Gobierno federal anunciaba el fin de la emergencia para Acapulco y Coyuca de Benítez.

Así, hasta los recursos de nuestros impuestos que vayan también a Acapulco y Coyuca de Benítez, el Gobierno federal decide discrecionalmente cómo los emplea.

Hace años se implementó la declaratoria de emergencia al igual que el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) para hacer frente a tragedias naturales y obtener los recursos de forma expedita.

Ante esto, la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) justificó que la declaración de emergencia se emite cuando se presenta una situación anormal, como un desastre natural que puede causar un daño a la sociedad y propiciar un riesgo excesivo para la seguridad e integridad de la población en general.

Detalló que Acapulco no estaba en una situación de emergencia, ya que no existía riesgo contra la población por los efectos de viento o lluvia severa que cayeron sobre el puerto.

“Con respecto a la falsa premisa de asociar una situación de emergencia a los procesos de recuperación y reconstrucción, se recuerda que la situación de emergencia ya ha concluido y se da paso a la etapa de recuperación mediante la puesta en marcha del Plan General de Reconstrucción y Apoyo a la Población afectada en Acapulco y Coyuca de Benítez por el huracán Otis”, refirió la CNPC.

Yo no sé si la coordinadora de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, haya recorrido las calles afectadas en Guerrero, si haya visto a la gente cómo aclama un vaso de agua, si ha recorrido las calles en donde a la gente más pobre se les voló la lámina de su casita y han perdido todo.

Me imagino que no ha estado en la zona del desastre. Yo sí estuve ahí hace un par de días en Acapulco y en particular en Pie de la Cuesta y la situación sí es de emergencia.

Voy a repetir lo que dice el comunicado de la Coordinación Nacional de Protección Civil: “Declaración de emergencia se emite cuando se presenta una situación anormal, como un desastre natural que puede causar un daño a la sociedad y propiciar un riesgo excesivo para la seguridad e integridad de la población en general”.

Acaso Acapulco y la Costa Grande de Guerrero ¿no están en una situación anormal?, acaso ante la falta de agua y comida ¿no puede haber un surgimiento social?

Se quitó la declaratoria de emergencia con la que se hubieran podido apoyar a cientos de guerrerenses en este momento que aún es crítico; sin embargo, la publicada el 2 de noviembre en el DOF permanece vigente por desastre natural, con la que el Gobierno federal sigue obligado a entregar los recursos de forma extraordinaria, rápida y de forma directa sin tanto trámite o burocracia, pero la diferencia es que esos recursos se entregan de manera discrecional.

Nuevamente, el Gobierno federal utiliza los recursos como ellos deciden. Acapulco sigue en situación de emergencia por el azote de Otis. Por lo menos habría que esperar a que regrese el agua para todos y que las casas tengan luz, si bien es cierto, la luz ya se restableció, faltan las conexiones a cada una de las viviendas.

La declaratoria del fin de la emergencia implica que Guerrero dejará de contar con el apoyo federal para auxiliar a las personas en cuanto al rescate, la asistencia médica, la operación de refugios temporales y la asistencia social.

Ahora, con declaratoria de desastre aún vigente, los municipios de Acapulco de Juárez y Coyuca de Benítez pueden solicitar el acceso a recursos federales del instrumento financiero de atención de desastres naturales.

Pero primero hay que terminar de atender la tragedia inmediata, el día a día de la gente que está en muy malas condiciones.

Se están limpiando con rapidez las principales avenidas, lo cual está muy bien porque están abriendo el paso para que la gente pueda circular, pero la limpieza en otras colonias está siendo muy complicada de realizar.

En cuanto al Fonden, que era un instrumento financiero público que tenía por objeto liberar recursos de forma inmediata ante un desastre natural y que iba de la mano con la declaratoria de emergencia, desapareció.

El Senado en este sexenio lo eliminó, en los datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Fonden sigue apareciendo, sólo que ahora se le describe como un programa, no como un fideicomiso y se destinan 17 mil 156 millones 826 mil 205 pesos.

Esta ayuda tarda en llegar ante una tragedia porque se trata de un programa, el cual debe ser planeado, estructurado antes de poder acceder a los recursos.

La modalidad de este ahora programa, reportó un cambio en los últimos años pues se destina más porcentaje a la asistencia social más que en la reconstrucción de infraestructura dañada por desastres naturales.

Ojalá esta tragedia no se utilice para politiquerías, pero todo indica que así será. Y ojalá el Gobierno federal no abandone Guerrero.