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En riesgo las elecciones

Falta menos de una semana para las elecciones presidenciales y en INE enfrenta serios problemas, una crisis que desde que se fundó antes el IFE en 1990 no había ocurrido. 

Al Instituto Electoral le está faltando gente y recursos. La semana pasada el INE informó que se emitieron mil 311 convocatorias para cubrir las 49 vacantes de supervisores electorales y 769 para capacitadores asistentes electorales.

Y son dos temas, la reducción importante de presupuesto al INE y el riesgo que representa instalar casillas en ciertas zonas del país, muchas controladas por el crimen organizado.

Paradójicamente en esas casillas, pareciera que en donde hay grupos hegemónicos del crimen organizado, no va a haber conflictos visibles, porque serán manejadas directamente por ellos.

La polarización que se vive en el país ha llegado al INE que debería de ser un órgano independiente.

Existe una división importante dentro del propio INE, mientras el consejero Martín Faz, presidente de las comisiones unidas de Capacitación y Organización Electoral, calificó esta situación como un hecho “inédito”, la consejera presidenta, Guadalupe Taddei, consideró que no representa un “riesgo” para las elecciones del próximo 2 de junio.

Para el consejero Uuc-kib Espadas Ancona, la deserción del personal electoral se debe principalmente a la falta de sueldos competitivos, derivado de los recortes presupuestales que el INE ha tenido en los últimos años. Detalló que esta situación sucede más en ciudades como Cancún, Monterrey y Ciudad de México, donde hay una alta ocupación de empleos y sueldos competitivos.

También la consejera Carla Humphrey asegura que los sueldos para supervisores electorales y para capacitadores asistentes electorales han bajado y las personas prefieren estar en otros trabajos. Por lo que adelantó que luego de que concluya este proceso electoral, propondrá que se haga un estudio para analizar el riesgo de la falta de contratación de estas dos figuras electorales.

Aquí el tema más grave es que mientras los partidos políticos se llevan millones de pesos de dinero para sus campañas, de los 10 mil 444 millones de pesos aprobados como prerrogativas, Morena se lleva el 30 por ciento de lo que le toca a todos los demás partidos, porque fueron los que mayor votación tuvieron en las elecciones pasadas, al INE le han disminuido su presupuesto de manera asombrosa.

El recorte de la Cámara de Diputados al presupuesto del INE, por más de mil 400 millones de pesos, le obligó a suprimir proyectos y reducir hasta en 500 mdp lo que iba a gastar para organizar las elecciones de 2024.

Hay un tema que es fundamental, y es que antes de que se fundara el IFE, ahora INE, como un árbitro independiente en las elecciones electorales en México, nunca hubo alternancia partidaria en 78 años, que el PRI gobernó México.

Apenas llevamos 35 años en un país realmente democrático y apenas hasta el año 2000 empezó a haber alternancia partidaria.

Desde entonces el PAN, primero con Vicente Fox y luego con Felipe Calderón gobernaron, después regresó el PRI con Enrique Peña Nieto y en el camino se pudo crear Morena, que ganó la elección en 2018.

Las personas de entre 18 y 29 años de edad que pueden votar en esta elección, representan 26.2 millones de votos. Ellos nunca han vivido lo que fue un partido único en el poder.

 Recordemos que antes de esto, las elecciones presidenciales se manejaban desde la Secretaría de Gobernación, sí, desde el partido en el poder.

En 1988, el titular en ese entonces de la Secretaría de Gobernación, Manuel Bartlett, se le cayó el sistema electoral. Esto sucedió cuando empezaron a ver que las preferencias electorales estaban muy cerradas entre Carlos Salinas de Gortari del PRI y de Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD.

Hasta 1989 no existía un gobernador distinto al partido hegemónico de ese momento el Partido Revolucionario Institucional, el PRI. Y ese año el Partido Acción Nacional ganó por primera vez una gubernatura, la de Baja California, con Ernesto Ruffo Appel, quien se convirtió en el primer gobernador de oposición.

La elección de 1988 donde ganó Carlos Salinas de Gortari, fue tan cuestionada por la caída del sistema, que el Congreso reformó la ley y expidió el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales que mandataba la creación del Instituto Federal Electoral (IFE), una institución imparcial, cuyo objetivo era dotar de certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales.

Antes de que surgiera un IFE independiente, el gobierno gastaba lo que quería en las elecciones para que ganara el candidato de su partido, el PRI. No había diferencia sustancial entre partido y gobierno. Y no había ninguna vigilancia del gasto, no sólo en elecciones, sino en ningún caso.

Fue el 11 de octubre de 1990 que llegó el IFE, actualmente INE, con el cual se dio paso a una nueva reforma electoral que ha garantizado y sentado las bases de las elecciones como las conocemos hoy en día.

En ese momento también se decidió que el financiamiento de las elecciones mexicanas debería ser público, en su mayoría, para evitar que el capital privado decidiese los resultados.

La insistencia en mantener el esquema de financiamiento público se basa también en el temor de que las organizaciones criminales intervengan en los resultados electorales.

Para 1992 la ley estableció la expedición de un nuevo Padrón Electoral, así como una nueva credencial para votar con fotografía y el reconocimiento de su validez como documento de identidad.

Para 1997 un gobierno del PRD empezó a gobernar la Ciudad de México, entonces Distrito Federal, con Cuauhtémoc Cárdenas.

Antes de Cárdenas, que fue el primer jefe de Gobierno de la Ciudad de México había regentes que eran designados por el presidente en turno.  

En ese mismo año, en 1997, además el PRI perdió por primera vez la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Además, a partir de 1997, los partidos políticos en México comenzaron a recibir financiamiento público de forma transparente.

Con la reforma político-electoral de 2014, el IFE cambió a INE para convertirse en una autoridad de carácter nacional a fin de homologar los estándares con los que se organizan los procesos electorales federales y locales, éstas últimos en coordinación con los organismos electorales de cada entidad.

Hay que tener memoria y aprender de la historia. Apenas en los años ochenta el país no tenía una política democrática como la conocemos hoy.