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Entre piratas y pésimas administraciones

Muchas veces hemos informado sobre los piratas que operan en aguas territoriales en México, que han atacado todo tipo de embarcaciones, pero sus víctimas preferidas son las plataformas de Pemex.

Esta semana han vuelto a atacar plataformas petroleras. La noche del pasado 13 de febrero, ocho hombres armados ingresaron a la plataforma Ku-H Zapp, ubicada en Yucatán, neutralizaron al personal que se encontraba de guardia para despojarlos de dinero en efectivo, celulares y robar equipo que permite el funcionamiento de la plataforma.

Un día después, empleados de otra plataforma, la Zaap Delta, ubicada en Campeche, también fueron asaltados.

Desde Pemex se trató de minimizar el tema, pero estos robos fueron dados a conocer por el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).

“Nuestros compañeros que fueron amenazados y atracados por piratas en la plataforma Zaap Delta, ya están en Ciudad del Carmen… Se encuentran en revisión médica y valoración en las especialidades correspondientes”, indica el mensaje.

Hasta el momento se sabe que dos de los trabajadores permanecen en el hospital tras registrar cuadros de estrés, pero ninguno tuvo heridas físicas.

Después, a través de un comunicado, se informó que la Secretaría de Marina (Semar) estará apoyando en las labores de vigilancia en las plataformas a través de patrullajes con embarcaciones y con un mayor número de agentes de seguridad física.

Los asaltos a las plataformas petroleras o embarcaciones con cargamentos de crudo se incrementaron en los últimos cinco años. Los llamados “piratas modernos” aprovechan que estas plataformas o embarcaciones no cuentan con la vigilancia suficiente.

Los robos son de cableado de acero, cobre o equipo valuado desde los 40 mil pesos, a ello hay que sumar los objetos personales que se llevan del personal, el cual, en muchas ocasiones, es golpeado.

Recordemos que los trabajadores de las plataformas petroleras muchas veces permanecen ahí unos 15 días, así que tienen todas sus cosas personales, desde celulares hasta computadoras.

Para poder hacer este tipo de robos, se necesita conocer bien la plataforma, y es un robo difícil de hacer, un pirata aislado no lo puede hacer.

Así que grupos criminales se alían con exempleados de la plataforma, quienes tienen conocimiento de los horarios, la operatividad y el lugar exacto en donde se encuentran los objetos de valor.

La mayor cantidad de asaltos se han dado en Golfo de México, sobre todo en Campeche y el litoral de Tabasco, dos áreas petroleras clave para nuestro país.

El último reporte que hay es del 2023; ahí se especifica que se han dado por lo menos 300 casos de robo y vandalismo en las plataformas petroleras en México desde el 2018.

Coincide con la llegada de Octavio Romero como titular de Pemex en la administración de Andrés Manuel López Obrador, que fue literalmente desastrosa.

Este tipo de asaltos se suman al robo de combustible que Pemex sufre en tierra, con la picadura de ductos para extraer combustible, un delito que ha incrementado en los últimos años.

En la pasada administración, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, Pemex tuvo un quebranto de tres mil 81 millones de pesos por robo de combustibles a través de tomas clandestinas y sólo son los incidentes a los que tuvieron que generar un dictamen para la evaluación de daños, porque existe una cifra negra de muchas tomas clandestinas no reportadas.

La situación de Pemex se agudiza porque además de los robos de combustible, la petrolera genera producto de mala calidad.

Según las denuncias presentadas por fabricantes de combustible en Estados Unidos, en los cargamentos enviados por Pemex detectaron altas concentraciones de agua y sal lo que vuelve inservible el combustible para producir diésel y gasolina.

De acuerdo con Bloomberg, las refinerías en Luisiana y Texas, en las costas del Golfo de México, rechazaron los envíos de Pemex y exigieron descuentos, indicando que la mala calidad del producto mexicano alteró los flujos de crudo que desde hace 50 años funcionaban bien.

Es parte de la herencia dejada por Octavio Romero Oropeza, quien de diciembre de 2018 a octubre de 2024 estuvo a cargo de Pemex, es un hombre cercano a López Obrador que actualmente encabeza el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

Con muchas deudas y carencias dejaron Pemex el sexenio pasado, y no debemos olvidar otro proyecto insignia de la administración pasada, la refinería de Dos Bocas, ha costado por lo menos tres veces de lo presupuestado y aún no refina petróleo.

Ahora, después de su desempeño en Pemex, Octavio Romero, desde el Infonavit, está trabajando para hacer una constructora de vivienda con los ahorros de los derechohabientes.