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¿Error, protección a menores?

 

A principios de este mes el Presidente Peña Nieto presentó al Senado una iniciativa preferente de Ley General para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes. Utilizó la facultad, por primera vez en su administración, para que se tramite en los primeros 30 días del periodo ordinario de sesiones.

La ley ha generado una gran discusión, los legisladores tienen que aprobarla antes del día 30 y han dicho que lo harán, pero que cambiarán el 80 por ciento del contenido. Se supone que mañana podrá ser aprobada.

Muchos dicen que es una ley demasiado proteccionista para los niños y que coarta sus derechos, su libertad. ¿Pero no deberíamos precisamente proteger a nuestros niños?

El artículo 4 de la Constitución dice que en todas las decisiones y actuaciones del Estado, se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos.

Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades: alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez.

La realidad es que en la actualidad no se cumple este artículo de la Constitución.

La iniciativa presentada por el Presidente tiene cosas buenas que no sabremos si subsistirán con todas las modificaciones que se pretende hacerle. Por ejemplo, la idea de lograr por primera vez una protección global de la infancia y adolescencia.

Actualmente, la ley en materia de drogas aplicada a menores está en la Ley de Salud, la regulación laboral para niños y adolescentes se centra en la Ley Federal del Trabajo, y el derecho a recibir educación en la Ley de Educación. Sin embargo, lo importante es tener todos los aspectos que afecten a un menor o adolescente en una sola articulación legal.

Los niños también tienen el derecho, según la Constitución, a tener un sano esparcimiento.

Hoy la tecnología ha cambiado por completo las formas de recreación de niños y jóvenes. La violencia que se ve en los medios por supuesto que afecta el desarrollo de los menores y en muchas ocasiones propicia el bullying. La nueva ley pretende sancionar a quien proyecte este tipo de imágenes en horas no adecuadas y eso está bien. Lo que sucede es que no hay criterios establecidos para las sanciones y éstas suelen ser excesivas.

Es cierto que los padres o tutores deberían de hacerse responsables de lo que ven sus hijos, pero en este país, con la pobreza que se tiene, muchas madres trabajan entre ocho y diez horas diarias y no pueden supervisar a sus menores.

Otro tema es la supervisión de los albergues, para que no suceda lo que ocurrió en el albergue de Mamá Rosa en Michoacán.

Dentro de los cambios que los legisladores plantean, es que un menor no necesariamente tenga que contar con el permiso de su tutor para dar un testimonio ante medios de comunicación.

Y hacen referencia a los menores que se encontraban en este albergue. Pero la realidad es que si estos centros están regulados y constantemente la autoridad los visita, ante ellos se podrían expresar los menores.

También dentro de la ley se señalaba que una vez que un menor ha sido dado en adopción, el DIF podía hacer una revisión a los seis meses para ver en qué estado se encuentra y darle seguimiento para que el menor esté bien atendido.

El Pacto por México ya acabó y estamos muy próximos a un proceso electoral. Sin duda las modificaciones que se han hecho tienen mucho que ver con el clima político que estamos viviendo en estos momentos.

Ojalá se le hagan precisiones a esta ley, pero los puntos positivos, los que protegen a nuestros niños, permanezcan, porque no hay nada más importante que ellos para el futuro de México.

bibibelsasso@hotmail.com
Twitter: @bibianabelsasso