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Golpe al CJNG en México y Ecuador

La crisis diplomática tan compleja que se vive hoy entre México y Ecuador tiene un inicio y es la violencia generada por grupos del crimen organizado mexicanos, que han armado estructuras y socios comerciales en Ecuador.

Jorge Glas Espinel, vicepresidente de Ecuador, de 2013 a 2018, quien tiene una sentencia en su contra por su relación con el narcotráfico, era resguardado por el Gobierno mexicano en su embajada porque buscaba asilo político.

En una violación absoluta al derecho internacional, el gobierno de Ecuador irrumpió en la embajada de México en su país para detener a Glas. Para el presidente Daniel Noboa, el que el Gobierno de México tuviera en resguardo a Glas, era proteger a un delincuente y si no lo detenían de esa forma, ese hombre hubiera llegado a México sin cumplir su condena.

Jorge Glas, según narra la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar, tenía una sentencia unificada de ocho años de cárcel por dos casos de corrupción, preso desde 2017 y en libertad condicional a partir de 2022, habría conseguido salir del encarcelamiento porque el narcotraficante ecuatoriano Leandro Norero, alias El Patrón, pagó 250 mil dólares en sobornos a funcionarios judiciales para que lo liberaran.

Los sobornos, según la fiscalía de Ecuador, se dieron por parte de una mafia ecuatoriana del narcotráfico ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las principales organizaciones mexicanas del contrabando de drogas, para salir de prisión en 2022.

Al salir de prisión, el Gobierno de México hospedó a Glas en la embajada, mientras se tramitaba asilo político.

Mientras Jorge Glas estuvo resguardado en la embajada de México, las autoridades ecuatorianas acusan que el exvicepresidente brindó protección a gente ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación y entre ellos está el grupo llamado Los Lobos, quienes a su vez mantienen alianzas con el cártel mexicano.

Hace tres meses, Fabricio Colón Pico, líder del grupo criminal Los Lobos, se fugó de una prisión en medio de una crisis en el sistema penitenciario ecuatoriano que incluyó una serie de asesinatos de policías, estallidos de vehículos y motines carcelarios, que le permitieron escapar a este líder criminal.

Su fuga ocurrió en medio de las acusaciones en su contra de que estaba detrás del intento de asesinar a la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar, y en medio de la declaración del presidente Daniel Noboa para declarar la existencia de un conflicto armado interno y a los grupos criminales como terrorista, entre ellos a Los Lobos.

La estrategia del presidente Noboa es ir tras estos grupos criminales. Y este fin de semana fue recapturado Fabricio Colón Pico, líder del grupo criminal Los Lobos en Ecuador y que mantiene alianzas con el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Se trata del segundo grupo criminal de mayor importancia en ese país, acusado de tráfico de drogas, extorsiones, secuestros a comerciantes, entre otros delitos.

La crisis de violencia en Ecuador se agudizó hace siete años cuando dejó de ser un país de paso para el tráfico de cocaína y otras drogas, y pasó a ser un país donde los grupos criminales asentaron sus bases de operaciones, formando alianzas con cárteles mexicanos, porque Los Lobos no son los únicos.

El grupo criminal Los Choneros, el más antiguo y de mayor relevancia en Ecuador, formó alianzas con el Cártel de Sinaloa, lo que provocó que la disputa se acrecentara principalmente en el puerto de Guayaquil, la joya de la corona para los cárteles, pues desde ahí envían toneladas de droga.

La principal ruta es la del Pacífico, pasa por las ciudades portuarias de Esmeraldas y Guayaquil, desde donde se distribuyen los estupefacientes a Centroamérica, México, Estados Unidos y Europa.

La otra ruta, la amazónica, atraviesa la provincia de Sucumbíos en la frontera con Colombia, desde donde se dirige la droga a Brasil, otros países de la región y Australia.

Hoy, Ecuador padece lo que ocurre en muchos estados de la República Mexicana, los homicidios dolosos, que incrementaron 58% en tan sólo un año, pues el Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado reportó que mientras en 2022 los asesinatos fueron poco más de 2 mil casos, para el siguiente año superaron los 4 mil.

Otro ejemplo es que el país sudamericano pasó de registrar seis homicidios por 100 mil habitantes en el año 2016, a 25 por 100 mil en el año 2022.

El Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado detalló que 90% de los homicidios en Ecuador son asesinatos, o sea, relacionados con el crimen organizado. De ellos sólo un 7% de los homicidios se resuelve.

Una de las principales promesas de campaña de Noboa fue que tomaría nuevamente el control de la seguridad de Ecuador cuando asumió la candidatura a la presidencia, luego del asesinato de Fernando Villavicencio, quien había señalado al Cártel de Sinaloa por amenazas.

Días antes del asesinato, Villavicencio se atrevió a decir que gobierno del expresidente Rafael Correa era culpable de haber permitido la expansión de los grupos criminales y también acusó que varios exfuncionarios ecuatorianos tenían conexiones con el Cártel de Sinaloa. Hoy, Rafael Correa pasa mucho de su tiempo en México, y algunos de sus excolaboradores trabajan en el Gobierno actual de la Ciudad de México.

La invasión a la embajada de México ha sido reprobada por organismos internacionales, y por mucha gente. La forma en la que irrumpieron las autoridades ecuatorianas para llevarse a Glas ha sido muy cuestionable fuera de Ecuador.

Dentro del país, tras esta detención, la popularidad del presidente Noboa ha crecido, los ciudadanos de Ecuador buscan que se recupere la seguridad y no querían que el exvicepresidente Glas pudiera salir del país.

Por lo pronto fue recapturado el líder de Los Lobos, y la estrategia de seguridad en Ecuador es de ejercer todo el peso de la ley contra los criminales.

Mientras tanto, este fin de semana, aquí en México, la Sedena detuvo a Don Rodo, hermano de Nemesio Oseguera, líder del CJNG, señalado de ser uno de los operadores del cártel.