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“Hay que balancear el derecho a la verdad con cumplir los procesos”

En el marco del 107 Aniversario de la Constitución, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Alberto Pérez Dayán, envió fuerte mensaje al Presidente López Obrador previo a presentación de reformas que han sido ya enviadas al Congreso, y fue enfático cuando dijo: “No hay nadie por encima de la Constitución”.

Pérez Dayán ha sido un férreo defensor y ha hablado sobre la importancia de la Constitución, y que ningún poder está por encima de ella, y que el Poder Judicial debe trabajar con independencia y autonomía.

“El Poder Judicial entiende que, por encima de la Constitución, no hay poder alguno, nada ni nadie. No permitamos que esto se olvide o se confunda. Y es precisamente la Constitución federal, ésta que por ahora conmemoramos, la que dio a la Suprema Corte las facultades suficientes para invalidar cualquier acto que no la respete”, indicó en ese discurso.

Pérez Dayán trabajó en un proyecto en la Segunda Sala donde se otorgó un amparo y declaró inconstitucional la Ley de la Industria Eléctrica, aprobada en marzo de 2021 por el Congreso. Ahora, Morena amenaza con preparar un juicio político en su contra por tirar la reforma eléctrica de López Obrador.

¿Quién es, en lo personal, este ministro de la SCJN, quien ha mantenido un bajo perfil, pero que se ha enfrentado con todo el poder del Estado para defender la Constitución?

Hace tiempo platiqué con él en esta entrevista Muy Personal que hoy les comparto.

Naciste en la colonia Roma, en la Ciudad de México. ¿Cómo fueron esos años?, Tu papá ¿en qué trabajaba?

Era una vida bastante tranquila, hoy lo sigue siendo, aunque se condiciona por muchas otras razones. Trabajaba para el Departamento Central, hoy, Gobierno de la Ciudad de México, como para la Compañía de Luz.

Estudiaste en una primaria pública y llegas a ser ministro de la Corte.

Las condiciones y necesidades de la educación se han modificado, desde luego, los parámetros de aplicación, en una y otra, a veces difieren, pero las escuelas públicas también representan una gran oportunidad y opción para quienes, sin tener la posibilidad de cubrir estudios a través de una colegiatura, puedan acceder al conocimiento. En general, las oportunidades siempre se complican a través de la masificación, los espacios se cierran, no obstante, la preparación sí forma parte de una estructura preparatoria para llegar hasta alguna otra oportunidad de vida profesional. Esto no quiere decir que automáticamente formar parte de una escuela particular te trae alcanzar grandes responsabilidades.

Estudias derecho, y te gradúas con mención honorífica. ¿Por qué derecho?

Llega un momento en la educación, en que debes tomar una alternativa y ésta, por lo menos para mí, no fue compleja, desde edad temprana consideré la posibilidad de ser alguien que se pudiera desempeñar en un tema más social. Creo que es la propia vocación que cada quien tiene y también influye el qué opinan de ti tus profesores, la orientación vocacional. En la Universidad La Salle, en donde hice la preparatoria, consideraron por lo menos que las características en cuanto a mis calificaciones y desempeño se ubicaban más en el ramo de las ciencias sociales. Me fui interesando más por el fenómeno social de la regulación, por ello decidí estudiar derecho.

¿A los cuántos años empiezas en este Sistema Judicial?

En 1987 ingreso a trabajar en un Tribunal Colegiado de Circuito, en esta actividad que se convierte en una vocación y en una forma de ver la vida. Te conviertes en un juez, aun cuando no seas quien decide en el momento en que se tiene que firmar una sentencia. Todos en el Poder Judicial nos vemos de alguna manera involucrados en encontrar la mejor solución al planteamiento que se te presente en un expediente. Se hace una vocación, una formación y un espíritu de servicio muy especial, en función de lo que es la labor jurisdiccional, decidir una causa aplicando las máximas del derecho.

¿Te imaginaste hace 30 años, que llegarías a ser un ministro en la SCJN?

Uno tiene esperanzas, desde luego, aspiraciones, ves modelos de conducta, ministros ejemplares, decisiones que te llenan de satisfacción y evidentemente esta vocación, en formación, termina por hacerte aspirar a llegar a los más altos niveles.

Debe ser complicado ser ministro, cada decisión que tomes, cada voto afecta la vida de muchísimas personas.

Desde luego, hay decisiones complejas que te llevan a la reflexión, generas en tu propio entorno mental una gran cantidad de alternativas, particularmente cuando éstas se toman desde un órgano terminal como los Tribunales Colegiados o la mismísima SCJN. Son decisiones que finalmente impactan a grandes grupos en la sociedad y el compromiso por hacer las cosas de la mejor forma, te lleva a entender, encontrar estas alternativas y buscarlas siempre de la mejor forma. Sí, es cierto que representa un proceso complejo, pero muy satisfactorio cuando logras tu objetivo.

He escuchado a jueces que te dicen: ‘Tengo que tomar esta resolución estrictamente apegada a la ley’, pero también hay muchos vacíos en la ley que no necesariamente hacen una justicia como debería de ser. ¿Qué hacer ahí?

Una de las funciones integradoras del derecho, particularmente quienes nos dedicamos a la rama de la justicia, es que la solución a un caso concreto tienes que encontrarla, ya sea acudiendo a las normas como se encuentran escritas, interpretándolas, o hallar la forma de resolver. Precisamente, para eso están los tribunales, en tanto los tribunales existen, los particulares tienen una instancia y la confianza de que su resolución tendrá que ser dictada. Y es precisamente en esta herramienta hermenéutica, que supone la interpretación, en donde tienes que encontrar el mejor de los caminos para poder resolver la conflictiva que se te ha presentado. Cuando ésta es así tomada y reiterada, se convierte en un criterio jurisprudencial que integra estas lagunas a las que te has referido y nos da a todos la certeza de que los siguientes casos habrán de ser resueltos con esos precedentes confirmados siempre por un órgano terminal.

¿Es un reto la justicia en México?

Sin duda el Nuevo Sistema de Justicia Penal significa un reto, un desafío para las instituciones, pero cada caso tiene que verse muy en lo concreto y en particular. Qué tanto puede influir una violación procesal para tomar una decisión jurisdiccional de absolución o condena, es importante analizar cada caso en lo específico para saber de qué manera incide una violación procedimental, si es que ésta existe, en un resultado definitivo. Se ha construido mucho en esta materia, hoy vivimos inmersos en una nueva dinámica de derechos humanos que nos permite redefinir una serie de ideas que ya teníamos construidas sobre una base procesal que hoy cambia. Las ideas nos deben llevar hasta los nuevos horizontes y alcanzar nuestros objetivos de justicia tratando de balancear en la mejor medida, antes que nada, el derecho de las víctimas, de la sociedad a conocer la verdad, pero también que esta verdad se alcance a través del cumplimiento estricto de los procedimientos que para tal efecto se han dado. Una sin otra, no alcanzaría el objetivo, se compaginan y las dos nos traerán un magnífico resultado finalmente.

¿Qué te gusta leer?, ¿qué te gusta hacer en tus ratos libres?

Son muchos los temas que me gusta leer. Las cosas que te permiten distraer la atención de lo que estás resolviendo, son aquéllas que te generan gran placer. En este caso estaba leyendo un libro acerca de la historia del espionaje. En mis ratos libres veo deportes, dedico el tiempo a la familia, me gusta el cine, escuchamos música y, en la medida de lo posible, viajamos.

¿El día más feliz de tu vida?

Cuando me casé, cuando nació mi hijo, el día que llegué a la Corte, son muchos.

¿El más triste?

No lo recuerdo.

Complétame esta frase: “el ministro Alberto Pérez Dayán es…”

Un ser humano entregado a su vocación.