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Hay que beberse hasta la última gota de futbol porque la carrera es corta: Valdano

Los grandes personajes, si pretenden trascender, tienen que saber cómo reinventarse. Jorge Valdano ha sido campeón del mundo como futbolista y ha logrado lo que pocos, fortalecerse en el tema del futbol, pero también como periodista y escritor. En pleno Mundial, quiero retomar esta plática que tuve con él hace dos años porque vale mucho la pena.

 

BB: Eres un hombre de cultura, sobre todo de futbol, que sabe de todo, periodista, escritor…

JV:  Soy en esencia futbolista, ahí me plantaron y desde ahí crecí. He dado la vuelta alrededor del futbol, he sido jugador, entrenador, directivo, siempre hincha; pero también una persona muy relacionada con los medios de comunicación. He tendido puentes entre el futbol y otras esferas sociales, con la cultura.

BB: Naces en un pueblito a unas cuatro horas de Buenos Aires, ¿cómo fueron esos primeros años?

JV: Éramos siete mil habitantes y sólo teníamos el futbol. En mi casa tenía la seguridad; en el colegio, la obligación y en la calle sólo había futbol; no había mucha más oferta. Mi pasión empezó muy pronto, nunca tuve duda de lo que iba a hacer, me propuse ser profesional, puse toda la energía ahí, porque tampoco nací con condiciones “maradonianas”, y llegué a donde me propuse.

BB: A los 15 años te das cuenta de que quieres empezar a meterte al mundo del futbol, tienes que irte a algún otro lugar.

JV: Eso es, me voy a Rosario, siempre digo que uno se va de casa una sola vez; ése fue el viaje más difícil. Hice una prueba, fui el único de 200 que aceptaron, pero sabía que no estaba todavía preparado, durante un año empecé a hacerme a la idea y con 16 años tomé la decisión definitiva.

BB: Has tomado decisiones que podrían parecer, para muchos, una locura. Dejas de estar en un equipo de primera división en Argentina y te vas a un equipo de segunda división a Europa. Y además te hicieron firmar una carta: ya no podías regresar a jugar con la selección de Argentina.

JV: Sí, para los militares el Mundial era cuestión de Estado y nos sometían a esa humillación, si uno se iba del país tenía que firmar una carta de renuncia a la selección. Me fui a un equipo de segunda porque fue la primera oportunidad que se me presentó; me había propuesto irme a la primera, porque Argentina era un país caótico, el futbol también.

Cuando se termina el futbol se terminan muchas cosas: el placer de vivir de un juego, que es como prolongar la infancia; la facilidad de ganar un dinero importante y, finalmente, dejar de ser famoso”

BB: Pero lo logras, acabas jugando en el equipo más importante de España, el Real Madrid, ¿cómo se da ese ascenso?

JV: Traicionando las previsiones. Estaba convencido, porque me había ido muy bien en Argentina, de que iba a llegar al Alavés y que al año siguiente estaría en el Real Madrid. Eso ocurrió 10 años después, hay de por medio un trabajo importante, de superación.

BB: Platícame de Valdano y los Mundiales.

JV: Gano el del 86, pero ya en el 82 estuve en la selección argentina; en la del 78 no pude jugar porque lo hicieron prácticamente todos los futbolistas que estaban en Argentina, excepto uno, Mario Alberto Kempes, quien finalmente fue el mejor jugador del torneo, yo todavía estaba en segunda división y no llamé la atención del entrenador. Ya para el Mundial de España, sí que me convocaron.

BB: ¿Qué fue para ti ganar el Mundial en México 86?

JV: Es algo que te supera. Cuando le marco el gol a Alemania, lo primero que me pasa por la cabeza es: “esto no me está pasando”. Es algo que has soñado tantas veces, que no puede ser que se haya transformado en realidad de una forma tan coherente con el sueño de toda la vida. Y, luego, la emoción que tenía que ver con esa sensación del deber cumplido, saber que has hecho un buen trabajo y que hay 40 millones de personas en tu país que lo están festejando.

BB: ¿Qué prefieres?, ¿retirarte en un momento donde estás hasta el cielo o esperar?

JV: Soy de los que creen que hay que beberse hasta la última gota de futbol, porque la carrera es demasiado corta. Cuando se termina el futbol, al mismo tiempo se terminan muchas cosas: el placer de vivir de un juego, que es como prolongar la infancia; la facilidad de ganar un dinero importante y, finalmente, dejar de ser famoso; cuando dejas el futbol ya formas parte de la gente corriente y tienes que empezar una vida nueva.

BB: ¿Cuál fue tu primera actividad después de dejar de jugar profesionalmente?

JV: La del periodismo. Empecé a hacer el programa de radio La cátedra de Valdano, a escribir artículos en El País, inmediatamente sale Canal+ y soy comentarista de la única cadena privada que había en ese momento en España.

BB: ¿Qué es lo que más te gusta?, ¿ser director técnico?, ¿periodista?, ¿escritor?, ¿comentarista?

JV: Lo que más disfruté fue el futbol en calidad de jugador y, en el camino, escribir me gustó mucho, me ocurre lo mismo que con el futbol, que me costaba trabajo, pero lo disfrutaba cuando me tocaba jugar. Tiene una cierta dificultad para estar a gusto con la frase, es un esfuerzo creativo que me resulta agradable. Lo demás lo hago ya con más naturalidad. Entrenar me gustó, pero llegué a la conclusión de que no nací para eso, es una tarea para gente muy obsesiva.

BB: Eres un hombre muy culto, ¿cuándo te empieza a gustar la cultura?

JV: Todo el mundo que me recuerda en aquellos tiempos dice que yo estaba con un libro en la mano. Empecé a leer muy pronto, en una casa donde no había libros, en un pueblo donde no había biblioteca; empecé a buscar libros porque tenía una necesidad, no sé si de conocimiento o de placer, porque a mí la lectura lo que me ha dado, sobre todo, ha sido placer.

BB: Cada vez es más difícil que los jóvenes tengan ideas y propósitos tan marcados como los tuvieron en tu época, ¿qué es lo que les recomiendas?, ¿qué es lo más importante para poder perseguir tus ideales y lograrlo?

JV: Descubrir la pasión, descubrir una actividad que les resulte atractiva y a partir de ahí meter toda la energía; lo peligroso es la dispersión, cuando uno lanza tiros hacia todos lados. Hay gente a la que le gusta el deporte y que, sin embargo, no tiene condiciones para expresarlo, pero tienen muchas posibilidades para hacer periodismo deportivo, para estudiar gestión deportiva o un montón de materias relacionadas con este deporte. Es encontrarle la vuelta para convertir tu actividad en una pasión, hay mucha gente que está condenada a la infelicidad laboral, porque hace aquello para lo que no nació.

BB: Recientemente se dio una confrontación verbal, donde Maradona dice que Messi no tiene personalidad. ¿Cómo la viste?

JV:  En un comentario casual.  Messi lo que no tiene es la expresividad de Maradona. Pero es un líder técnico indiscutible, jugando futbol tiene una personalidad extraordinaria, si no, no podría ganar tres de cada cuatro partidos que juega, no es que los gane solo, pero muchos los gana casi solo y eso significa que influye muy positivamente en sus compañeros, en la misma medida que intimida a los contrarios, y si ser líder es influir, pues más influencia que Messi no la tiene nadie.

BB: Tú que los has visto jugar, la pregunta obligada, ¿a quién le vas más como jugador?, ¿a Diego o a Messi?

JV: Son dos genios. Me es muy difícil entrar en ese tipo de juego. Hay algunos jugadores, Pelé, Cruyff, Di Stéfano, Maradona, ahora Messi, que nacen uno cada 15 o 20 años, marcan una época y son auténticos genios. Los genios no se parecen entre sí, pero tienen una influencia que marca a generaciones de futbolistas y de aficionados. Pongo a Messi y a Diego en una medida muy parecida y, de hecho, tienen hasta un perfil creativo bastante común, todos los demás son muy distintos entre sí.

BB: ¿Cuál ha sido el día más feliz de tu vida?

JV: Que no me escuche mi familia, pero el momento en el que metí el gol en México 86. Es una explosión tan grande que resulta incomparable, es un juego muy pasional y ése es un momento de culminación tan indiscutible, que es muy difícil encontrar rival en la vida. Pero luego hay otros acontecimientos que te emocionan de una manera tan vivencial como el nacimiento de tus hijos, que no tiene comparación con un logro profesional.

BB: ¿El más triste?

JV: El fallecimiento de mi madre. Fue un pilar indiscutible de mi familia, pero también de mí mismo. La mujer que me dejó ser. Es muy difícil que con 16 años te dejen ir de tu casa y con 19 te dejen irte de tu país, que te animen a cumplir los sueños.

Me armó muy bien por dentro, me dio una estructura ética que me sirve todos los días y que intento transmitirle a mis hijos. Todo ese patrimonio es la deuda con ella.

BB: Complétame esta frase, Jorge Valdano es…

 

JV: Un hombre que creció en el futbol y que se ramificó desde ahí.