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La crisis en Ecuador

La situación de violencia en Ecuador es gravísima, provocada por bandas criminales que son parte de los cárteles de la droga mexicanos. Tanto el Cártel de Sinaloa, como el Cártel Jalisco Nueva Generación controlan el narcotráfico en ese país sudamericano.

El recién llegado presidente de Ecuador, Daniel Novoa, declaró estado de excepción luego de la fuga del principal narcotraficante de su país, José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de Los Choneros, un grupo criminal ligado al Cártel de Sinaloa y considerado uno de los más violentos en Ecuador. Fito es el socio ecuatoriano del Cártel de Sinaloa.

Macías Villamar es acusado de haber mandado a matar al excandidato presidencial Fernando Villavicencio. Días antes de su asesinato, Villavicencio había declarado que sufría amenazas de parte de miembros del Cártel de Sinaloa.

El día de ayer se pasó de estado de excepción y ha declarado estado de guerra contra las pandillas y grupos criminales. Y es que estos delincuentes han tomado prisiones y han trasladado esa violencia a las calles de Quito, la capital, a Guayaquil y a otras ciudades.

Esto se da tras la llegada de grupos armados a tomar una televisora importante en Ecuador. Tomaron de rehenes a conductores, productores, camarógrafos y microfonistas, entre otros trabajadores, en plena transmisión en vivo. Esto para generar terror. Al mismo tiempo, otros hombres armados tomaron la Universidad de Guayaquil y centros comerciales.

Estos delincuentes reclamaban que no cambiaran de prisión a algunos reos. En uno de estos traslados se cree que se fugó Macías Villamar, cuando lo intentaban cambiar a una cárcel de máxima seguridad.

Más de tres mil uniformados lo buscaron sin éxito en los tejados y hasta en las alcantarillas del penal, el cual está bajo el dominio de Los Choneros, precisamente el grupo que maneja El Fito.

Lo cierto es que con seguridad no se sabe cuándo fue la fecha exacta, ni cómo se fugó este narcotraficante con varios de sus escoltas.

Las autoridades tardaron en reconocer la fuga que derivó en el reporte de motines en otras prisiones.

El presidente Novoa, de Ecuador, reconoce la existencia de un conflicto armado interno en su país y ha  ordenado al Ejército restablecer el orden en las calles. Su  declaratoria se dio minutos después de que el grupo delictivo de Los Lobos tomara como rehenes a los empleados de la televisora TC.

Los Lobos está ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación, simulan la forma sanguinaria de operar del cártel mexicano, junto con otro grupo denominado Los Tiguerones, con una fuerte presencia en calles de diversos departamentos, lugar en donde controlan actividades ilícitas como el narcomenudeo, extorsión, el contrabando y homicidios.

Los Lobos es considerado como el segundo grupo delictivo más numeroso de Ecuador, el cual tiene más de ocho mil integrantes que están distribuidos en diferentes prisiones del país, según la organización InSight Crime.

Este grupo mantiene el control en diversos centros penitenciarios, pero también mantiene disputas con grupos rivales, como ocurrió en 2021, cuando una riña entre internos dejó más de 315 reclusos muertos.

La misma organización InSight Crime ha documentado que Los Lobos, el grupo rival de Los Choneros desde hace 25 años, y que suma al menos 12 mil miembros, en los últimos años habría perdido hegemonía frente a sus rivales.

En medio de todo esto, hace tres días, las autoridades detuvieron a Fabricio Colón Pico, uno de los cabecillas de Los Lobos, quien ha denunciado desde prisión que no quiere ser trasladado a la cárcel de máxima seguridad La Roca, por lo que responsabilizó al presidente y a la Fiscalía de lo que pueda ocurrirle.

Como parte de su protesta envió a simpatizantes de su grupo criminal a realizar protestas en las calles, exigiendo que Colón Pico reciba resguardo.

Así está la situación en Ecuador, con grupos de criminales realizando protestas para que se libere a un líder de ellos.

Reitero, lo ocurrido en Ecuador involucra a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, los cuales han extendido sus operaciones en ese país sudamericano a través de bandas criminales locales.

El puerto de Guayaquil se ha convertido en un punto relevante para el envío de cargamentos de droga, cuyo destino es principalmente Europa.

Para poder operar, las estructuras criminales han desarrollado varias estrategias, una de ellas es el uso de empresas fachada para hacerse pasar por dueños de negocios con un amplio registro de exportaciones legales, para así ocultar la droga en las mercancías.

Otra de las formas en las que operan los criminales es rompiendo los contenedores para introducir la droga y colocar sellos clonados para disimular sus actos. A esto se suma el uso de “técnicas submarinas para amarrar la droga a los cascos de los barcos atracados en el puerto”.

Y así es como cada día estos grupos criminales tienen más poder y escalan su apuesta para doblegar a las autoridades. Se creen los amos y señores. Y cada día, los narcotraficantes mexicanos consolidan sus relaciones y negocios con América Latina.