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La educación y la violencia

Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en México la violencia no sólo no ha disminuido, sino que ha aumentado. Más de 10 mujeres asesinadas al día; de ellas, son más de 25 niñas las que mueren al mes.

Muchas en manos de sus propias parejas, padres, abuelos o personas que las conocen.

Platicaba en este espacio la historia de Adriana, una enfermera que fue obteniendo un mejor nivel de vida para sus hijas y quien trabajaba el turno de la noche, el más pesado para que sus niñas tuvieran una mejor vida.

Decidió dejar a su marido, quien la golpeaba constantemente y le reclamaba su crecimiento profesional, mientras él no lograba ascender.

Un día llegó del trabajo y su expareja la asesinó. La historia de Adriana es muy parecida a la de miles de mujeres en México.

Es cierto que a mayor escolaridad hay más participación en la fuerza laboral, y eso puede empoderar a las mujeres a dejar a sus agresores. Pero eso no disminuye la violencia hacia muchas de ellas. Es más, cuando una mujer es independiente económicamente, en un mundo tan machista como el que vivimos, en muchas ocasiones es un factor de conflicto.

No se me olvida la frase de Marx Arriaga, quien fue nombrado representante de México ante la UNESCO, pero actualmente sigue siendo director de materiales educativos en la Secretaría de Educación Pública (SEP), quien a finales de febrero de 2020, mandó a las mujeres a las bibliotecas para emanciparse de sus agresores, en un contexto donde al día matan a 10 mujeres ante la falta de justicia.

En este contexto y sin importar que se dirigía a jovencitas menores de edad, Arriaga dio su discurso en un evento con estudiantes en Actopan, Hidalgo, cuando se desempeñaba como director general de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura.

“Mujeres: si en verdad buscan emanciparse de sus opresores, modificar este sistema machista que las rodea, no esperen que su libertad llegue como un regalo, lean aquellos libros, ahí están descritos los caminos para su revolución. Nuestro Presidente no las engaña”, señaló.

“¿Quieren cambiar este sistema machista? Necesitan dos cosas: uno, cultura, lo cual les dará identidad. Y dos, educación para desarrollar un pensamiento crítico. ¿Quieren ambas? Asistan a la biblioteca pública”, agregó.

Pero la cultura la quieren controlar desde la administración pública. Estamos hablando del discurso que dio quien está encargado de los libros de texto de la SEP. Libros de texto en donde se cuenta la historia a modo de adoctrinar a los niños y niñas con la historia contada a su manera.

Y es que la educación básica en México sigue transformándose y se dirige a ser parte de un programa de adoctrinamiento, en lugar de ser una educación universal que lleve a niños y niñas a un conocimiento que les permita competir con sus pares en los países más desarrollados.

Sigue la cuenta

En un México donde hay tanta violencia, se debería de incluir en estos libros de texto educación de respeto y no violencia. Enseñándoles a los niños y niñas que la agresividad no es la manera de lograr nada positivo.

Pero el que haya una enseñanza para una convivencia sana y libre de violencia, además de todas las materias que deben llevar y aprender los niños y las niñas mexicanas para poder competir en un mundo global, parece no ser importante para el sistema actual de educación en México.

El propio Marx Arriaga ha señalado que “los libros de texto que no edite y supervise el Estado serán ilegales”. En este apartado, incluso hizo referencia a las editoriales que tienen a su cargo libros que son utilizados en escuelas privadas.

Dijo que existen empresarios que sólo comercializan la educación, que la maquilan sin tener como objetivo la educación. Para este funcionario, “desde los años 80 del siglo pasado, la educación se convirtió en un negocio que deja “millones y millones de pesos”.

Según el funcionario, estas casas editoriales no pasan por un control de evaluación y, asegura, colocan o quitan contenidos a su conveniencia, y que los costos son diversos para mantener como clientes cautivos a miles de padres de familia.

Lo que no pasan es por lo que Arriaga quiere manipular en esos libros de texto.

Esto es gravísimo. Incluso bajo este argumento podrían intentar que las escuelas privadas trabajen solamente con los libros que ellos decidan.

Marx Arriaga habla de que los empresarios son explotadores, pero en realidad son quienes generan fuentes de trabajo, y debido a que hizo énfasis en las casas editoriales que editan los libros para secundaria, éstas están en peligro.

Pero de acuerdo con el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Hugo Setzer, durante los últimos 25 años, el programa para dotar de libros de texto a estudiantes de secundaria ha incluido a 28 sellos que dan la posibilidad de elegir a profesores entre una diversidad de libros aprobados por la SEP.

Ahora, este proceso está en duda debido a que en estos momentos ya debería estar abierta la convocatoria para que los maestros elijan sus libros y, a más tardar en julio, se realicen los pedidos y luego se vayan a la imprenta, para estar listos en agosto, que es cuando comienza el siguiente ciclo escolar.

Es un deber del Estado ofrecer educación gratuita a las niñas y niños de México, pero el nivel es muy dispar, según el estado y la escuela.

Por su parte, la organización Educación con Rumbo destacó la importancia de que la escuela pública y la particular trabajen de manera conjunta y corresponsable, pues indicó que actualmente la educación particular representa el 15% de la comunidad que integra el Sistema Educativo Nacional, y con ello, se desahoga la carga del Estado en matrícula estudiantil.

Explica que la educación privada también aporta económicamente con sus contribuciones fiscales, y permite que el padre de familia pueda elegir y controlar con mayor eficacia la calidad del servicio que ofrece la escuela elegida.

A esta controversia, Marx Arriaga suma muchas otras a lo largo de su estadía dentro de la actual administración federal, como ser parte de quienes buscan utilizar los libros de texto gratuitos como propaganda del llamado Gobierno de la Cuarta Transformación.

En la propaganda que deberían de estar trabajando es en subir el nivel académico y trabajar fuertemente en el tejido social, para disminuir la violencia.