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La incertidumbre de tener un hijo desaparecido nos está matando: Guadalupe Villarreal

Guadalupe Villarreal es una madre, como las cientos que hay en este país, que tienen hijos desaparecidos. El de Guadalupe, Edgar Abdul Villarreal Rodríguez, tenía 19 años cuando desapareció en Boca del Río, Veracruz, y desde ese día nadie volvió a tener noticia de él. Para ella ha sido una lucha constante, pues ha ido a las distintas fosas comunes para encontrar o tener alguna noticia del paradero de su hijo.

 

BB: ¿Cómo desaparece tu hijo?

GV: Mi  hijo el día 15 de mayo del 2014, a las 3:45 horas, estaba platicando con nosotros, que estaba en Plaza Galerías, en el estacionamiento, esperando a otra muchacha que iba con el grupo con el que iban y que en ese momento llegaron varias camionetas con muchos encapuchados, muy armados, y que se iba a quitar de ahí. Cuando él cuelga, le llamamos como a los 15 minutos y después de ahí ya no volvimos a saber absolutamente nada de él.

BB: ¿Qué otras noticias sabes de él? ¿Recurriste a las autoridades?

 

GV: Sí, recurrí a las autoridades y todo, y a la fecha supuestamente no ha avanzado el caso; no hay nada relevante. Este 15 de mayo mi niño cumple cinco años de desaparecido y, a la fecha, en cinco años no se ha sabido nada. Lo he buscado por todo donde me han llamado, donde he podido acudir a Veracruz, en las fosas y todo, y absolutamente nada de mi hijo.

BB: En este momento tú estás en contacto con muchas otras madres que también están buscando a sus hijos, concretamente en Veracruz, donde hay una cantidad impresionante de fosas comunes.

GV: Sí, hablamos de muchísimas madres de diferentes estados que sus hijos han desaparecido aquí en este estado y andamos buscándolos en todas las fosas que se han encontrado; hemos participado también en ellas  y hemos pegado anuncios, hemos hecho mil cosas y a la fecha todavía no se ha encontrado nada, y no nos ayudan nada, porque el gobierno definitivamente no apoya que se entreguen todos los restos óseos que se han encontrado…

BB: ¿Por qué?

GV: Porque no se les ha hecho una comparecencia, no se les ha hecho el cotejo de pruebas de ADN o alegan que no tienen los aparatos o que están rebasados de restos óseos y que el personal no se da abasto.

BB: ¿Has sentido algún cambio entre el gobierno anterior y este gobierno?

GV: El cambio sigue siendo ninguno; seguimos en las mismas, porque no avanza absolutamente nada; al contrario, antes teníamos un poco más de apoyo y ahorita nos los están quitando.

 BB: ¿Son muchas las madres que están buscando a sus hijos, como tú?

GV: Pues mira, cantidades son miles, miles de madres de diferentes estados, como te dije hace rato, que vienen con sus esfuerzos y como pueden a estar aquí, en las fosas, para escarbar o ayudar en lo que se pueda con el afán de que… con la esperanza de que si ya no los encuentras con vida, de perdida los encontremos en alguna de las fosas, ¿no?

BB: Guadalupe, platícame cómo es un día en estos recorridos.

GV: Pues mira, en sí, así como en la excavación no nos dan autorización, nosotros nada más vamos y hacemos el varilleo para saber si en verdad son puntos donde hay fosas, donde hay restos, donde hay cuerpos; la excavación ya la hace el peritaje, ¿no? Nosotros, un día, en una búsqueda, porque se llaman búsquedas, pues es andar quitando hierba, andar varillando, andar buscando indicios de ropa, de zapatos; ahora sí cosas que tiran o dejan por ahí; o restos óseos por encima de la tierra y ése es nuestro día, desde muy temprano, hasta 3, 4, 5 de la tarde, dependiendo del clima también.

BB: Y ha sido muy duro. Cada día se encuentran más fosas en Veracruz.

GV: Sí, diario encuentran una fosa diferente, en un pueblo diferente; la esperanza de encontrar a tu desaparecido va mermando cada vez más, porque no puede ser posible que te encuentres tantos restos óseos, que la gente sea tan indiferente al dolor humano, al dolor ajeno, a dejar una familia destrozada, no sé…

La incertidumbre es la que nos está matando, nos merma la salud saber si viven, si están en alguna fosa, si comieron, si los maltratan; son muchísimas preguntas que te haces desde que te levantas hasta que anochece”

BB: ¿Qué fue lo último que supiste de tu hijo?

GV: Jamás volví a saber nada de mi niño a la fecha; por eso sigo en la insistencia de buscarlo, de seguir buscando. Nosotros, como decimos, sabemos dónde los desaparecen, pero no sabemos dónde los vamos a encontrar.

BB: Guadalupe, ¿a qué se dedicaba tu hijo?

GV: Mi hijo acababa de dejar la escuela porque yo había estado muy enferma y se empezó a dedicar a trabajar en un tortería; y de ahí me ayudaba con los gastos, la mitad lo que yo podía y la mitad lo que él podía; él era mi sostén.

BB: Una vez que desapareció, ¿pudiste investigar, pudiste ver sus redes sociales, pudiste ver si llegó a tener contacto con alguien de estas personas que pudiera haber sido una amenaza, una revancha?

GV: Sí, peritajes de Xalapa fueron los que entraron a las redes sociales de mi hijo; la PGR México entró también a las redes sociales de mi hijo y todo, y empezaron a investigar, pero no se encontró ningún indicio de eso.

BB: Lo más duro, me imagino, es la incertidumbre…

GV: Definitivamente; la incertidumbre es la que nos está matando a nosotros; el día a día es lo que nos merma la salud, porque la incertidumbre de no saber si viven, si no están, si están en alguna fosa, si comieron, no comieron, si los maltratan; o sea, son muchísimas preguntas que te haces desde que te levantas hasta que anochece y, lo ideal, como dices tú, sería que el gobierno pusiera más atención en apoyar a todas las madres que estamos batallando con esta situación, porque nosotros no pedimos que nos pasara esto; entonces, necesitamos el apoyo del gobierno, que en verdad se haga justicia, que de verdad nos apoyen a que todos esos restos se entreguen y que sea verídico, para empezar, porque si te van a dar nada más por deshacerse de todo lo que tienen, al ahí se va, no creo justo eso tampoco.

BB: Tú lo sigues buscando; ¿dónde estás ahora?

GV: En las fosas de Úrsulo Galván.

El cementerio del país

Hasta 40 cadáveres podrían estar debajo del Centro de Readaptación Social de Coatzacoalcos, Veracruz. La sospecha surgió luego de que autoridades recibieran de manera anónima un croquis y un escrito que señala el punto exacto donde estarían enterrados los cuerpos. El texto señala a un cártel de la delincuencia de haber realizado estos actos entre 2010 y 2018.

El mensaje dice que las autoridades deben revisar el área que se ubica al lado del lavadero, dentro del penal, “en el área verde, cerca del campo, de la iglesia y la zona de enfermería”. Entre las víctimas estarían quienes “no quisieron pagar cuotas, rescates, al igual que abogados que han desaparecido”.

En Veracruz se han detectado decenas de fosas comunes y hay más de mil 100 desaparecidos con averiguación previa; pero se estima que, además, hay otras dos mil personas que no aparecen.

Hace  tiempo, en una entrevista que le hice al padre Alejandro Solalinde, que publiqué en La Razón, me decía que decenas de fosas clandestinas se iban a descubrir en el estado: “Desde hace años yo dije que México era un cementerio de migrantes y un fosario; lo dije porque desde entonces yo sabía muchas de esas cosas”.

En ese entonces le pregunté: “¿Me está diciendo que van a aparecer más fosas?”; a lo que respondió: “Sí, mire, tienen que aparecer muchísimas en Chiapas, ahí hay muchísimas en Chiapas, muchísimas, en Oaxaca, en Tabasco, en Veracruz; en Tamaulipas ya empezaron a salir algunas; en Coahuila también, por lo menos en esta parte; muchísimas, ya no se diga”.

Al preguntarle si se trataba de ajustes del crimen organizado, dijo: “Del crimen organizado y del crimen autorizado, porque también ahí están funcionarios públicos, servidores públicos, funcionarios de alto nivel, desde gobernadores para abajo”.

 

Son desaparecidos producto de ajustes de cuentas, secuestros; algunos son delincuentes, otros, sus víctimas. Muchos otros son migrantes centroamericanos.