La mitad del sueldo en impuestos
El sueldo de los mexicanos se reduce en cuanto lo reciben, pese a los esfuerzos y horas de trabajo. De forma automática, la Secretaría de Hacienda se lleva hasta el 50% de lo que percibimos.
El análisis 2021, realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), muestra que el trabajador mexicano destina 8.4% al pago de Impuesto Sobre la Renta (ISR), en promedio. Además, las empresas y los empleados pagan 10.5 y 1.2% de cuotas a la seguridad social.
Con ello suman hasta 20%, por lo que la OCDE ubicó por debajo del promedio de los países miembros, el cual fue de 34.6 por ciento.
Pero si hacemos cuentas y vamos más allá del ISR y las cuotas a la seguridad social, resulta que los especialistas nos dan a conocer la letra chiquita, ésa que siempre se nos olvida y que trae las verdaderas consecuencias, y que ni en la medición de la OCDE aparece.
Porque al ISR se suma el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que absorbe 16% del ingreso a través de todas las compras y servicios que contratan las familias. Y uno más tiene que ver con otro 3% o 4% por concepto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), si la persona y su familia consumen refrescos, cigarros y gasolina para su automóvil.
Ahora, si cobra por honorarios, ahí se debe de pagar hasta 34 por ciento directo de los ingresos laborales, dependiendo de cuánto se gane.
Es en estos detalles donde el sueldo encarece mucho antes de salir de nuestras cuentas de nómina, pero esa acumulación de impuestos los mexicanos no la vemos reflejada en mejores servicios públicos como salud, educación o infraestructura urbana.
Actualmente, existe un desabasto en medicamentos para diversos pacientes de cáncer, VIH, entre otros. El Movimiento por la Salud y la Integridad Social indica que esta situación ha provocado la muerte de tres mil niños que padecían cáncer, pues no tuvieron acceso a sus tratamientos y medicinas.
El tema de la educación presenta una situación precaria, pues existen planteles que no reciben mantenimiento, en algunas entidades la infraestructura carece de baños, pupitres y escritorios, además, el nivel de preparación de los maestros no es óptimo, pues no se invierte en su progreso.
Mientras estos servicios muestran deficiencias, el más reciente informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó que en 2021 los ingresos públicos superaron lo previsto en la Ley de Ingresos, favorecidos por la recaudación de impuestos, especialmente por el IVA, así como por mayores ingresos petroleros, mientras que el gasto público fue mayor a lo planteado en el Presupuesto de Egresos, principalmente, por un mayor gasto del Gobierno federal.
Los ingresos del sector público presupuestario sumaron 5.96 billones de pesos, esto representa 421 mil 963.7 millones de pesos más que lo establecido en el programa de la Ley de Ingresos y 5.6 por ciento más a tasa real en comparación con 2020.
Destacó la recaudación del IVA, que creció a una tasa real anual de 7.7 por ciento, y la del ISR, que aumentó 1.9 por ciento.
Pero estas recaudaciones tienen una preferencia, y es su asignación para inversiones extraordinarias, como los proyectos prioritarios, que se estima en este año sumarán 119 mil 392 millones de pesos, de los cuales 62 mil 942 millones son para el Tren Maya; 11 mil 450 millones para el Aeropuerto Felipe Ángeles y 45 mil millones para la Refinería Dos Bocas.
Además, debemos considerar el bajo crecimiento económico del país, que no permite que la recaudación en general crezca y ofrezca ingresos suficientes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó este lunes que tras la caída del 8.4 por ciento durante el año 2020, la economía experimentó un crecimiento del cinco por ciento durante 2021, en comparación con las cifras previas.
Los especialistas pronostican que en 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá un 1.5 por ciento, por lo cual podría recuperarse para 2024 y, en términos per cápita, las estimaciones lo colocan hacia 2036.
Además, indican que comparar los sistemas fiscales de cada uno de los países es complicado, por ello, medir los ingresos tributarios totales no es la mejor manera de comparar los sistemas fiscales internacionales.
El sitio canadiense Visual Capitalist, especializado en economía, aclara y explica que se debe de comparar la relación entre lo recaudado por impuestos y su proporción en el PIB.
En este sentido, de acuerdo con la OCDE, en el 2019 la recaudación de impuestos en México representó 16.5% del PIB, con lo que ocupó el último lugar de los 35 países que fueron analizados.
Mientras que Dinamarca fue el país con mayor relación de recaudación con proporción a su PIB, al representar 46.3%. Con esos ingresos fiscales y una buena aplicación a las necesidades de la población, se tiene un buen subsidio a la educación básica, media y superior. La universidad es gratuita para todos los ciudadanos.
Otro país escandinavo que demuestra que sus impuestos son direccionados a buenos servicios públicos es Suecia, pues el Estado redistribuye la riqueza a través del gasto público, no a través de los impuestos. Parte de su filosofía es que la mejor forma de corregir las desigualdades es mediante políticas públicas bien diseñadas, no subiendo los impuestos sólo a los ricos.
Suecia tiene uno de los mejores sistemas de salud del mundo, los 10 millones de ciudadanos están entre los mejor cuidados del orbe, incluso la tasa de supervivencia de los enfermos de cáncer está entre las más altas de Europa, según la OCDE.
Al igual que Finlandia, donde también sus ciudadanos gozan de buenos servicios públicos a cambio de destinar poco más del 50% de su salario para el pago de impuestos.
En América Latina predominan los sistemas tributarios regresivos, es decir, que la mayor parte de la recaudación proviene de impuestos indirectos que se les cobran a todos por igual.
Por ejemplo, en Argentina, el IVA que se aplica sobre el consumo es el 46.2% de la recaudación nacional de impuestos, mientras que el impuesto a los bienes personales, que sólo grava a quienes tienen un patrimonio superior a determinado monto, apenas el 0.9 por ciento.
Claro que estoy de acuerdo que se paguen impuestos, porque es la única forma de que un país salga adelante, pero en México lo grave es que esos impuestos que pagamos no se ven reflejados en mejores servicios, además, tampoco han sacado a la gente más vulnerable de la pobreza.
Hoy, en México hay 3.7 millones de nuevos pobres.
Algo se está haciendo muy mal en la distribución de los recursos que entran a través de los impuestos que pagamos los mexicanos.