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La vida después de Maciel

 

En los Legionarios de Cristo hay un antes y un después de que salieran a la luz pública los abusos del padre Marcial Maciel dentro de esa congregación.

Entrevisté al padre Benjamín Clariond, vocero mundial de los Legionarios de Cristo, con sede en Roma. Benjamín es un hombre joven, mexicano, hijo del ex gobernador de Nuevo León, homónimo suyo. El mismo es parte de la renovación imprescindible en esa orden, de mucho peso en la Iglesia Católica en general y en México en particular.

Me dice que reconocen a Maciel como fundador de su congregación y que durante su liderazgo hubo cosas buenas, pero también que hubo muchos errores que hacen a su fundador impresentable. Sostiene que fue muy importante que se pudieran reconocer hechos que no se podían esconder, que son parte de una historia que tenían que asumir.

El vocero mundial de los Legionarios hace una reflexión. Dice que en el mundo hay muchas familias disfuncionales, con padres rotos, ausentes, que no han estado a la altura. En la Legión de Cristo, asegura, ha pasado lo mismo y sin embargo Dios ha podido sacar cosas buenas de toda esa crisis y por tanto hay una señal de esperanza. Asegura que a pesar de que haya padres y madres frágiles, con defectos, Dios puede hacer que los hijos sean estupendos. Y eso nos tiene que dar mucha confianza, en él y en el futuro.

Había cosas en los Legionarios que en principio parecían buenas, pero en la práctica resultaron graves errores como fue el voto de silencio que se hacía para no criticar a los superiores de la orden. Un voto que en parte propició que se ocultaran muchas cosas. Eso ha cambiado radicalmente, dice, porque ahora si tú como padre ves algo con lo que no estás de acuerdo, que está haciendo un superior tuyo, lo puedes y debes decir. Quienes hagan cosas indebidas, saben que van a ser juzgados por eso.

Este periodo, nos explica, ha sido de mucho análisis, de buscar y encontrar los defectos y los errores cometidos para poder corregirlos. Dice que hay que mirar con detalle porque hay mucho que hacer, mucha gente a la que le tenemos que dar esperanza. Como lo está haciendo, nos asegura, el papa Francisco, que es un hombre muy agradable, muy cercano, pero a la vez muy exigente.

El mundo ha cambiado, dice el vocero mundial de los Legionarios, ya no le puedes decir a la gente reza tres Padres Nuestros, y no pasó nada. Hay que hacerle entender a la gente, dialogar, pero sobre todo crear conciencia.

Le pregunté al padre Benjamín cómo se podía restaurar la credibilidad de los Legionarios y me dice que están respondiendo a todos los cuestionamientos de frente, sin negar la información. Afirma que no le tienen miedo a la verdad, ni a hablar con nadie. Están convencidos de que es un gran valor el poder estar en contacto con las personas y compartir su experiencia.

Ha sido una experiencia de caída y de volver a subir. Un futuro que Clariond visualiza sólido, cuando dice que si ese futuro no existiera, él ya se hubiera ido. Los Legionarios tienen una gran participación en la educación, sobre todo en México. En los colegios de paga cuentan con aproximadamente 65 mil alumnos, a los que se suman las universidades. Y en los Colegios Mano Amiga, donde la aportación económica es mínima, tienen a más de veinte mil estudiantes. Estos colegios se encuentran en lugares marginados. La cuota, me explica, es simbólica para que los padres se comprometan de verdad y valoren la educación de sus hijos. La gran mayoría de esos alumnos ingresa a la universidad.

Finalmente me dice que estuvieron al borde de la muerte, pero que ya los han dado de alta en el hospital. Ahora les queda seguir haciendo la rehabilitación, porque la responsabilidad es altísima. Se les está dando un nuevo voto de confianza y saben que no pueden fallar. La institución les da los medios, pero cada uno de los miembros de los Legionarios es quien debe ser responsable de aprovechar la oportunidad.

Finalmente nos dice que agradece las críticas, cuando son de verdad, porque les ayuda a reflexionar y cambiar. Pero le pide a esas personas, a quienes los critican, que les den una oportunidad, seguramente se podrán equivocar en cosas menores, porque son humanos, pero quieren hacer las cosas bien.

Sacudirse al padre Maciel es complicado, pero los Legionarios de Cristo son mucho más que su impresentable fundador.

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