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La violencia no distingue género

Si por algo serán recordadas estas elecciones es por la polarización que se ha vivido en el proceso y la violencia. Esta violencia que no respeta géneros y que se ha ensañado con las mujeres.

 

Tan sólo este fin de semana fueron asesinadas dos mujeres que aspiraban a un cargo de elección popular.

Se trata de Juana Iraís Maldonado, candidata a diputada por el distrito local de Huauchinango, Puebla, por el PVEM, quien fue asesinada en el municipio de Jopala por un comando armado después de un acto de campaña cuando viajaba en un coche con su compañera de partido, la regidora Erika Cázares Acosta.

La otra es Pamela Terán, regidora con licencia de Juchitán, Oaxaca, y aspirante a segundo concejal por el PRI, quien fue acribillada cuando salía de un restaurante junto con sus dos acompañantes, su chofer y la fotógrafa María del Sol Cruz Jarquín.

En total, en lo que va del presente proceso han sido asesinadas 17 candidatas.

En esta elección, más de mil candidatos han renunciado a sus postulaciones por la violencia: 341 aspirantes a senadores y diputados federales y más de 600 que contendían por un cargo municipal o a los Congresos locales.

Con las nuevas leyes de equidad de género en las cámaras legislativas, son muchas más las mujeres que están participando en política, pero también están más expuestas y las amenazas y la violencia hacia ellas son cada día más evidentes.

De acuerdo con la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, la FEPADE, se han denunciado por lo menos 200 casos de violencia política contra mujeres de 2016 a la fecha.

De acuerdo con la ONU-Mujeres, las elecciones pueden estimular la participación de las mujeres en la política, aunque puede ser necesario adoptar medidas específicas para superar las barreras que genera la discriminación de género.

Y es que, de acuerdo con la agencia de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres en México, en promedio, en México se asesina a siete mujeres cada 24 horas; pero no sólo es eso, la forma en la que mueren es cada vez más agresiva.

Y esa violencia se ha visto recurrentemente en esta elección, entre aquellas que quieren participar en la vida política de México.

Durante la presentación del informe “La violencia feminicida en México”, en marzo de 2018 se reveló que en 2016 se registraron 2 mil 746 feminicidios. Uno de los graves problemas es que no es igual la forma en que son asesinados hombres y mujeres; la diferencia es aterradora: Es más frecuente el uso de medios más brutales para asesinar a las mujeres.

Los esfuerzos por atender este grave problema tal parece que no han sido suficientes y, de cara al proceso electoral de este 2018, ha quedado demostrado.

El estudio de “Violencia política en México”, publicado por la consultora Etellekt, ha registrado una media de tres agresiones diarias a políticos, desde que inició la campaña rumbo a las elecciones del próximo 1 de julio.

Desde que inició el proceso electoral, el pasado 8 de septiembre, hasta el 2 de junio, se han registrado 110 asesinatos contra políticos en todo el país; de los cuales, 28 eran precandidatos y 13 más eran candidatos registrados a puestos de elección (41 en total).

Adicionalmente, 119 políticos han sido objeto de amenazas y actos de intimidación durante el mismo periodo.

Las candidatas no han estado exentas de estas agresiones y amenazas. Y en muchas ocasiones éstas van desde psicológicas hasta físicas y cada vez de una manera más sanguinaria. Muchas de las ejecuciones han sido realizadas por comandos armados.

Lo que llama la atención es que el INE no tiene disponible la información de los asesinatos por género en su portal.

Y tampoco hemos visto a ningún partido político salir a cuestionar esta violencia.

Todavía quedan 25 días para la elección y lamentablemente la violencia no va a cesar, y mucho menos las agresiones hacia muchas mujeres que están participando en este proceso electoral.

Foco rojo

En marzo pasado la Red Todos los Derechos para Todos (Red TDT) presentó un informe que da cuenta de que hay un promedio de 7.5 mujeres asesinadas al día, 15 mil 466 desaparecidas, más de 50 mil víctimas de trata.

“Tenemos los mejores protocolos, pero están empolvados y no se aplican”, aseguró María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Nacional del Feminicidio y de la organización Católicas por el Derecho a Decidir.

 

Agregó: “Si no hay justicia es por la mala actuación de las procuradurías”, dijo por su parte Selene González Luján, miembro del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, al añadir que el sistema de justicia, en la práctica, “dice: ¡Mátenlas!, aquí no pasa nada”. 


El mismo informe establece que sólo 13 estados de la República tienen alerta de violencia de género contra las mujeres,  y que éstas tampoco han logrado garantizar la seguridad de las mujeres y cesar la violencia en su contra.

“La violencia institucional persiste e impide el correcto cumplimiento del mecanismo, debido a la dilación, omisión y falta de capacitación de las autoridades”, señala.

 

Y recalca: “El Estado mexicano, en lugar de aceptar la problemática existente, busca invisibilizarla en el contexto de violencia generalizada que vive el país, ignorando sus causas, consecuencias y especificidades”.