Las cuatro mujeres de la Corte
En nuestro país hay cuatro millones de mujeres más que hombres, por cada cien mujeres hay 95 hombres, un 51 por ciento aproximadamente. Según el último censo nacional la participación de la mujer en actividades productivas ha crecido en forma constante: la tasa de participación de las mujeres aumentó 3.4 por ciento entre el año 2000 y el 2010, pero se incrementó un 15.7 por ciento en una década entre el 2010 y finales del 2020.
La mujer está cada día más presente en todos los ámbitos, desde el trabajo hasta la educación, desde las ciencias hasta la política. Han aumentado los reconocimientos y los espacios, aunque también en muchos ámbitos la misoginia y la violencia, el incremento de los feminicidios, de la violencia intrafamiliar, de las violaciones, son la contracara de los avances que hemos tenido en los últimos 20 años las mujeres. Por eso mismo, su presencia en el ámbito de la justicia es cada día más importante, imprescindible.
La equidad está lejos de ser una norma. Sin embargo, hay avances notables que más allá de las cuotas de género se deben destacar. Hoy exactamente la mitad de las diputadas federales son mujeres, y poco más del 49 por ciento de las curules del Senado está ocupado por mujeres. Somos la mitad de las legisladoras locales, casi el 60 por ciento de los síndicos, aunque apenas el 22 por ciento de las presidencias municipales está ocupada por mujeres; inevitablemente en los próximos años serán muchas más.
Uno de esos avances se ha dado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Con la incorporación de la ministra Loretta Ortiz Ahlf, quien acaba de asumir esa responsabilidad con el inicio del año, ya son cuatro las mujeres que integran el máximo tribunal del país, cuatro ministras de los 11 integrantes que la componen. Por primera vez, las dos salas de la SCJN están encabezadas por mujeres: Margarita Ríos Farjat preside la Primera Sala y Yasmín Esquivel Mossa, la Segunda. La cuarta ministra es la que tiene mayor antigüedad en la Corte, Norma Lucía Piña Hernández.
Nunca antes cuatro mujeres habían sido parte de la Suprema Corte en forma simultánea. No es una simple casualidad, es el reflejo de una época y de una creciente exigencia social. En la historia de la SCJN sólo han sido ministras 12 mujeres. Las cuatro ministras actuales han llegado en forma escalonada, pero también ininterrumpida.
Hacen historia
La primera mujer en ser ministra de la Corte fue María Cristina Salmorán de Tamayo, designada en 1961. Cuando la ministra Salmorán se incorporó a la entonces Cuarta Sala de la Corte, los abogados decían que la habían incorporado a la “Suprema Corte y Confección”. Apenas en 1955 las mujeres habíamos obtenido el derecho al voto.
Siguió la ministra Livier Ayala Manzo, quien falleció al día siguiente de su designación, en 1976. Ese mismo año se designó a Gloria León Orantes, quien se había desempeñado como agente del Ministerio Público y juez del fuero común en el Distrito Federal. En 1983, en el gobierno de Miguel de la Madrid, se designó primero a Fausta Moreno Flores. Luego, en 1985, se propuso a la ministra Victoria Adato Green, que antes de llegar a la Corte había tenido una notable carrera como agente del Ministerio Público, juez y magistrada penal en el Distrito Federal, subprocuradora y, posteriormente, procuradora de Justicia de la capital del país.
También en 1985 se integró a la Corte como ministra supernumeraria Martha Chávez Padrón. También como supernumeraria se integró en 1987 la ministra Irma Cué Sarquis de Duarte. De igual forma, al final de ese sexenio se propuso bajo la misma figura a Clementina Gil Guillén de Léster.
Las siguientes mujeres designadas como ministras fueron la ahora senadora Olga Sánchez Cordero y luego Margarita Luna Ramos, quien se retiró en 2019.
De las ministras actuales, la de mayor antigüedad es Norma Lucía Piña, propuesta en 2015 por Enrique Peña Nieto, precisamente para sustituir a Olga Sánchez Cordero. Ya había sido propuesta en otras dos ocasiones para el cargo.
En 2019 fue designada la ministra Yasmín Esquivel Mossa, en una terna propuesta por el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador. Esquivel llegó a la Corte luego de una notable trayectoria en el sistema judicial del país, donde recorrió prácticamente todas las posiciones, de las más modestas hasta las más trascendentes, desde la secretaría técnica de la Primera Legislatura de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, hasta los tribunales agrarios y la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo.
En el 2019, en reemplazo de Eduardo Medina Mora, quien renunció a su cargo, se sumó a la Suprema Corte Margarita Ríos Farjat, regiomontana, quien previamente había sido la jefa del Servicio de Administración Tributaria con el Presidente López Obrador.
Finalmente, este 4 de enero se integró al máximo tribunal la cuarta ministra, se trata de Loretta Ortiz Ahlf, quien también fue propuesta por el Presidente López Obrador. Loretta formó parte en 2011 del grupo fundador de Morena, del cual se dio de baja a principios de 2019, precisamente para cumplir con los requisitos básicos de los aspirantes a ministros del tribunal Constitucional mexicano. Más allá de su anterior militancia política, Ortiz es una mujer reconocida en todo el ámbito político.
Son cuatro mujeres con perfiles e historias diferentes, todas ellas con un alto nivel de preparación y respetadas dentro y fuera de la Corte. No es descabellado pensar, muy al contrario, que una de ellas pueda reemplazar al ministro presidente, Arturo Zaldívar, el 1 de enero del año próximo.