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Las influencers del narco

Keilanny Boo, una influencer que contaba con más de 20 mil seguidores en YouTube y más de 60 mil en Instagram, fue asesinada brutalmente. En sus redes sociales presumía ropa y tenis de marca, autos de lujo, así como las constantes fiestas a las que asistía; vivía en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl.En los videos que subía a redes sociales, la joven también alardeaba su consumo de alcohol y drogas.

 

Se hizo famosa luego de recrear constantes peleas con otro joven llamado Brandon Lee, en esos videos la pareja utilizaba frases graciosas con las que logró millones de visitas a su canal de YouTube.

En julio, Keilanny fue asesinada afuera de una cervecería en Neza; hombres armados le dispararon en varias ocasiones, la hirieron y murió poco más tarde.

Un informe de la Policía de Nezahualcóyotl menciona que su asesinato estaría relacionado con la distribución de drogas; por lo pronto, la Fiscalía del Estado de México abrió una carpeta de investigación por feminicidio.

Arely, el nombre real de Keilanny Boo, tenía apenas 21 años de edad y era estilista en una barbería, pero también era cercana a los líderes del Cártel de La Unión Tepito.

Esta joven llamaba la atención por su atractivo físico, y muchos de los líderes de grupos criminales son amantes de mujeres bellas, que además les gusta que presuman sus cuerpos y lujos en redes sociales.

Esa fama dura poco, y como le sucedió a Keilanny, mujeres que han estado vinculadas con hombres del crimen organizado, que muestran su vida de excesos y lujos y que han sido seducidas por el poder del narcotráfico, entran al mundo de la prostitución y pierden la vida.

De acuerdo con los reportes, Keilanny estaba vinculada al Cártel de La Unión Tepito y al parecer sostenía relaciones sentimentales con uno de los integrantes. Incluso, el padre de Keilanny, Alfredo “N”, también está relacionado con el Cártel.

 

Una de las versiones indica que el día que fue asesinada estaba junto a integrantes del grupo rival, La Fuerza Anti-Unión.

Se dice que Keilanny pertenecía a un grupo de extorsionadores conocidos como “Los Mazos” y que la joven, junto a otras dos mujeres, había amenazado a un político, por lo que eran buscadas por La Unión Tepito.

Keilanny era una de las jóvenes reclutadas por este grupo criminal. Y es que los líderes de La Unión Tepito se han caracterizado por reclutar escorts de diferentes nacionalidades, como venezolanas, argentinas, brasileñas y colombianas, que llegaron a México engañándolas y prometiéndoles hacerlas famosas, para realmente meterlas al mundo de la prostitución y la distribución de drogas.

Así fue como cientos de jóvenes fueron reclutadas por varios años en el portal Zonas Divas.

Otro caso reciente de este tipo de mujeres es el de Maine de la Cruz, una joven originaria de Tijuana. Se presentaba como modelo y edecán, pero también está vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Maine cobró fama por participar en un concurso de bikini en 2016, pero su popularidad no le duró mucho y es que la joven fue detenida el pasado domingo junto a su pareja sentimental Edgar, alias “El Caimán”, presunto operador del grupo criminal.

El Caimán es calificado por las autoridades federales como uno de los ocho principales operadores del CJNG y cuenta con una orden de aprehensión con fines de extradición hacia Estados Unidos por delitos contra la salud.

Mientras que ella es acusada de narcotráfico y de pertenecer al estrecho círculo de Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho, líder del grupo criminal.

Maine contaba con una gran fama en redes sociales; sus publicaciones se caracterizaban por aparecer con poca ropa o atuendos llamativos.

Estas mujeres tienen un común denominador: son guapas, de cuerpos voluptuosos y esculturales; les gusta vivir con lujo, usan bolsas de marcas costosas y automóviles suntuosos.

También les gusta la adrenalina y saben que viven en constante peligro, ya sea por la violencia que pueden ejercer sus parejas sobre ellas, que puedan estar en un enfrentamiento de grupos del crimen organizado rivales o el riesgo a que sus novios sean detenidos y ellas inculpadas.

Son mujeres de narcotraficantes, que a veces son solamente sus parejas sentimentales; otras trabajan con ellos traficando drogas.

No se ocultan y publican en sus redes sociales la opulencia: armas, joyas, y también la buena vida que se dan entre yates y copas de champaña.

La fama de estas mujeres es efímera.

Lo hemos visto recurrentemente: el asesinato de jóvenes bellas ligadas con personajes del crimen organizado, mismos que las prostituyen, y si no las matan y las ponen en una zona de alta peligrosidad.

 

El Cártel La Unión Tepito controla, no con tanta fuerza como en el pasado, buena parte de la prostitución de alta gama en la Ciudad de México, con escorts e influencers. Muchas mujeres han perdido la vida, ahora le tocó a Keilanny Boo, una joven madre de un chiquito, que buscaba fama y terminó enredada en las garras del crimen organizado.