Las matan y sacan bebés
¿Qué tiene que pasar por la mente de una mujer, que para que su pareja no la deje por no poder tener hijos, busca a una joven embarazada, la mata para sacarle al bebé y luego se embarra la sangre y parte de la placenta, para decir que ella acababa de dar a la luz?
Esto pasó en Veracruz. Rosa Isela tenía apenas 20 años y 8 meses de embarazo. Estaba feliz de ser mamá, tenía necesidades económicas porque sería madre soltera y buscaba recursos y ayuda para cuando su bebé naciera, por ello, el pasado 30 de noviembre decidió acudir al encuentro con su supuesta benefactora, una mujer que a través de Facebook le prometió regalarle ropa para su pequeño, se trataba de Verónica Troncoso.
Pasaron las horas, Rosa Isela no regresó a su casa, por ello, sus familiares la reportaron como desaparecida. Por desgracia, su cuerpo fue localizado este sábado 3 de diciembre y su bebé había sido extraído de su vientre en el rancho Los Arrieros, del municipio de Medellín de Bravo.
Verónica fingió estar embarazada y en complicidad con Gonzalo “N” asesinó a Rosa y se quedó con la bebé. Según el reporte de las autoridades de Veracruz, la agresora había anunciado su embarazo a toda su familia, sin embargo, después de unos días llegó su periodo menstrual.
Luego de cometer el feminicidio, simuló haber tenido un alumbramiento en casa y se llevó la placenta de la víctima a un hospital de la Cruz Roja para aparentar que todavía llevaba restos del parto, pero en su segunda cita médica cayó en contradicciones y por ello fue detenida.
Las autoridades informaron que al momento de la detención de la pareja tenían consigo a la pequeña, Rosita, a quien le hicieron los estudios y se descubrió que en realidad era hija de Rosa Isela, a quien sus familiares este domingo dieron su último adiós y exigieron todo el peso de la ley sobre los responsables.
Los presuntos homicidas fueron llevados a una audiencia ante el Juez de Control, quien decretó la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, por lo que dure el proceso.
El caso de Rosa Isela puso en alerta a colectivos de defensa para mujeres en ese estado, que exigen investigación con perspectiva de género.
No es la primera vez que en México una mujer es asesinada para extraerle a su bebé.
Decenas de mujeres jóvenes embarazadas y con poco tiempo para dar a luz son engañadas y llevadas a lugares clandestinos, donde les extraen a sus bebés. En muchas ocasiones se trata de un negocio de tráfico de menores, pero también es un crimen cometido por mujeres desesperadas que no pueden ser madres y que muchas veces son familiares de las víctimas.
Un crimen sin nombre
Los colectivos denuncian que ya se acumulan varios casos de mujeres asesinadas, de entre 17 y 23 años, con extrema violencia, con un estado de gestación avanzada, en los municipios de Coatzacoalcos, Veracruz puerto, y Alvarado, principalmente.
En tanto, la fiscal veracruzana pidió a las mujeres tener cuidado con los anuncios en redes sociales, para evitar ser enganchadas: “nunca acudir a una cita sola, avisar a la familia, llevarte el teléfono, poder ser ubicada”.
De forma paralela, el 4 de diciembre, Martha Aurora fue localizada también sin vida en una bodega en Monterrey, Nuevo León. Ella desapareció el 26 de noviembre, tenía 8 meses de embarazo.
La Fiscalía de Justicia de Nuevo León dio a conocer que el bebé permaneció en el vientre de la joven y que la causa de la muerte fue “asfixia por sofocación”, pero sus familiares no están convencidos de las indagatorias.
El feminicidio de Rosa Isela recuerda a otro ocurrido recientemente, a cinco días del reporte de la desaparición de la enfermera Nancy Hernández Fuentes, en la Ciudad de México, fue localizada muerta en la región Mixteca de Oaxaca.
El cuerpo de Nancy, de 35 años de edad y con 30 semanas de embarazo, fue localizado y fue identificado por sus familiares. Ella desapareció el 17 de septiembre de este año. Viajaría de la Ciudad de México a Cruz Grande, Guerrero; sin embargo, nunca llegó a su destino.
Mientras que, en abril de 2019, otra joven fue asesinada en Veracruz: una embarazada que había acudido al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Punta Arena, para dar a luz a su bebé, pero fue sacada del lugar y encontrada sin vida, y sin su bebé.
Jenni Judith Ceba Velasco, de 22 años, y con nueve meses de gestación, se encontraba en el hospital esperando ser atendida; sin embargo, una mujer la sacó con engaños del IMSS y fue encontrada horas después, había sido asesinada y no tenía a su pequeño.
La homicida y secuestradora fue identificada como Brianda Padrón Cano. Testigos informaron que la señora le dijo a la víctima que le regalaría ropa y accesorios para bebé, por lo que le pidió que la acompañara, de tal manera que abordaron un taxi local.
El conductor confesó dónde estaba el cuerpo de Jenni y dónde vivía la homicida, que fue arrestada; ahí fue encontrada su bebé, quien por fortuna estaba en buenas condiciones de salud, pese a lo ocurrido a su madre.
Las historias de estas mujeres, el cómo fueron engañadas, se acumulan en los archivos de los ministerios públicos, muchas veces sin recibir justicia, y parecen repetirse una y otra vez.
El 27 de marzo de 2018, Jessica Gabriela, una joven embarazada, de 20 años de edad, salió a encontrarse con personas que supuestamente le regalarían ropa para su bebé, sin embargo, nunca regresó a su casa.
Tras cuatro días de estar desaparecida, elementos de seguridad hallaron su cuerpo en un domicilio ubicado en la colonia Nuevo Progreso, al norte de Tampico. En el lugar detuvieron a Cynthia Fátima “N” y Omar Enrique “N”, por el asesinato.
Cynthia llevó a su casa a Jessica Gabriela y de inmediato la estranguló, para extraerle a su bebé de ocho meses de gestación. El bebé no sobrevivió.
La declaración de la hermana de la víctima detalla que Jessica tuvo contacto con Cynthia “N” por Facebook, quien le habría prometido ropa para su bebé.
Casi siempre es el mismo modus operandi y son historias que se repiten una y otra vez. Que alguien pueda matar para extraer un bebé es quizá de lo más grave que he escuchado. Urge darle protección a las jóvenes, que muchas veces son muy chiquitas y tienen muchas carencias, para que no caigan en engaños que les cuesten la vida. Y el castigo para los criminales debe ser ejemplar.