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Libros comunistas

Los nuevos libros de texto enseñan muy poco matemáticas o español, pero eso sí buscan adoctrinar a los niños y niñas mexicanos; uno de los ejercicios es que los estudiantes salgan a la calle y pregunten en sus comunidades si son oprimidos u opresores.

Es parte de la llamada Nueva Escuela Mexicana, que en los Libros sin Recetas para la maestra y el maestro contiene múltiples referencias marxistas y en los que les piden tener claras sus opciones políticas para que dejen de ser “un mero técnico o sabio” y se descubran como un ser político.

Los libros critican a los organismos internacionales encargados de medir el aprendizaje. Evidentemente con estos nuevos libros de texto, si se llegan a emplear, ningún estudiante mexicano va a tener los conocimientos básicos para salir con un resultado satisfactorio en ninguna evaluación.

En cambio en estos libros lo que buscan es reescribir la historia en favor del actual Gobierno y sus actuaciones.

Ahora la verdad es que estos personajes como Marx Arriaga, director general de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), o Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior, incluso el venezolano Sady Arturo Loaiza Escalona, actual subdirector de Desarrollo e Innovación de Materiales Educativos, antes fue director de bibliotecas del régimen del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y gran defensor del régimen comunista del expresidente Hugo Chávez, no han sido siquiera talentosos para idear los libros que pretenden adoctrinar a los menores.

Han tomado mucho de los sistemas educativos de países como China, Cuba, Venezuela o Rusia. Países que a través de la educación han adoctrinado a los menores de edad de la misma forma que pretenden hacerlo en nuestro país. Sí, estos sujetos que han trabajado en los nuevos libros de texto han tomado la forma de hacerlos de países comunistas.

La forma en que se hacen estos materiales educativos están muy probados y han logrado hacer de la educación una herramienta para su conveniencia sin importarles la educación de los estudiantes.

Cuba, desde la llegada de Fidel Castro al poder, perdió las escuelas privadas y le quitó la autonomía a las universidades. Hoy, la única educación en la isla no es ni gratuita ni de calidad, ya que los gastos se descuentan del salario de los trabajadores y los padres asumen los gastos del uniforme, zapatos y comidas, a esto hay que agregarle el déficit de maestros.

En un momento la educación en Cuba fue muy buena, pero eso se perdió. ¿Quién va a querer estudiar años de medicina con la especialidad si nunca va a poder ganar lo mismo que si no estudiara? Por supuesto los grandes médicos que, fueron maestros, no han tenido profesionales con esa misma preparación que los sucedan.

En Cuba en las aulas enseñan que Estados Unidos es malo, porque hay capitalismo, mientras que permanecer en la isla es bueno porque hay comunismo.

Hoy, los estudiantes cubanos no tienen aspiraciones a poderse superar, si logran salir de su país para trabajar como lo hicieron los médicos cubanos, el que cobra su salario es el gobierno de ese país y sólo les dan lo mínimo para vivir.

En Venezuela también han dejado la educación en una zona de indefensión. Son ya 25 años de ideología comunista desde la llegada en 1998 de Hugo Chávez a la presidencia del país. Este dictador permitió que maestros cubanos participaran en planes de alfabetización e implementó supervisores itinerantes con amplias facultades, incluso en escuelas privadas que, posteriormente, fueron desapareciendo.

Con el paso del tiempo les quitó representación a los padres, profesores y alumnos de los consejos escolares para quedarse con toda la autoridad escolar y convertirla en un espacio de adoctrinamiento socialista.

En 1999 se repartió entre los alumnos la Constitución Ilustrada, la cual tenía en la portada un dibujo de Chávez con múltiples niños con actitudes patriotas y uno de ellos portando un sable similar al de Simón Bolívar, en la contraportada se observa al expresidente arrodillado entregando la constitución a un par de niños, pero siendo vistos por Simón Bolívar mientras toma del hombro a Chávez.

Este adoctrinamiento educativo en Venezuela también se encargó de enaltecer la figura de Chávez y ponerlo al mismo nivel del libertador Simón Bolívar, al mencionarlo en 26 páginas del libro de Ciencias Sociales, mientras que a otros nueve expresidentes venezolanos les dedican 20 páginas.

En China, el Partido Comunista, al cual pertenece el actual mandatario Xi Jinping, continúa adoctrinando a los niños en las escuelas.

Los profesores chinos están obligados a renunciar a su fe y convertirse en servidores del Partido Comunista. Recientemente, autoridades descubrieron que el cristianismo estaba creciendo entre comunidades chinas, ahora se ha impuesto la orden de intensificar la enseñanza comunista desde el jardín de niños.

Para consolidar el comunismo desde la niñez, el gobierno chino exige a los padres enviar a sus hijos a la “base educativa roja” para que se familiaricen con la historia y las teorías del comunismo chino, donde los visten con el uniforme militar que China usó en la Segunda Guerra Mundial. A este tipo de adoctrinamiento se le conoce como la “Educación Roja”.

Allá, el Día del Niño es aprovechado para introducir la ideología de “Amar al Partido, amar al país y amar el socialismo”.

En Rusia sucede algo muy curioso con la educación, porque al mostrarles el abecedario a los niños de educación básica se les instruye: “A es de armada, B es de batalla” y construyen una frase bélica con cada letra, como “Ama a tu ejército”.

Este adoctrinamiento militar inició en 2014 con la anexión de Crimea por Rusia. Ahora que este país invadió Ucrania, sus programas educativos y actividades extracurriculares se centran más en temas militares y patrióticos.

Incluso para enseñar matemáticas en una primaria en el centro del país, la temática fue de francotiradores. Utilizaron estrellas de papel con las que enumeraban los agujeros de bala en un objetivo dibujado en el pizarrón.

Es así como las nuevas generaciones reciben educación, ha dejado de importar que sea de calidad, porque lo que se busca es enaltecer al régimen que gobierna, pese a que se trata de ideologías caducas, de hace más de 80 años que sobrepasan el contexto actual.

En los nuevos libros de texto, además del adoctrinamiento, los errores son pavorosos. Imagínese confundir el estado de Querétaro con el de Guanajuato o poner mal el natalicio de Benito Juárez.

La calidad educativa que contienen los libros de la SEP es bastante cuestionable, pero en las ruedas de prensa lo que dicen las autoridades educativas para defender sus materiales es que los libros de los sexenios anteriores tenían más errores.

La realidad es que, si pudieron haber tenido alguna errata, pero ésta se corregía con otros materiales, la idea era enseñar, no adoctrinar.

El próximo lunes 28 de agosto regresan a clases casi 30 millones de estudiantes de educación básica, urge tener otros materiales, porque estos libros son muy deficientes para enseñarles los conocimientos indispensables para una vida futura.