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Los apagones apenas comienzan

 

La importación de energéticos a nuestro a México ha disminuido y sin una estrategia los apagones que hemos visto recientemente serán sólo el comienzo de un problema que puede ser recurrente y cada vez en mayor territorio. 

 

La semana pasada, toda la zona del sureste mexicano, incluyendo Mérida, Cancún y parte de Campeche, se quedaron sin energía eléctrica. Fue un caos, todos los grandes hoteles sin luz, pero además sin elevadores y sin agua, por que en casi todos esos complejos hay hidroneumáticos que trabajan con electricidad. Los refrigeradores y congeladores dejaron de funcionar. 

Como no había semáforos, en muchas zonas el tráfico era una locura. Las escuelas también sufrieron sin luz y las empresas tuvieron que suspender sus actividades. El director general de la CFE, Manuel Bartlett, informó que el servicio se restableció al 100 por ciento unas horas más tarde.

Y es que no era la primera vez. El pasado 8 de marzo también se registró un apagón peninsular.

En las dos ocasiones se dijo que un incendio, provocado por la quema de caña de azúcar, fue el causante de dañar las líneas de transmisión de alto voltaje, lo que provocó el corte de electricidad en Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

Numerosos apagones también se han dado en los últimos días en la Ciudad de México, incluso han dejando en la oscuridad por varios minutos la conferencia mañanera del Presidente López Obrador.

Días antes, también en la Ciudad de México, el martes 26 de marzo se registró un apagón en la famosa zona de la Roma–Condesa.

En esa ocasión, la CFE informó que la falta de luz se debió a una falla en la subestación Condesa, por lo que algunas colonias de las alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc se vieron afectadas.

Los apagones no son una coincidencia y la situación es verdaderamente preocupante. Desde hace meses, expertos en el tema comentaron que estos apagones iban a empezar a ocurrir. En su momento pensé que era una exageración, pero no, hoy es una realidad. 

Expertos aseguran que la intención de la 4T de concentrar de nueva cuenta toda la generación de energía a la CFE, traerá malos resultados, ya que la oferta de energía dependerá de la capacidad productiva del Estado.

Ya en el marco de las comparecencias de los aspirantes a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la senadora del PAN Xóchitl Gálvez advertía que el futuro energético del país estaba en sus manos, “estamos a punto de tener apagones”.

La legisladora explicó que hay zonas, como la península de Yucatán o Baja California donde no se han licitado líneas de transmisión que permitan llevar energía barata a más lugares; “necesitas a la iniciativa privada para eso, porque el Gobierno no tiene el dinero para hacerlo”, señaló.

El Presidente parece estar en el dilema si decide apostarle al gas natural para la producción de electricidad y el desarrollo de la industria, o si continúa invirtiendo para capturar el gas asociado al petróleo, que se quema o se libera a la atmósfera. Si se utiliza gas natural como energético, que es una de las opciones más económicas y menos contaminantes, éste se tiene que importar porque Mexico todavía no produce el suficiente gas natural para poderse abastecer.

El 50 por ciento de la electricidad en México proviene de ese combustible y la verdad es que el precio de la energía, para la mayoría de la población, es relativamente barata. 

Como en México no se ha terminado por entender el mercado del gas natural, han descuidado su producción. Al cabo, el gas que nos venden está barato.

Eso ocasionó que Pemex tenga cada vez menos gas para ofrecer y dependa de importaciones para atender a sus clientes. Estados Unidos sabe que surtirán a México al menos de aquí al 2030:

De acuerdo con el Annual Energy Outlook 2019. With projections to 2050, de la Energy Information Administration (EIA) “las exportaciones de gas natural a México son resultado de una mayor infraestructura de gasoductos hacia y en México, lo que derivó en una mayor generación de energía eléctrica con base en gas”.

El documento señala que “para 2030, la producción doméstica mexicana comenzará a desplazar las exportaciones de Estados Unidos”; sin embargo, esa predicción consideraba el apoyo que tendría Pemex en asociación con otras empresas para aumentar su producción, hoy en duda ante la política del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que privilegia la inversión del Estado.

Lo cierto es que, a nivel mundial, ha caído la producción con base en carbón, la cual es además de más cara, más contamínante.

Lo que se utiliza con mayor frecuencia a nivel global son el gas natural y energía la solar y la eólica. Estas últimas dos están en franca explosión, debido a la baja en sus costos.

Con las nuevas políticas de la CFE, la apuesta es utilizar energías como el carbón y dejar de importar gas. Así que la  actual administración, en lugar de acelerar la construcción de ductos los tienen parados y decide utilizar combustóleo y carbón.

Y es que varios ductos están detenidos por grupos políticos, en algunos casos cercanos a Morena, lo que representa un costo enorme para la Comisión Federal de Electricidad o para las empresas constructoras y operadoras. 

Lo cierto es que los ductos de gas natural, actualmente en pausa por el Gobierno actual, permitirían a nuestro país incrementar sus importaciones de gas de manera sustancial y con ello evitar apagones y el entorpecimiento de la cadena productiva en la zona central y en la península de Yucatán. Además, ayudarían a abaratar los costos de generación de la CFE de manera sustancial. 

Son algunos ductos de gas natural los que se tienen que terminar. No se concluyeron en la administración anterior y no se está trabajando en ellos en esta administración. Las empresas necesitan el apoyo del Gobierno federal en algunos tramos ya muy específicos, sobre todo en temas de derecho de paso y otros que sólo ellos pueden gestionar. 

La idea es que mientras México no produzca suficiente gas, los tubos se utilicen para importar, pero también se les puede cambiar el sentido y que México, cuando este en capacidad de hacerlo, pueda exportar. 

Si no se hace un cálculo real de las necesidades energéticas que tiene el país, y se disminuyen las importaciones de energéticos, la situación se puede complicar y mucho.

Este tipo de apagones son sólo el comienzo de los muchos que tendremos si no se toman decisiones correctas. 

Estamos lejos en este momento de parecernos a Venezuela, pero no olvidemos que el mes pasado, al menos 21 personas murieron en hospitales de aquel país por la falta de electricidad. 

No había luz para los equipos médicos, no se podían hacer diálisis, ni otro tipo de tratamientos. La mayoría de los nosocomios sólo cuentan con un generador que fue utilizado para brindar electricidad a la sala de emergencia. En esa área los respiradores para los pacientes más graves funcionan con baterías.

El apagón de Venezuela provocó la falta de agua potable. Mucha comida se echó a perder por la falta de energía, ya que los refrigeradores no funcionaban.

Fueron más de seis días en los que Venezuela vivió entre penumbras debido a los apagones masivos en gran parte de su territorio. 

México es un país con mucha mayor solidez, pero por eso se debe tener conciencia de lo que provocan estas faltas de energía y trabajar bien para que no sucedan. 

Incendios, la causa

El apagón del viernes pasado fue ocasionado por un incendio en un pastizal, según informó la CFE. La interrupción al servicio inició a las 15:30 horas y fue hasta pasadas las 20:00 cuando la empresa dio a conocer que el servicio se  restableció en su totalidad.