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“Los artistas no pueden dejar de plasmar sus obsesiones”

Revela que los trenes, cuerpos femeninos y baños, son obstinaciones del pintor; asegura que a éste “le choca” que le digan hiperrealista, porque él hace “una súper mentira”

 Rafael Cauduro celebra 50 años de trayectoria artística con la exposición “Un Cauduro es un Cauduro, (es un Cauduro)”, en el Colegio de San Ildefonso. Son 156 obras, exhibidas mostrando el trabajo de uno de los grandes muralistas contemporáneos. La exposición forma parte de la celebración de los 100 años del muralismo mexicano y ya podrá visitarse. Es fruto de la colaboración de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Casa Estudio Rafael Cauduro, EFIARTES, la Fundación Alsea y el Colegio de San Ildefonso y estará abierta para que la gente la visite hasta el 26 de junio de este año en Justo Sierra No. 16.

Realizamos un recorrido con Alesha Mercado, curadora de esta exposición y ella nos explicó la vida y obra del gran Rafael Cauduro.

Bibiana Belsasso (BB): Alesha, un trabajo impresionante que han hecho en estos últimos dos años y medio.

Alesha Mercado (AM): Sí, ésta es la culminación de dos años y medio de trabajo, de investigación, de trabajar de la mano con la gente que se encarga de Estudio Cauduro y con el propio artista, quien nos ha dado la oportunidad de entrar a su casa, su archivo, su biblioteca, y de tener toda esta obra reunida, y bueno, de la generosidad de muchísimos coleccionistas que han prestado su obra, que la verdad es muy importante para ellos, que tienen en sus colecciones privadas en sus casas y que no tendrán unos buenos meses.

BB: Un pintor y muralista extraordinario, pero también un trabajo de curaduría, quizás de lo más importante, para poder plasmar y hacer una exposición de este tipo.

AM: La verdad es que es una exposición muy retadora. En la sala, por ejemplo, de los trenes, para Rafael era súper importante. Lo que estamos retratando aquí son todas sus obsesiones, todos tenemos obsesiones en la vida, pero claro, los artistas no pueden dejar de plasmarlas, sobre todo en un trabajo tan figurativo como es el de Rafael, y entonces una de sus obsesiones, por supuesto, son los trenes, velocidad, para él en los trenes sucede la vida y la muerte también. Ahí se retrata como el Cristo de Hans Holbein, muerto, se autorretrata, analizando cómo sería su muerte, para él siempre la vida y la muerte, todas las fronteras, son procesos súper importantes.

BB: El cuerpo femenino es importante para el maestro.

AM: Exactamente. Es otra de las obsesiones del pintor, por supuesto que le encantaban los cuerpos, ahora sí que bien trabajados como los de las bailarinas, entonces vamos a tener varias bailarinas representadas en la muestra, aquí sólo tenemos algunas. Y, por ejemplo, esta sala es de sus asuntos más privados, tenemos dibujos eróticos, sus sueños, como la serie que se llama “Sueños de París”.

Muchas de las cosas que tenemos, están siendo exhibidas por primera vez y por supuesto, todo este cuerpo de obra va a ser muy difícil que vuelva a estar junto porque, como te decía, mucha de la obra es de la colección del propio artista que tuvo la visión de guardar algunos de los ejemplos más importantes de cada una de sus épocas, pero también muchísimas son colecciones privadas.

BB: ¿Es difícil conseguir obras de colecciones privadas, que te las presten para este tipo de exposiciones?

AM: Es difícil porque, como te decía, la gente no se quiere desprender de su obra, pero lo que es sorprendente es que algunos se hicieron cercanos a Rafael, muy amigos del pintor, y la verdad han sido generosísimos.

BB: Platícame un poco su vida.

AM: Rafael es un artista autodidacta, estudió Diseño y Arquitectura en la Universidad Iberoamericana por orden de su familia, en realidad él siempre quiso ser artista. En su casa se apreciaba muchísimo el arte, pero ya no se permitía ser artista. Entonces, entra a la universidad y se da cuenta que sus compañeros trabajan hasta la madrugada haciendo planos en despachos de arquitectura y les pagan un peso, y él empieza a vender sus caricaturas, así es como se reconoce como artista; empieza a ver que le va muy bien, que es muy aceptado, y entonces sabe que se puede sostener de su arte y abandona la universidad para dedicarse de lleno a probar su estilo.

BB: Parece talavera y es pintura.

AM: Mira, este cuadro, por ejemplo, es un trampantojo, esto lo hacía muchísimo Rafael, o sea, como darnos diferentes dimensiones, si ves, parece talavera, pero no, cada una de estas piezas fue hecha a mano por él, y nos va poniendo distintos planos. Ésta es Elena, su mamá, y la pone como en este gabinete, nos enseña aquí la obsesión que tiene por los baños, es muy auténtico, no todo el mundo se atreve realmente a revelar las obsesiones y él dice: “Para mí el baño es un lugar de paz, yo me meto a bañar o me meto al baño y tengo oportunidad de pensar y de encontrarme con muchas cosas”, aquí el espejo estaría adelante, pero lo abres y está su mamá, es como un reflejo de decir: “Cuando me veo al espejo veo toda mi vida detrás”, y entonces nos lleva a toda una historia, hay fotos antiguas de su familia y cosas cotidianas. Tiene esta técnica que muchos califican de hiperrealismo, a él le choca que le digan que es hiperrealista porque dice: “Yo no hago una súper realidad, yo lo que hago es una súper mentira”.

BB: ¿Este Cristo?

AM: Esta serie es importantísima porque estas tres piezas hablan de la discapacidad, y para mí es importantísima porque nos enseñan este lado súper humano de Rafael Cauduro; de luchador social, que es lo que queremos en esta exposición que la gente conozca, porque cuando piensas en Cauduro, yo creo que todos tenemos una imagen muy clara de una estética y de una perfección técnica impresionante, pero pocos conocemos lo que realmente él fue y entonces cuando nace su primera hija… y en este cuadro del embarazo está poniendo ahí a su esposa con el bebé adentro, porque él siempre piensa que no iba a ser padre, que no podía tener hijos y de repente pues le llega la sorpresa.

Expusimos estas obras juntas: Liliana embarazada con la discapacidad, se da cuenta de lo vulnerables que somos los humanos, de cómo nos necesitamos unos a los otros y además, cómo necesitamos como muchísimas prótesis, no necesariamente, por ejemplo, sillas de ruedas o muletas, estas dos piezas se refieren a eso como de una manera industrial, pero hacen referencia a cosas especiales, sino que necesitamos cosas cotidianas como el cepillo y la secadora y los zapatos, pues para poder defendernos de los elementos, caminar en la calle, salir más o menos bien presentados y todas estas piezas hablan de la vulnerabilidad del ser humano, que me parece increíble.

BB: Estamos entrando a la sala Periferia, ¿qué vamos a encontrar aquí, Alesha?

AM: A este núcleo lo nombré Periferias porque la periferia es obviamente todo lo que no está en el centro hegemónico, todo lo que queda fuera y es muy importante cómo Rafael concebía los mundos, como te explicaba, por ejemplo, lo de la muerte.

BB: Los murales del maestro Cauduro en la SCJN son impresionantes

AM: Mira, los murales de la Corte se inauguraron en el 2010, la historia es que cuando él firma el contrato con la SCJN, después de haber pasado por un concurso público, que es increíble de verdad que los ministros y el comité haya votado por un mural que cuestiona tanto la justicia en México, y él firma un contrato por un año, pero en realidad tarda tres años en completar los murales y entonces se inauguran hasta 2010 (…), si lo vemos es una obra súper retadora.