Los estudiantes de cine asesinados; y ¿cuántos más?
Pasaron 35 días del secuestro y asesinato de Javier Salomón Aceves Gastélum, Jesús Daniel Díaz García y Marco Francisco García Ávalos, los tres jóvenes alumnos de la Universidad de Medios Audiovisuales de Guadalajara asesinados, y cuyos cuerpos fueron desintegrados en ácido sulfúrico, para que se tuviera información de lo que realmente había sucedido.
A partir de las detenciones de algunos de los implicados y sus declaraciones se puede tener un panorama más claro de lo que sucedió el pasado 19 de marzo, cuando los estudiantes de cine fueron confundidos por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación, pensando que los tres jóvenes formaban parte del Cártel Nueva Plaza, rivales de ellos.
El pecado de estos tres jóvenes fue hacer una filmación de un cortometraje en una casa que antes había servido de seguridad para un grupo criminal. En menos de 24 horas, sicarios del CJNG los asesinaron y desintegraron los cuerpos.
Según las declaraciones de los testigos presenciales, las confesiones de los dos detenidos implicados y las evidencias encontradas, así sucedieron los hechos:
El domingo 18 de marzo, a las 10:30 de la mañana, los jóvenes fueron a grabar un cortometraje a una finca en Tonalá, conocida como La Cabaña.
Lo que desconocían los jóvenes es que Gerardo Geovanni Gómez, El Cochi, presunto líder de una célula delictiva del CJNG, y un grupo de sicarios vigilaban aquella propiedad para secuestrar a Diego Gabriel Mejía Odilen, alias El Diego, líder del Cártel Nueva Plaza, contrario al Jalisco Nueva Generación. La instrucción era identificar a una persona de unos 35 años, “chaparro, güero, medio calvo”. Se confundieron.
Cuando los jóvenes regresaban a sus casas, entre las 19:30 y 20:00 horas, el coche en el que viajaban se descompuso y dos de ellos, Salomón y Marco, bajaron a arreglarlo. En el auto se quedó Marco, quien tenía la pierna rota, y la novia de Salomón.
Fue en ese momento cuando llegaron los sicarios con uniformes de la PGR y armas largas para plagiar a los jóvenes.
Los sicarios iban sobre Salomón. La información que tenían los sicarios era que buscaban a alguien de piel clara y chaparrito. Salomón no era bajo de estatura, pero lo confundieron por su tono de piel.
De los cuatro, dejaron libre a la novia de Salmón, pues en su declaración, el sicario dice que no tenía autorizado llevarse a mujeres.
Se denunciaron los hechos; sin embargo, la policía de Tonalá tardó más de cuatro horas en atender el llamado de auxilio.
Mientras tanto, los jóvenes fueron trasladados a una casa en Tonalá. Al llegar, los separaron. A Salomón y Marco los subieron a dos cuartos, mientras que Daniel se quedó abajo.
En la casa también estaban los sicarios Jhonatan El Kalimba; Jhonatan El Choco, además de El Fierros y El Pimpollo.
Fue en ese momento que El Cochi comenzó a interrogar a Salomón para saber si era Diego o si lo conocía. Salomón respondió que era estudiante de cine y que estaba haciendo un documental. Al saber que no eran los jóvenes que buscaban y después de haberlos torturado, los mataron.
Ya para la madrugada de ese día, los sicarios llamaron a Christian Omar Palma Gutiérrez,El QBA, un rapero que hace apología del narcotráfico y del crimen organizado en sus canciones y videos que sube a la red. El joven de 23 años recibió una llamada para que se encargara de disolver los cadáveres en ácido. Según su testimonio, antes de ese día había hecho ese trabajo en otras dos ocasiones
El también rapero confesó en su declaración que él soñaba con ser sicario, pero antes de que le enseñaran a usar un arma y se moviera en camioneta tenía que asumir un tiempo la parte más sucia, por la que le pagaban 3 mil pesos semanales. Hay un dicho muy común entre estos jóvenes, que dice: “más vale tres años de rey, que toda una vida de buey”. Y al igual que El QBA hay muchos jóvenes.
Usted seguramente recordará a Edgar Jiménez Rico, El Ponchis, quien tenía 14 años en 2009, cuando fue sentenciado por el asesinato de 4 jóvenes a los que colgó de un puente. Un niño que había empezado a asesinar y era el encargado de mutilar a las víctimas del Cártel Pacífico Sur cuando apenas tenía 11 años.
Cifras del mundo académico hablan de unos 30 mil niños y niñas que cooperan con los grupos criminales de varias maneras: tráfico de drogas, secuestro, trata de personas, extorsiones, contrabando, piratería y como sicarios, entre otros delitos.
Y son muchos los adolescentes que, al igual que el cantante de rap, que desintegró los cuerpos de los tres estudiantes de cine, buscan tener poder y dinero aunque sea por poco tiempo. Saben que la mayoría de estos jóvenes en el negocio del crimen organizado tienen un tiempo esperado de vida de unos tres años.
El QBA declaró que normalmente, después de 48 horas de meter los cuerpos en ácido, regresaban al lugar para vaciar los tinacos y tirar su contenido en terrenos baldíos.
Esta vez no regresó; se fue a pasar el fin de semana con su esposa e hijo y siguió su vida normal, hasta que fue detenido.
De acuerdo con el expediente, no hay rastro del ADN de Salomón; y para la Fiscalía se trata de un grupo profesional, especializado en eliminar cualquier rastro.
Esta historia no va a terminar aquí. Lo cierto es que algo grave está pasando en la sociedad. Son muchos los jóvenes que están incursionando en el crimen organizado; porque quieren o porque se les obliga.
Muchos de ellos tienen enfermedades mentales como psicopatía, en la que no sienten remordimiento alguno. Y cada vez escala la violencia. Además de los tres estudiantes de cine, son muchos más los que el crimen organizado desaparece todos los días.
Despierta indignación
La Fiscalía General de Jalisco afirma que al menos ocho personas están involucradas en la muerte de los tres estudiantes de cine en esa entidad; de éstas, hay dos detenidas y vinculadas a proceso desde el 22 de abril. Una de ellas, Omar “N”, QBA, (primera foto) es un rapero que tenía 121 mil 148 suscriptores en su canal oficial de YouTube.
También promovía marcas de ropa alusivas al rap. Él fue quien confesó haber disuelto los cadáveres de los tres estudiantes del CAAV en ácido clorhídrico.
La indignación que provocaron los hechos derivó en una marcha multitudinaria de alrededor de 10 mil estudiantes y familiares de desaparecidos el pasado 26 de abril. Otra está convocada para mañana.
Los jóvenes levantaron la voz: “¿hasta cuándo?, “No queremos ni uno más”. “Nos duelen los desaparecidos, nos duelen los jóvenes que terminan sus sueños en nada, porque no hay seguridad”, resaltó una de las presentes en la marcha.
Una estudiante reflejó el sentir de los jóvenes: “No podemos dejar que esto siga pasando y nos puede ocurrir a todos. Estoy triste, porque no quiero que me pase a mí y ni a mis amigos y conocidos”. La protesta también se replicó en otras ciudades del país, incluyendo la CDMX.
La tía de uno de los jóvenes asesinados, Edna Judith “N”, fue vinculada a proceso, pues el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, aseguró que manipuló las pruebas encontradas en la casa de Tonalá donde “levantaron” a los jóvenes.