Más investigación y menos policía
Esta semana, el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, Alejandro Jaime Gómez, confirmó que fueron detenidas 12 personas que presuntamente se desempeñaban como “halcones” de un grupo delictivo de Michoacán, al cual se le atribuyen muchos de los secuestros que se han dado en los últimos meses en Valle de Bravo.
Se ha identificado a nueve de estos 12 detenidos como oriundos de Valle de Bravo o zonas cercanas, como Santo Tomás de los Plátanos y Avándaro. Estos sujetos tenían trabajos como taxistas, albañiles, plomeros, jardineros y herreros.
Siempre que el crimen organizado quiere tomar un lugar y empezar a operar, busca a gente nativa que le pueda servir de informante. En este caso, todas estas personas les brindaban información a los autores materiales e intelectuales de los secuestros. Cinco de los 12 detenidos son mujeres y cada día vemos a más incursionando en el crimen, en general para pasar información o para vigilar a las víctimas. Dos de las detenidas son menores de edad.
Hoy podemos decir que Valle de Bravo, la ciudad en sí, está segura. La semana pasada había ya 781 efectivos de la Marina, el Ejército, la Policía Federal, y la Secretaría de Seguridad Ciudadana. No se reportaron nuevos secuestros. Ayer, la Gendarmería Nacional envió a 350 elementos, y con ello estrenó sus operaciones en el municipio. Los elementos vigilarán las zonas de Pinal del Marquesado, Cerro Gordo, y las zonas limítrofes con Michoacán y Guerrero. Es precisamente de estas áreas colindantes con Valle de Bravo por donde llega el crimen organizado.
Este operativo ha dado resultados en cuanto a resguardo, pero lo cierto es que los detenidos hasta ahora no son ni remotamente responsables de los secuestros. Ellos, como escribía hace unos días, están resguardados mientras dure el operativo, y seguramente están ya buscando un nuevo sitio dónde operar.
Lo importante aquí es que además de todo el desplazamiento policial, se tiene que hacer trabajo de investigación intenso para llegar a la raíz del problema y arrancarlo desde ahí. Si no se detiene a los verdaderos responsables, sucederá lo mismo que pasó ahora en Valle de Bravo, o antes en Cuernavaca o Acapulco, pero en otro punto del país.
Hace unos años, cuando empezaron los operativos en Tamaulipas, muchos criminales emigraron a Nuevo León, que estaba en tranquilidad. Hoy esta última entidad ha recuperado la seguridad en buena medida por el operativo que se ha dado en esa zona, pero también porque ahí sí se han detenido a los responsables (como se comienza a hacer en Tamaulipas).
Se agradecen estos operativos que muchas veces funcionan como disuasorios, para que los secuestradores dejen de operar en algún sitio específico, pero sin la investigación de fondo, sin llegar a los responsables materiales e intelectuales de los delitos, el fenómeno no se erradicará. No se le podrá brindar seguridad a todos los mexicanos.
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