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Más niños drogados en la escuela

No ha pasado ni una semana y en Chiapas se reportó un nuevo caso de estudiantes de secundaria intoxicados.

El pasado martes 11 de octubre, como a las siete de la tarde, las primeras cinco adolescentes, de entre 13 y 15 años, empezaron a sentirse mal y a desmayarse. Poco después, varios jóvenes más empezaron a presentar dolor de estómago, de cabeza, mareos y náuseas.

Esta vez ocurrió en la Secundaria Federal 1 Constitución, de Tapachula, donde 18 alumnos fueron ingresados al hospital de la ciudad para ser examinados, mientras sus padres exigían respuestas en los pasillos del nosocomio.

A la puerta de la escuela llegaron ambulancias para trasladar a los alumnos. Las imágenes son desgarradoras: niños y niñas convulsionándose en las camillas y sus padres desesperados.

Imagínese la tragedia de que su hijo vaya a la escuela y que le llamen para decirle que está grave, porque lo intoxicaron con alguna droga. Estamos llegando a niveles impensables, por lo menos en lo personal, nunca imaginé que en México esto llegara a pasar. La escuela debería de ser el lugar seguro de los niños y adolescentes.

¿Hasta dónde van a dejar llegar al crimen organizado, que está cometiendo estos atentados?

Por alguna razón, la directora no ha dado alguna respuesta.

Esta semana, escribía en este espacio, que los grupos criminales que operan en el estado, eran responsables de estos hechos, y que es un acto de terrorismo para afectar a quienes viven ahí. Los jóvenes son intoxicados para generar pánico entre la comunidad.

¿Quién o quiénes lo están provocando? Es lo que las autoridades deben resolver inmediatamente, antes de que surjan más casos.

Lo vimos con la intoxicación masiva que se dio en la escuela secundaria Juana de Asbaje, en Bochil, hace unos días, y en donde las autoridades se rehusaban a hacer las pruebas toxicológicas. ¿Por qué? Es una respuesta que les deben dar a los padres de familia. Es el cuarto caso en dos semanas.

El pasado 23 de septiembre, se dio el primer caso masivo de intoxicación. Se trató de 30 alumnos que fueron hospitalizados tras presentar desmayos, mareos y, en algunos casos, incluso, alucinaciones. Las autoridades descartaron que se tratara de una droga y no se dio a conocer la sustancia que hubiera causado el problema. La dirección de la secundaria se negó a informar sobre el asunto, como tampoco ha informado ahora.

En esa ocasión se dijo que se había tratado de una fuga de gas, que ocasionó vómitos y desmayos a los jóvenes, por lo que elementos de Protección Civil, bomberos y paramédicos arribaron al lugar.

El atentado del pasado 7 de octubre en Bochil, donde 110 alumnos de la escuela resultaron intoxicados por presunta cocaína, madres y padres de familia sostienen que sus hijos fueron drogados, pero la Fiscalía estatal desmintió la presencia de alguna sustancia tóxica.

Siguen los casos

De este caso, tres alumnos dieron positivo a cocaína tras realizar la prueba en un laboratorio privado, mientras que las autoridades aseguran que, de las 15 pruebas realizadas, todas han dado negativo.

Una madre de familia aseguró que sacó a su hijo del hospital cuando una de las doctoras le dijo: “el niño está drogado, que era cocaína, que el niño sí trae síntomas de cocaína”.

Este 11 de octubre, padres de familia realizaron una protesta afuera del Ministerio Público de Bochil, y es que al menos 11 alumnos, que habían sido dados de alta, recayeron y tuvieron que reingresar al hospital.

Hasta el momento, la Fiscalía de Chiapas no ha confirmado si la ingesta de líquido contaminado fue la causa de la intoxicación, pero reveló que en la escuela fueron encontrados 33 botes de plástico y bolsas de nailon con una sustancia color azul.

Varios padres de familia aseguran que las autoridades se han mostrado herméticas con el caso, al igual que los directivos del plantel, quienes dicen que ya tienen identificados a los presuntos responsables.

Drogar masivamente a los niños parece ser su nueva técnica para que la gente se vaya a otro lado y poder arrebatarles a los habitantes sus tierras, porque la zona es pieza clave para el tráfico de droga y de migrantes. También es una técnica terrorista para causar pánico en la comunidad. Y funciona porque los padres de familia y los estudiantes están aterrorizados de lo que está sucediendo.

Algunos habitantes de Bochil lo dijeron en televisión, que es sabido que en el municipio circula la droga de una forma incontrolable y no sólo para el paso de los cargamentos, sino para el consumo principalmente de marihuana, cocaína y metanfetamina.

Desde el año 2010 al 2021 se han registrado aproximadamente 14 mil 476 personas desplazadas en el estado de Chiapas; en la región de Los Altos se ha agudizado el fenómeno a causa de la actuación de grupos armados, específicamente en Chalchihuitán, Chenalhó y Aldama, de acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.

Y que los casos que están vinculados al crimen organizado se han dado principalmente en los municipios de San Andrés Duraznal y Pantelhó, todos del pueblo maya-tsotsil.

El mismo organismo indicó que este tipo de desplazamiento forzado “es una forma de tortura, ya que la población está en constante asedio, les infunden miedo, terror, sufrimiento físico y mental, con el objeto de controlar el territorio y apropiarse de él. La población en su conjunto vive una violencia cotidiana”.

Hoy más que nunca, las autoridades deben mostrarles a estos grupos criminales que con los niños no se pueden meter. Si no lo hacen, deben de estar conscientes que la violencia y los ataques escalan y esto se puede poner más grave.