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Más plástico que peces en el mar

La factura de lo que los seres humanos hemos contaminado el planeta, ya se nos está cobrando. La contaminación que provoca el uso desmedido e irresponsable de plásticos a nivel mundial ha tenido efectos catastróficos.

Según la ONU, cada minuto se compra un millón de botellas de plástico; mientras que al año se usan 500 mil millones de bolsas; además, casi una tercera parte de todos los envases de plástico salen por los sistemas de alcantarillado y ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año, con repercusiones dramáticas contra la vida marina.

Se estima que en la Ciudad de México se usan más de mil 689 millones de bolsas de plástico de un solo uso; al año, cada familia desecha 650 bolsas, que multiplicadas por los 2.5 millones de familias, la cantidad es abrumadora.

Además, se generan 13 mil toneladas de basura diarias; ocho mil 600 toneladas son enviadas a rellenos sanitarios y mil 900 toneladas van al reciclaje. Según el Foro Económico Mundial, para 2050 habrá más plástico que peces en el mar.

Es por eso que, en marzo de 2019, durante la Cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en Nairobi, se emitió una declaración, en la que más de 200 países se comprometieron a reducir el uso de plásticos, de aquí a 2030. Varias naciones promovieron la “eliminación progresiva de los productos de plástico de un solo uso para 2025”; sin embargo, algunos países, como Estados Unidos, Arabia Saudita y Cuba, se opusieron, por lo que finalmente sólo se incluyó una “reducción significativa” en 2030.

Nuestro país no se ha quedado con las manos cruzadas y varios estados han legislado para restringir el uso de plásticos de un solo uso, pues no hay una ley federal ni general que las prohíba. Los estados donde no se puede usar bolsas plásticas, son Baja California, CDMX, Colima, Durango, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, Sonora, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.

En la CDMX, en octubre de 2018 se presentó una iniciativa de reforma a la Ley de Residuos Sólidos; en mayo, el Congreso local la aprobó, por lo que las medidas establecidas entraron en vigor el 1 de enero para las bolsas. A partir del 1 de enero de 2021 también estará prohibida la comercialización, distribución y entrega de tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajitas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para éstos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, cápsulas de café y aplicadores de tampones que son fabricados total o parcialmente de plástico.

La prohibición de las bolsas de plástico de un solo uso en la capital fue una gran noticia dada a conocer en los principales diarios internacionales. Qué felicidad, que, por fin, se olviden los medios internacionales del tema de la seguridad en el país y demos una noticia como ésta; y más con Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno, quien fue, de 2000 a 2006, secretaria del Medio Ambiente local.

Cabe aclarar que por el momento quedan excluidas las bolsas que son necesarias por razones de higiene o que previenen el desperdicio de alimentos, “siempre y cuando no existan alternativas”.

Por lo pronto, los comerciantes tienen un periodo de gracia de 15 días para implementar esta norma al 100 por ciento; después, se comenzarán a aplicar las multas por el uso de bolsas de plástico en mercados y comercios establecidos.

De acuerdo con la secretaria del Medio Ambiente local, Marina Robles, las sanciones para las empresas que vendan o distribuyan estos productos serán desde los 42 mil hasta los 170 mil pesos.

A partir también del pasado 1 de enero, cerca de una decena de países del Caribe comenzaron a prohibir los plásticos de un solo uso y los productos de espuma de poliestireno, como medida para evitar la degradación de su medio ambiente.

La prohibición incluye a territorios como Jamaica, Belice, Trinidad y Tobago, Bahamas, Barbados, Dominica y Granada; todos interesados en detener la degradación de sus territorios, en especial de sus costas, fundamentales para la atracción de turistas, que es la primera fuente de divisas para la mayoría de ellos.

Actualmente se consumen cinco billones de bolsas de plástico anualmente en el mundo, las cuales están hechas con derivados del petróleo y que pueden tardar cientos de años en degradarse. Los países del Caribe son los que más uso hacen de estos materiales: de los 30 principales contaminadores mundiales per cápita de este tipo de plásticos, 10 son de la región.

Mientras, en Colombia la prohibición de bolsas plásticas rige desde 2016. Están vedadas las bolsas de 30×30 centímetros y se cobra un impuesto a quienes quieran adquirirlas en tiendas y supermercados.

Puerto Rico comenzó a impedir el uso desde diciembre de 2016; aunque la medida no aplica para establecimientos de venta de comida preparada ni en zonas francas de aeropuertos.

Desde 2017, Chile prohibió la entrega de bolsas de plástico en comercios en al menos 102 comunas costeras; mientras que en Ecuador y Argentina rige una normativa similar desde 2018. Buenos Aires impide las no biodegradables en hipermercados, supermercados y autoservicios. Desde mayo de 2019, en Perú, una ley regula los plásticos de un solo uso y los recipientes y envases desechables; mientras que en Uruguay sólo pueden “fabricarse o importarse” bolsas que sean biodegradables o compostables.

En Estados Unidos, desde el 1 de enero, Oregón se convirtió en el más reciente estado en prohibir las bolsas de un solo uso en las tiendas de comestibles. En Albuquerque, Nuevo México, están vedadas también las bolsas compostables y las de plástico de menos de 2.25 milímetros de grosor estarán prohibidas.

Desde marzo de 2019, el Parlamento Europeo prohibió 10 artículos de plástico de un solo uso, como popotes, y desde el año pasado, Corea del Sur impide a los principales supermercados usar bolsas plásticas desechables. La medida afecta a unos 13 mil establecimientos, que ahora ofrecen a sus clientes bolsas de tela o de papel que puedan reusarse o reciclarse.

Mientras que, a partir de abril de 2020, el Reino Unido prohibirá los popotes, mezcladores e hisopos, como parte de su plan para reducir los residuos plásticos.

Pero quien ha implementado medidas extremas para acabar con el problema es Tanzania, donde desde el pasado 1 de junio está prohibida la importación, exportación, manufactura, venta, almacenamiento y uso de bolsas de plástico. Es impresionante caminar por las calles de Tanzania y ver la limpieza que tienen. En ese país están conscientes de lo importante que es preservar su entorno. Como turista, se te entrega un documento previo al viaje, en el que se especifica que quien introduzca bolsas de plástico será sancionado.

El simple hecho de tener una bolsa de plástico y reutilizarla para hacer la compra es considerado un delito, que es sancionado con multas, e incluso, con penas de cárcel: hasta dos años por fabricarlas y hasta una semana de prisión simplemente por usarlas. La gente camina por la calle con bolsas de tela.

Fue en 2015 cuando el país se comprometió a implementar las medidas acordadas en la Cumbre de París sobre el Cambio Climático. En algunas zonas, como en el archipiélago de Zanzíbar o en la región del Kilimanjaro, los dos principales destinos turísticos del país, desde hace ya varios años existe una restricción en materia de plásticos y residuos.

Las medidas establecidas en Tanzania son reflejo de la normativa de la vecina Kenia, país con la regulación más restrictiva con las bolsas de plástico en el mundo; así, Tanzania y Kenia intentan sumarse a la ola medioambiental que tienen en marcha otros países africanos, con la idea de hacer frente a las consecuencias del cambio climático en el ámbito mundial. Tanto en Kenia, como en Tanzania, están conscientes de que gran parte de sus ingresos vienen del turismo, que visita los parques ecológicos donde viven miles de animales. ¡Hay que cuidar nuestro planeta; no tenemos otro!