Médicos en peligro
Una joven doctora fue secuestrada cuando se disponía a iniciar su guardia en un hospital público en Zamora, Michoacán. La secuestraron, la llevaron a una vivienda abandonada, la atacaron de manera brutal. Le hicieron tomar unas pastillas que en minutos le durmieron los brazos, piernas y manos.
Con los ojos morados e hinchados pudo ver cómo la sangre brotaba por todos lados. La doctora fue mutilada, le cortaron dos dedos de la mano izquierda y con ellos la obligaron a escribir una advertencia en contra de sus colegas. Le hicieron cortes en el vientre y en otras partes del cuerpo. Así sobrevivió casi una semana. Fue encontrada encadenada pero todavía con vida.
Poco antes de que comenzara su pesadilla, ella estaba de guardia cuando una mujer acudió al hospital para dar a luz: había llegado con un embarazo demasiado avanzado y había rebasado las semanas de gestación. No había nada que hacer, cuando llegó al hospital, el bebé estaba muerto dentro del vientre. Cuando se informó a la madre y a sus familiares que el niño había fallecido, juraron vengarse. Hoy se cree que ellos son los que secuestraron y torturaron a la doctora, de 30 años de edad, originaria de Morelia y quien se encuentra en el último año para obtener la especialidad. La violencia contra los médicos está llegando a niveles inadmisibles. En Morelos, el año pasado, se reveló que habían sido secuestrados más de 100 médicos y enfermeras en esa entidad. Allí, más de 400 médicos han cambiado su residencia por temor a ser secuestrados por el crimen organizado.
Los médicos son plagiados, algunas veces, para obtener una recompensa económica, pero en otros casos para atender a criminales heridos. Durante los intensos años de guerrilla y narcotráfico, ésta era una práctica muy común en Colombia, pero desde hace unos años sucede con mucha frecuencia aquí, en México.
Este fenómeno no es nuevo, nació en estados del norte como Chihuahua y Tamaulipas, pero ahora se reproduce con cifras más altas en Baja California, Durango, Nuevo León, Sinaloa, Guerrero y Michoacán. Pero además los médicos están expuestos a que sean demandados por negligencia médica, cuando la misma no ha sido comprobada ni se justifica legalmente, como los 16 médicos que fueron acusados de homicidio culposo y se les ha perseguido penalmente, por una presunta negligencia en la muerte de un menor en un hospital del IMSS en Jalisco.
Se presentó un video donde Sergio Valente Gallardo Ramos, padre del menor, detalla que el 15 de noviembre de 2009, su hijo de 15 años ingresó al área de urgencias del Hospital de Pediatría en Guadalajara por una crisis asmática, y durante el proceso de exploración, según el padre, personal médico le perforó los pulmones y los intestinos. Asegura que en el certificado de defunción no se señalan las verdaderas causas de la muerte del joven. Los médicos dicen que el tratamiento aplicado fue el correcto y que no hubo responsabilidad legal en la muerte del joven, que sufría de otros padecimientos. El hecho es que acusar a todos los médicos de guardia en una institución por homicidio culposo resulta, por lo menos, difícil de comprender.
Es muy triste que se lleguen a dar situaciones de este tipo, pero la realidad es que los médicos son humanos y llega a suceder que cometan errores, aunque éstos algunas veces cuestan la vida de alguien. Pueden ser errores o consideraciones, diagnósticos equivocados, pero no significa necesariamente que la muerte se dé por negligencia y, menos aún, como un homicidio. Sobre todo tomando en cuenta que trabajan con muchas dificultades, en guardias que pueden durar dos o tres días y a que muchas veces no cuentan ni siquiera con los instrumentos mínimos para poder realizar su trabajo.
La realidad es que los médicos hoy están expuestos a muchas cosas. Desde ser secuestrados a ser juzgados penalmente cuando algún paciente pierde la vida. Es verdad que la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha documentado casos de negligencia médica e inadecuada atención por parte de los empleados de los servicios de salud pública. Algunas mujeres han tenido que dar a luz en la calle, porque no han sido recibidas en los centros de salud.
Pero esa no suele ser responsabilidad de los médicos sino de los administradores hospitalarios. Y eso se tiene que atender, pero lo cierto es que también hay miles de casos donde los médicos están día y noche para atender a los pacientes y sin duda estos doctores no van a querer seguir trabajando si saben que por un error humano los pueden meter a la cárcel, o incluso, como el caso de la doctora de Zamora, pueden llegar a ser secuestrados y torturados. La situación para los médicos en el país es muy compleja. Trabajan con dificultades porque en muchas zonas no se tiene siquiera lo indispensable para poder atender a los pacientes. Ahora le sumamos el hecho de que está en riesgo la vida de muchos de ellos o incluso que se les pueda criminalizar. ¿Quién querrá arriesgar su vida para salvar la de los demás?
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