No podemos cantar victoria
Después de la ola de secuestros que se dio a principios de mes en Valle de Bravo, en los que se tomaba como rehenes a familias completas, y de la movilización social que esto provocó, se instauró un amplio dispositivo de seguridad que incluye otros 13 municipios de la zona en el que participan más de 700 elementos estatales y federales, con cuatro bases de operaciones mixtas operadas por la Secretaría de la Defensa Nacional.
El procurador del Estado de México, Alejandro Jaime Gómez Sánchez, confirmó que en los últimos días fueron aprehendidos 16 presuntos secuestradores, entre ellos tres sujetos cuya captura ocurrió en el municipio de Donato Guerra, quienes participaron en el plagio de un hombre en Valle de Bravo.
Y en Toluca fueron detenidos otros 13 sujetos, incluyendo el jefe de turno de la Policía Municipal, a quienes se les imputa el secuestro de una mujer. Aunque éstos no pertenecen a la célula de secuestradores responsables de la mayoría de los plagios perpetrados hace unas semanas.
El operativo instaurado en Valle de Bravo esta semana dio resultados. No hubo secuestros en esa zona. La movilización de las fuerzas de seguridad fue muy intensa.
Los pocos visitantes que acudieron a ese “Pueblo Mágico” aseguran que todo el centro estaba tomado por elementos de seguridad, lo que brindó un poco de confianza a la gente que disfruta ir de descanso. Aunque ocurrió un desplome de entre 40 y 50 por ciento de las ventas, según reportaron restauranteros y hoteleros.
En este momento el crimen organizado que ha sido el responsable de la mayoría de los secuestros, está replegado y no ha operado. Es el llamado efecto cucaracha. Mientras se da el despliegue de las fuerzas de seguridad, es muy difícil que actúe.
No sabemos cuánto tiempo vaya a durar un operativo de esta magnitud, sostenerlo durante un tiempo prolongado es muy costoso, y no da suficientes resultados.
Lo importante aquí es que se pueda capturar a estos personajes del crimen organizado, ya que pueden moverse a otras zonas. No es suficiente con capturar a varios secuestradores del Estado de México, se tiene que detener a la banda que ha operado los últimos secuestros en Valle de Bravo.
Se tienen ya datos contundentes: quienes realizan los secuestros son manejados por mandos de las organizaciones criminales, son muy jóvenes y simplemente acatan órdenes. Algunas víctimas han dicho que sus guardianes reciben tan poca comida como los secuestrados y que se la pasan drogados.
La Procuraduría General de la República ha hecho una investigación profunda sobre estos casos. Esperemos pronto tener resultados. No se puede, por ningún motivo, dejar a estos delincuentes en libertad, porque aunque por el momento estén escondidos, sin operar, tarde o temprano buscarán otro nicho de oportunidad para continuar con su negocio.
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